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Opiniones del Banco sobre la pobreza son "econocéntricas"

18 abril 2012

Al tiempo que el Banco Mundial publica sus más recientes estimaciones de la pobreza mundial, los críticos advierten acerca de las deficiencias de los datos y cómo estos alteran una comprensión acertada de los asuntos. A finales de febrero de 2012, el Banco actualizó sus estimaciones de la pobreza global en el mundo en desarrollo con datos de 2005 a 2008. Los datos dicen que el porcentaje de personas que viven por debajo de la línea de la pobreza (US$1,25 al día), y el número de pobres se redujeron en todas las regiones por primera vez en un ciclo de tres años, desde que se comenzó a hacer seguimiento a la pobreza extrema en 1981 (ver Boletines 78, 62, 59). El Banco también alegó que el primer Objetivo de Desarrollo del Milenio ya había sido logrado (reducir a la mitad la pobreza extrema de su nivel de 1990 para el año 2015), en base a un "estudio preliminar de las estimaciones para el año 2010."

Sin embargo, Robin Broad de la Universidad Americana y John Cavanagh del Instituto para Estudios de Política advierten que las cifras del Banco son "muy poco fiables", ya que las estimaciones de 2010 "fueron extrapoladas a partir de muestras demasiado pequeñas". Laurence Chandy y Homi Kharas del grupo de pensadores estadounidense del Instituto Brookings, también señalaron errores en las cuestiones metodológicas de las estimaciones del Banco, tales como "insuficientes datos en la encuesta, encuestas viciadas, y conversiones defectuosas [en la paridad del poder adquisitivo]".

Las estimaciones de la pobreza del Banco son muy importantes ya que afectan la asignación de la ayuda, al igual que la clasificación de los países en cuatro categorías de ingresos (ver Boletín 78). Seth Kaplan, analista de política exterior, sostuvo que "la utilización de un solo número – el ingreso per cápita – para determinar el estatus de un país… produce resultados que no reflejan las situaciones del mundo real. Ignorar las cuestiones como la desigualdad, el desarrollo humano, la exclusión social, y la capacidad del gobierno… no hace justicia a las organizaciones ni a las personas que utilizan el sistema".

Un artículo en la revista Nueva Economía Política de Antje Vetterlein de la Facultad de Negocios de Copenhague, analizó la posición del Banco sobre la pobreza en los últimos cuarenta años, contrastando su discurso y sus políticas con sus actividades operacionales y los datos de la organización: "El Banco continuamente cae en descrédito a la hora de dar un significado cualitativo a la expresión de lo ‘social’… debido a su continua cultura econocéntrica… [Y] por sólo tratar las cuestiones que pueden ser cuantificadas". Ella descubrió que en el Banco "el conocimiento económico… gana la partida sobre los conocimientos sociales y otros más complejos relacionados con la pobreza. … Es más fácil para el Banco medir la pobreza en términos de ingresos, expectativa de vida, matrículas escolares y otros datos por el estilo, en vez de utilizar los conocimientos sociales".