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En entredicho el historial del Banco Mundial sobre el clima

12 octubre 2012

El historial del Banco Mundial en las inversiones de los combustibles fósiles continúa siendo motivo de preocupación en este momento, cuando el Banco asume su papel como administrador interino del nuevo Fondo Verde para el Clima (GCF en inglés), a nombre de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). 

Lanzado a finales de 2011 para gestionar el clima y financiar las transferencias de los países desarrollados a los países en desarrollo, el GCF celebró su primera reunión oficial en Ginebra en agosto de 2012 después de varios retrasos (verUpdate 81. El Banco será el administrador interino hasta 2015, cuando un administrador permanente será elegido.

En la reunión del GCF la secretaría provisional presentó varios borradores de documentos, incluyendo una descripción de las actividades y los gastos incurridos por el Banco como administrador interino. Se calcula que los gastos previstos del Banco hasta finales de octubre de 2012 serán casi de US$400.000. En un informe de septiembre de 2012 por la fundación política alemana Heinrich Boell, se plantearon varias preguntas sobre el costo de las tarifas del Banco por sus servicios, por ejemplo, la preparación de informes y documentos. También hay preocupaciones en torno a términos que implican que hubo una autoevaluación realizada por el mismo Banco Mundial de sus propios servicios de administrador interino, en vez de ser una revisión realizada por un auditor externo. La directiva del GCF pidió a la secretaría provisional que trabajara con el Banco para enmendar los informes pertinentes de acuerdo a los comentarios, lo cual será presentado en la próxima reunión de la directiva, prevista para mediados de octubre.

Mientras tanto, el historial del Banco Mundial en las inversiones de los combustibles fósiles continúa siendo motivo de preocupación (ver Boletin 82, 80). Un informe de julio de 2012 por la coalición de ONGs Movimiento Sobre la Deuda y el Desarrollo Jubileo Sur Asia Pacífico, donde se examinan los proyectos de carbón del Banco Mundial en la región, concluye diciendo que, en los últimos 61 años, el Banco había financiado proyectos que producen o hacen gran uso de los combustibles fósiles en la región de Asia y el Pacífico, con un valor total de casi US$70 mil millones. Más de US$20 mil millones de esa cantidad fueron provistos en los últimos diez años, principalmente a la India. El informe sostiene que el Banco, por lo tanto, carece de una "base genuina para exigir un lugar en las negociaciones sobre el clima y un decir en la financiación del clima". En lugar de ello, el Banco "tiene una deuda para saldar con los pueblos del mundo, especialmente en el Sur, por su complicidad en la crisis del clima", sin que "hasta el momento, haya reconocido explícitamente la responsabilidad que le corresponde".

Los problemas de carbón de la India

El apagón de la India en julio de 2012, que afectó a más de 620 millones de personas, ha llevado a algunos a criticar el papel del Banco Mundial al continuar proporcionando incentivos para ampliar la explotación del carbón en la India, en vez de explorar fuentes de energía sostenibles. Daphne Wysham de la ONG estadounidense, el Instituto de Estudios de Política, sostiene que "si el Banco hubiera prestado atención a sus propios estudios a principios de los 90, los cuales mostraron que la forma más económica de responder a las necesidades energéticas de las regiones rurales más pobres de la India, era la inversión en la energía renovable, muchos de los problemas energéticos y ambientales actuales de la India habrían sido resueltos".

En una entrevista en septiembre de 2012 con la revista hindú Business Today, Roberto Zagha, el director de país del Banco en la India, argumentó que el incremento en la producción de las minas de carbón hindú es una "solución fácil" para los problemas energéticos de la India, pero que también hay problemas, por ejemplo, los yacimientos de carbón "están en las áreas forestales protegidas o en las zonas  tribales". Zagha señaló que "todo el carbón que la India necesita será importado de Australia e Indonesia. Una alternativa sería crear una política diferente donde se pudieran talar los árboles y utilizar las tierras tribales."

Soumya Dutta, activista de la campaña hindú Ciencia de la Gente, pregunta cuál es la justificación para la explotación del carbón: "Si consideramos todos los costos (incluyendo los costos de la protección del medio ambiente), actualmente el viento es mucho más barato que el carbón, y la energía solar lo será en pocos años. Las nuevas plantas de carbón tomarán años para producir y además nos encerrarán en un círculo de energía sucia durante cuatro décadas."

Hay una nueva polémica sobre el apoyo a la energía a base de carbón en la India por parte de la Corporación Financiera Internacional (CFI – el brazo del sector privado del Banco).  En julio de 2012, el Defensor del Pueblo (CAO en inglés – el brazo de rendición de cuentas de la CFI), ordenó una investigación completa de la inversión en la planta de carbón Mundra Tata (ver Boletines 80, 77 y 59). La investigación fue instigada por una denuncia de 2011 sobre "presuntos y anticipados efectos adversos de la planta en los medios de subsistencia y el medio ambiente".

Bharat Patel, de Machimar Adhikar Sangharsh Sangathan (MASS), la Asociación de Pescadores que presentó la denuncia a nombre de los pescadores locales, dijo: "Esperamos que la investigación sea profunda y que examine imparcialmente todos los asuntos, para que se suspenda la financiación de este proyecto que está amenazando la frágil ecología y la vida de miles de pescadores".

La denuncia coincide con un informe de julio de 2012 por un panel independiente de alto nivel, elaborado por el Foro Nacional de Pescadores y solicitado por MASS. El presidente del panel es S. N. Bhargava, antiguo presidente de la corte suprema del estado hindú de Sikkim. El informe concluye diciendo que este proyecto de la planta de carbón "tiene costos sociales, ambientales y económicos desproporcionadamente altos", los cuales han sido "ignorados o deliberadamente descuidados" por las personas responsables. Las recomendaciones del informe incluyen: un llamamiento a las instituciones financieras internacionales para que "den asistencia financiera para que el proyecto sea suspendido" hasta que se haya realizado "una revisión inmediata del proyecto, a fin de estudiar el cumplimiento con las políticas de salvaguardia".