Condicionalidad

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Las evaluaciones indican que las investigaciones del Fondo y del Banco son predeterminadas por su i

28 septiembre 2011

Un informe realizado por la Oficina de Evaluación Independiente (OEI) del FMI, sugiere que la investigación del Fondo no permite otras perspectivas, mientras que los académicos atacan al Banco Mundial por continuar persiguiendo agendas ideológicas en su investigación.

En junio de 2011, la OEI publicó una cáustica crítica de la investigación del Fondo. Esta evaluación examinó la investigación del Fondo entre 1999 y 2008, que asciende a "unas 650 publicaciones al año, con un costo alrededor del 10 por ciento del presupuesto del FMI." Al tiempo que encontró "un gran número de publicaciones útiles y de alta calidad", el análisis de la OEI también dio detalles de fallas importantes, sobre todo la tendencia del FMI de producir investigaciones casi predeterminadas y aún con conclusiones que respaldan las posiciones políticas existentes del Fondo.

Según la OEI, "muchas de las autoridades en los países consideran que la investigación del FMI es muy predecible y que no permite considerar perspectivas alternativas." De hecho, en respuesta a una encuesta de la OEI, como parte del proceso de evaluación, "casi la mitad de las autoridades de los países… estuvieron "fuertemente en desacuerdo" o "en desacuerdo" con la posición del FMI de no permitir "perspectivas alternativas". Académicos externos y grupos de pensadores están fuertemente en desacuerdo diciendo que "una gran parte de las conclusiones y recomendaciones en los WPs [Documentos de Trabajo] y los SIPs [Documentos de Asuntos Seleccionados] no fue corroborada por el análisis."

Los resultados de las entrevistas con el personal fueron aún más condenatorios, con "alrededor del 43 por ciento de los encuestados [en desacuerdo] de que la investigación del FMI no permitiera perspectivas alternativas". Además, "el 62 por ciento de todo el personal encuestado dijo que su investigación y sus conclusiones tenían que estar alineadas con los puntos de vista del FMI "con mucha frecuencia" o "frecuentemente."

La OEI también señaló que "la calidad técnica de las publicaciones de investigación del FMI era poco consistente", mientras que la "calidad de los SIPs y WPs, que no están sujetos a un control de calidad riguroso, fue menor y aún menos consistente" que la calidad de las publicaciones más importantes, como la Perspectiva Económica Mundial. Tal como era de esperarse, la OEI también encontró que las recomendaciones de una evaluación externa de 1999, de que los productos de investigación del FMI deberían ser sujeto de revisión externa, aún no han sido implementadas.

Por último, la evaluación también reveló que "la relevancia de la investigación se vio obstaculizada a menudo por la falta de la consulta previa con las autoridades nacionales en temas de investigación, y por la falta de un contexto nacional e institucional."

La OEI exige una reforma

La OEI presentó una serie de recomendaciones incluyendo las siguientes: las autoridades del país deben ser consultadas en la definición de las prioridades de investigación, los procesos de revisión deben ser reforzados de manera significativa, incluyendo las evaluaciones externas, y se debe nombrar a una/un alto funcionario para que supervise la reforma, quien deberá presentar un informe anual sobre este trabajo a la Junta. La OEI también dijo que el Fondo necesitaba cambiar su cultura institucional para "permitir que los investigadores pudieran explorar los temas sin conclusiones o mensajes preconcebidos."

La Junta del FMI consideró que la crítica de la investigación dirigida era "preocupante" por lo que "respaldó ampliamente" las recomendaciones de la OEI, pero el director interino del FMI, John Lipsky, dijo que se sentía "alentado" por las conclusiones generales del informe, a pesar de las muchas deficiencias encontradas. Al comentar el informe, AV Rajwade, profesor visitante en el Instituto Hindú de Gestión, dijo: "las autoridades de nuestro país deben ser mucho más cuidadosas aceptando aquello por lo que Washington aboga, relacionado con los tipos de cambio determinados por el mercado, en vez de creerlo como si fuera el evangelio."

Una edición especial de junio de 2011, de la Revista Internacional de Investigación del Trabajo, se sumó al coro de voces que afirman el hecho de que el FMI no ha cambiado lo suficiente sus prescripciones de política después de la primera oleada de la crisis financiera. Iyanatul Islam de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) está en desacuerdo con la falla de los economistas del FMI al no priorizar el objetivo del pleno empleo en los marcos macroeconómicos.

El editor de la revista, Pierre Laliberté, sostiene que aunque el tono del FMI ha cambiado, sus prescripciones de política en la eurozona (ver Boletín 77) y en otras partes, proponen una cura que "será dolorosa para la mayoría [y] que puede desangrar y matar el paciente." Finalmente, Robert Wade, de la Escuela de Economía de Londres sostiene que "las disfunciones de las organizaciones globales", tales como el G20 y el FMI, puede "inducir el crecimiento de los mecanismos de compensación de gobernabilidad regional, como la Iniciativa Chiang Mai" (ver Boletín 77).

Crítica profunda de la investigación del Banco

Un nuevo libro, La Economía Política del Desarrollo, escrito por académicos de la Facultad de Estudios Africanos y Orientales de la Universidad de Londres, se lamenta de la incapacidad del Banco para repensar su papel del conocimiento a la luz del informe independiente Deaton 2006, donde se cuestiona la calidad de la investigación del Banco (ver Boletín 54). Capítulos detallados escritos por una variedad de académicos "en esencia, están en desacuerdo con el marco neoliberal [del Banco], y sistemáticamente demuestran sus fallos a través de una serie de áreas." Ellos critican la investigación del Banco sobre la agricultura (ver Boletín 77), el sector financiero (ver Boletín 63), el agua, los conflictos, el VIH / SIDA, el capital social y la salud.

Elisa Van Waeyenberge y Ben Fine argumentan que el hecho de que el Banco no esté abordando y asumiendo la crítica del informe Deaton "es aún más sorprendente y decepcionante, dada la gravedad y la naturaleza de las críticas dirigidas a la práctica de investigación del Banco." En un capítulo final, Van Waeyenberge, Fine y Kate Bayliss dicen que el Banco "aparentemente está ignorante de los contextos y las relaciones de poder relacionados con sus políticas y con las investigaciones llevadas a cabo" y que "la investigación del Banco [implícitamente] no tiene en cuenta ninguna agenda, como tampoco la historia, el poder o la política." Los académicos extraen algunas conclusiones para el Banco, entre ellas dicen que "la naturaleza y el papel de la investigación (no sólo en el Banco, sino más ampliamente) no deben ser realizadas en forma aislada de su retórica y contexto político", y que "la propia investigación del Banco ha tenido el efecto de impedir la consideración de un enfoque más radical."