Al tiempo que el G20 publica sus conclusiones sobre cómo administrar los flujos de capital, el FMI en sus publicaciones muestra un cambio gradual de actitud hacia la aceptación de normas nacionales para gestionar los flujos internacionales de capital.
En octubre de 2011, los ministros de finanzas del G20 emitieron un documento con Conclusiones Coherentes para la Gestión de los Flujos De Capital. Esto confirmó el cambio de actitud del FMI respecto a la creación de un "código de conducta" de los controles de capital (ver Boletín 76). En su lugar, el Fondo hizo hincapié en que "no hay una única receta para todos los casos o una definición rígida de las condiciones para el uso de las medidas de gestión de los flujos de capital". También afirmó que al tiempo que las medidas deben ser "destinadas a determinados riesgos", "revisadas periódicamente", y "adaptadas o invertidas, en la medida en que las presiones desestabilizadoras disminuyen", éstas también deben apoyar cautelosamente una mayor utilización de los controles de capital y otras políticas de gestión de cuenta de capital, por parte del G20 y de otros países.
Por lo tanto, tal parece que la posición anterior del FMI de que los controles deben ser utilizados sólo como último recurso (ver Boletín 75), parece estar siendo revaluada. El FMI reconoce lo anterior en su informe de septiembre de 2011, sobre la Vigilancia Multilateral, diciendo que "las herramientas para la gestión de los flujos de capital son útiles para cambiar la composición de los flujos de capital". Esto sigue la línea de una nota para debate de funcionarios del FMI en de agosto de 2011, ‘La eficacia de los controles de capital y de la regulación prudencial en la gestión de grandes entradas de capital’, la cual sostiene que "por razones que todavía no son bien comprendidas, los controles de capital y otras medidas preventivas a veces logran sus objetivos, mientras que son ineficaces en otras ocasiones.
Sin embargo, la nota para debate se centra en "países que ya han liberalizado muchos tipos de flujos internacionales de capital", lo cual no es aplicable en países como China y la India, que tienen "sistemas integrales," los cuales "permiten una vigilancia estrecha de los flujos y una aplicación calibrada más rigurosa de los controles cuando es necesario". Aun así, la nota considera que "los controles son más eficaces en países [como China y la India] que tienen un control más estricto de los flujos de capital", pero no reflexionan sobre las implicaciones de esta afirmación, o si dichos controles han contribuido al notable éxito económico de estos países en las últimas décadas.
En vez de ello, la nota concluye diciendo: "Los controles de capital pierden su eficacia con el tiempo, en la medida en que los mercados encuentran la manera de eludirlos"; y, mientras que los controles pueden "cambiar la composición de las entradas", para animar los flujos a largo plazo, "no son muy eficaces con los flujos generales" y además "en la mayoría de los casos, los controles tampoco tienen mucho efecto en la apreciación de la moneda". La nota termina pidiendo que se lleve a cabo más investigación, y afirmando que es necesario comprender mejor los efectos de diferentes tipos de controles.
Roberto Frenkel, de la ONG argentina CEDES, hablando en una conferencia de mayo de 2011 sobre cómo controlar las corrientes de capital, co-organizada por el FMI y el gobierno de Brasil, dio una perspectiva alternativa: "La razón principal por la cual yo creo que las políticas [para el control del capital] deben ser aplicadas, es debido a los efectos que los flujos de capital tienen sobre el tipo de cambio real, lo cual representa una amenaza para la actividad económica, el empleo y en general para el desarrollo económico de estos países".
Enfoque Alternativo
Mientras tanto, en noviembre de 2011, Stephany Griffith-Jones y José Antonio Ocampo (de la Universidad de Columbia), y Kevin Gallagher (de la Universidad de Boston), publicaron un documento de exposición de problemas, con un claro llamado por un enfoque alternativo. El documento resume las discusiones de un grupo de trabajo independiente sobre la gestión de los flujos de capital y también incluye aportes de Rakesh Mohan, ex vicegobernador del Banco de Reservas de la India. Ellos afirman que "las recetas del FMI distan de ser buenos consejos para muchos países en desarrollo" y en su lugar las regulaciones de las cuentas de capital "deben ser consideradas como una parte esencial de la caja de herramientas de la política macroeconómica y no como simples medidas de último recurso". Ellos proponen un conjunto de directrices para el uso de este tipo de regulaciones, y hacen un llamamiento para que el FMI y otros organismos mundiales "realicen un gran esfuerzo para reducir el estigma asociado con las regulaciones de las cuentas de capital y para proteger la habilidad de las naciones en el despliegue de regulaciones a las cuentas de capital que prevengan y mitiguen las crisis".