En mayo de 2011, el Grupo de Evaluación Independiente (IEG), organismo de evaluación independiente del Banco Mundial, publicó una revisión crítica de los fondos fiduciarios del Banco (ver Boletín 47), incluyendo los Fondos de Inversión Climática (ver Boletín 77).
La evaluación concluyó diciendo que "los fondos fiduciarios no han sido una manera consistentemente eficaz de proporcionar el financiamiento. No se integran bien con los programas de los propios países, y tampoco fomentan la coordinación sobre el terreno con otras fuentes de ayuda." La evaluación tampoco encontró "evidencia clara de que los recursos de los fondos fiduciarios hubieran aumentado la "asistencia global para el desarrollo." Sin embargo, también afirmó que en ciertas áreas los fondos fiduciarios eran importantes y podrían ser "indispensables en la provisión de financiamiento de donaciones coordinadas en respuesta a las emergencias de los países" y podrían "aportar un valor añadido como un vehículo para la financiación de bienes públicos globales y regionales." Sin mencionar casos específicos, el IEG dijo que "muchos fondos globales – incluyendo los fondos que… financian la provisión de bienes públicos regionales o mundiales – gozan de poca o ninguna participación de los destinatario en su diseño e inicio."