Después de conversaciones de alto nivel en mayo de 2012, el vice primer ministro chino, Wang Qishan, anunció el apoyo de Estados Unidos para la inclusión del yuan en la canasta de divisas, de la cual el FMI sacará los derechos especiales de giro, la divisa internacional de reserva emitida por el Fondo. Al tiempo que esto apoya los planes chinos para que el yuan se convierta en una divisa de reserva alternativa al lado de dólar estadounidense y el euro, las recomendaciones del FMI para China para acelerar el movimiento a la convertibilidad y abrir completamente su cuenta de capital han atraído la crítica doméstica. Li Daokui, un consejero del Banco de las Gentes de China, argumentó en noviembre de 2011, que "China no debe aceptar los calendarios o condiciones de otros países para la inclusión de su moneda" y anotó que el proceso de apertura podría tomar otros diez años.