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¿Poca moneda para el dinero global?

5 diciembre 2011

Al tiempo que el G20 aplazó la decisión de otorgar nuevos derechos especiales de giro (DEG) [el activo de reserva internacional gestionado por el FMI], el Fondo concluyó la revisión de su vigilancia y en uno de sus nuevos informes abordó el espinoso asunto de los desequilibrios mundiales.

Las expectativas de que la cumbre del G20 en Cannes pudiera acordar una mayor emisión de derechos especiales de giro (ver Boletín 65) fueron anuladas, y el asunto fue postergado para la reunión de los ministros de finanzas del G20 en febrero de 2012. Por otra parte, una nota para debate del personal del FMI en octubre de 2011, La Internacionalización de las Monedas de los Mercados Emergentes reiteró los pasados argumentos del FMI de que la solución a la caída del dólar debe ser el uso gradual de otras monedas comenzando con el renmibi chino. Aldo Caliari, de la ONG estadounidense Centro de Preocupación (Center of Concern), lo llamó un "programa rígido que pretende ampliar la canasta de monedas pero no parece estar guiado por una lógica en particular para que la canasta sea más estable y flexible, sino más bien guiado por realidades geopolíticas".

Para hacer frente a los desequilibrios económicos mundiales que, para muchos, fueron un precursor esencial de la crisis actual (ver Boletines 77, 75), el G20 sólo repitió las afirmaciones de costumbre de la necesidad de "seguir en la dirección de más sistemas de tasas de cambio determinadas por los mercados". Sin embargo, un artículo de septiembre de 2011, de Jan Kregel del Instituto Económico Levy, sostiene que lo anterior supondría un importante cambio en la política de China y de otros países en desarrollo con economías de rápido crecimiento. El autor concluye diciendo que "si vamos a pedir a los países en vías de desarrollo que contribuyan a la estabilidad internacional al crecer más despacio o cambiar de estrategia… esto representaría una pérdida para estos países en términos de crecimiento de los ingresos no percibidos, lo cual debe ser compensado por los países desarrollados".

El primer informe del FMI sobre efectos colaterales consolidados, examina los efectos en otros países de la política de cinco economías importantes a nivel mundial, Estados Unidos, China, el Reino Unido, la eurozona y Japón – informe que recibió menos críticas. Estuvo al lado de China en el actual debate sobre si los países con excedentes o los países deudores son más culpables de los impactos negativos de los desequilibrios mundiales. Mientras el enfoque gradual de China de incrementar el valor de su moneda "sólo produce un modesto crecimiento de efectos secundarios", un endurecimiento de la política monetaria estadounidense (por ejemplo elevando las tasas de interés) "invertirá el auge de las entradas de capital y de las monedas de los mercados emergentes" – lo cual confirma el análisis de un informe reciente de la ONG el Centro del Sur, el cual dice que el auge de los flujos de capital hacia los países en desarrollo está construido sobre los frágiles cimientos de bajas tasas de interés en los países del norte (ver Boletín 75).

Revisión de la vigilancia del FMI

El FMI completó su Revisión Trienal de Vigilancia en octubre de 2011, la primera de estas revisiones de la vigilancia del FMI en el ámbito multilateral, en adición a sus evaluaciones normales a nivel nacional. La cuestión central de la tracción, o más bien de la falta de tracción del FMI o de su influencia sobre las principales economías, fue reconocida por muchos como la razón principal de los fracasos del FMI en el período previo a la crisis (ver Boletín 74). La Revisión señala que "los entrevistados sugirieron que el Fondo no era lo suficientemente crítico de las políticas de sus principales accionistas". Sin embargo, esta Revisión sólo recomienda "traer perspectivas externas para mejorar la vigilancia con el objeto de aumentar su honestidad".

El principal tema de debate entre los miembros de la Junta fue la evaluación de los tipos de cambio por parte del FMI. La Revisión prometió "mejorar la coherencia y la transparencia del análisis del tipo de cambio y asegurarse de que el debate sobre la estabilidad externa en los informes del personal irá más allá de los tipos de cambio". El directorio ejecutivo del FMI aprobó las recomendaciones de esta Revision.