Al tiempo que un nuevo informe del Banco Mundial advierte sobre los impactos del cambio climático, surgen preocupaciones sobre su propia trayectoria en el tema. Mientras que el Banco ha aumentado su cuota de energía renovable, su continuación de la financiación de los combustibles fósiles y su enfoque en las grandes represas siguen siendo controvertidos.
Al tiempo que la 18ª Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) estaba a punto de comenzar en Qatar a fines de noviembre de 2012, el Banco Mundial publicó un nuevo informe sobre los peligros del cambio climático resumiendo los últimos descubrimientos de la ciencia climática. En el informe, Ji Yang Kim, el presidente del Banco Mundial, advirtió que el mundo estaba en camino de un calentamiento cuatro grados por encima de clima pre-industrial con "devastadoras" posibles consecuencias y expresó su esperanza de que el informe "nos sacudirá e impulsará a la acción". El informe concluye diciendo la única opción "es la acción y cooperación tempranas a nivel internacional".
El informe fue presentado después de la publicación, en noviembre de 2012, de la evaluación del Grupo de Evaluación Independiente del Banco sobre la trayectoria del Banco en relación con la adaptación al cambio climático. La conclusión de esta evaluación dice que los esfuerzos del Banco se han centrado en gran parte en la "variabilidad del clima actual", pero carecían de "una brújula fiable que pudiera servir de guía para los futuros esfuerzos de adaptación" y en los "procedimientos sistemáticos de identificación de riesgos relacionados con el cambio climático en los proyectos". El informe señala dos sectores s
ujetos a largo plazo de riesgo climático pero con prácticas incoherentes: la energía hidroeléctrica y las áreas protegidas.
No obstante, en junio de 2012 una actualización del Marco Estratégico del Banco sobre el Desarrollo y el Cambio Climático 2009/11, delinea las ambiciones futuras del Banco, alegando que éste "puede desempeñar un importante papel" en la lucha contra los "desafíos inmediatos para la financiación del cambio climático", como "la operatividad del Fondo Verde Climático" de las Naciones Unidas (GCF – Green Climate Fund) – (ver Boletín 82,79)
No tiene una estrategia para los combustibles fósiles
En respuesta al informe de noviembre sobre la ciencia climática, Carroll Muffett, de la ONG estadounidense el Centro de Derecho Ambiental Internacional, pregunta si el informe "va a sacudir e impulsar al mismo Banco a la acción", y señala que el informe "no propone las iniciativas para el cambio de paradigma ni los cambios de política que sus conclusiones demandan". Muffett pide que el Banco comience con "el compromiso simple, claro y sin ambigüedades, de poner fin a sus propias inversiones en los combustibles sucios".
Al tiempo que el Banco presta más atención a las energías renovables (el portafolio de préstamos a la energía renovable aumentó en un 44 por ciento en el año fiscal 2012), las ONGs critican el fracaso del Banco para detener el financiamiento de los combustibles fósiles, apuntando al debate de 2011, aún en curso, sobre su estrategia energética (ver Boletín 78). Según Sunita Dubey de la ONG Sudafricana Groundwork: "Es muy fácil culpar de todo a la India y China en estos días, pero por otro lado la gerencia del Banco en su conjunto no ha demostrado ningún liderazgo en la lucha para controlar la financiación del carbón."
En el evento del lanzamiento del informe sobre el cambio climático, Kim sostuvo que al tiempo que el Banco estaba haciendo "todo lo posible para no invertir en el carbón… somos el grupo de último recurso en la búsqueda de la energía necesaria que los países necesitan desesperadamente". Nezir Sinani de la ONG kosovar, Instituto de Políticas de Desarrollo, que se opone a un proyecto de energía de carbón en Kosovo (ver Boletines 82 y 80), dice: "Esto demuestra claramente que el Banco no está considerando cómo el carbón afecta la vida de las personas, y mucho menos el medio ambiente. Yo me siento muy escéptico de que el Banco lleve a cabo los cambios necesarios para evitar un aumento de cuatro grados en la temperatura mundial, cuando se ve claramente cómo el camino que han trazado es el del carbón."
Además, el porcentaje de energía renovable incluye a las grandes represas (ver Boletín 82,81). A fines de septiembre, la Coalición Sosnovka de las ONGs Ambientales y de los Pueblos Indígenas de Siberia y el Lejano Oriente, escribió a Kim expresando su preocupación por la inclusión de la propuesta presa hidroeléctrica Shuren en el proyecto de apoyo para la infraestructura minera del Banco de Inversión de Mongolia. La carta insta al Banco a "reconsiderar su participación", diciendo que la represa era un proyecto "anticuado" que ponía en riesgo al Lago Baikal, el lago de agua dulce más grande del mundo. También pidió al Banco que en lugar de ello, "ayudara a Mongolia a desarrollar una mejor estrategia de desarrollo de energía que… no pusiera en riesgo la diversidad biológica mundial y el sustento de los pueblos indígenas". El Banco respondió en octubre de 2012 diciendo que "revisaría la propuesta de proyectos prioritarios".
También se ha expresado inquietud en forma continua sobre el papel del Banco como administrador interino del Fondo Verde Climático (GCF – Green Climate Fund). Coincidiendo con la reunión del mes de noviembre de la CMNUCC, una declaración de doce ONGs Latinoamericanas, incluyendo al Centro de Defensa Medioambiental de Panamá, expresó su "desconfianza y duda en cuanto a la idoneidad del Banco como fideicomisario permanente del GCF", debido a sus "violaciones de los derechos humanos en el pasado y a los graves daños ambientales derivados de algunos proyectos del Banco Mundial".
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