El directorio del Banco Mundial aprobó en enero de 2012 una propuesta revisada del nuevo y controvertido Programa para Resultados (PforF – Program-for-Results) un instrumento de préstamo (ver Boletín 77 y 75), con algunas concesiones a los críticos. Mediante el PforR el Banco puede contribuir a los programas respaldados por los gobiernos, en arreglos combinados con otras instituciones y donantes. Además, el desembolso de los fondos está directamente vinculado con los resultados convenidos de la financiación.
En respuesta a una acción legislativa por el Congreso de Estados Unidos y a las preocupaciones de que el PforR pueda remplazar una gran proporción de los préstamos de inversión basados en proyectos, el Banco limitará el uso del nuevo instrumento a sólo el 5 por ciento del total de financiación de los compromisos anuales durante dos años. El levantamiento de este margen y el despliegue de la plena aplicación dependerán de una "rigurosa" revisión de su desempeño. Grupos de la sociedad civil, tales como la fundación política alemana Heinrich Boell, acogieron con beneplácito el límite, pero siguen existiendo preocupaciones alrededor de la independencia del proceso de revisión que será utilizado para determinar si el límite debe ser levantado.
Aunque el Banco ha lanzado una revisión de la política de salvaguardia y consulta (ver Boletín 79), la evaluación del Banco de los programas PforR propuestos se basará en "consideraciones de varios países relativas a estrategias programáticas específicas, y a consideraciones técnicas y de riesgo." El Banco afirma que este enfoque fortalecerá el sentido de pertenencia de los países. Sin embargo, Nancy Alexander de Heinrich Boell argumenta que "no hay ninguna razón por la cual proporcionar protección básica contra el fraude y la corrupción y las protecciones básicas para evitar daños a personas y el medio ambiente, sean incompatibles con el sentido de pertenencia de los países. Por el contrario, esas normas básicas son necesarias para los resultados de desarrollo." "Mientras tanto un informe sobre Sudáfrica, del Panel de Inspección del Banco (el mecanismo de quejas sobre préstamos públicos) fue dado a conocer en forma no oficial. Este informe revisa uno de los sistemas pilotos del Banco en el país, la Planta de Carbón Sudafricana Eskom (ver Boletines 73 y 72). El informe encontró "lagunas que no fueron identificadas o dirigidas" en el PforR, y además planteó una serie de problemas relacionados con el proyecto.
Además hay confusión sobre el estado de los proyectos de "Categoría A", definidos por el Banco como aquellos "que probablemente tengan impactos ambientales adversos significativos que sean sensibles, diversos o sin precedentes". El Banco define los impactos sensibles como aquellos que "pueden ser irreversibles" o que plantean cuestiones cubiertas por las políticas de salvaguardia del Banco sobre los hábitats naturales, los pueblos indígenas, los recursos culturales físicos o el reasentamiento involuntario. La propuesta de la Junta aclara que esta categoría es excluida del PforR, pero esto no se repite en la documentación de política operacional del proyecto, y ésta es la que gobierna efectivamente el PforR. En cambio, afirma que "las actividades que suponen un riesgo de efectos adversos potencialmente significativos e irreversibles en el medio ambiente o que afectan a las personas […] no son elegibles para la financiación del Programa Para Resultados", lo cual podría interpretarse como que excluye sólo los proyectos de Categoría A con impactos potencialmente irreversibles.