Las instituciones financieras internacionales (IFIs) están renovando su enfoque en los estados de Europa Central y Oriental al tiempo que caen las tasas de crecimiento en los países. El Banco Mundial prometió una mayor financiación para los países en riesgo de inestabilidad, sin embargo, los préstamos del FMI que se están negociando con Hungría y Rumania son objeto de polémicas
En noviembre de 2012, las IFIs elaboraron un Plan de Acción Conjunta (el Grupo del Banco Mundial, el Banco Europeo de Inversiones [BEI] y el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo [BERD]). Este Plan promete hasta €30 mil millones (US$39 mil millones) en los compromisos conjuntos durante 2013-14, para apoyar la recuperación económica y el crecimiento en Europa Central y Sudoriental. Sin embargo, Suma Chakrabarti, presidente del BERD, afirma que esta es una crisis por la cual, "estos países no son responsables". El Plan de Acción Conjunta IFI se basa en la Iniciativa de Viena de 2009-10 (ver Boletín 76)).
El Banco Mundial prometió una dotación de €6,5 mil millones para el Plan – €4,5 del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF – su brazo de préstamos para países de medianos ingresos), y de la Asociación Internacional de Fomento (AIF, su brazo de subsidios y préstamos concesionales). El resto provendrá del brazo del sector privado del Banco, la Corporación Financiera Internacional (CFI). Un vocero del Banco al preguntársele qué tanto de esta financiación sería adicional, dijo, "de los €4,5 mil millones de la financiación BIRF/AIF… para el año fiscal 2013 la nueva financiación será de US$2.3 mil millones (€1,77 mil millones)."
Mark Fodor, de la red de ONGs CEE Bankwatch, dijo: "Me siento escéptico en cuanto a la función del Banco Mundial, teniendo en cuenta la trayectoria de inversión de las IFIs en la región. Su apoyo exacerbó la vulnerabilidad a la inestabilidad internacional. Las IFIs construyeron un castillo de naipes promoviendo políticas para que las economías se vieran fuertes, pero lo que hicieron en realidad fue exponerlas aún más a la inestabilidad económica mundial."
En 2008 Hungría obtuse un préstamo del FMI y de la Unión Europea por un valor de €20 mil millones (ver Boletín 74, 66 . En enero de 2012 las negociaciones con el FMI y la UE se reanudaron para establecer una línea de crédito por valor de entre €12 mil millones y €15 mil millones. Pero en octubre de 2012, el gobierno húngaro inició una campaña de anuncios públicos que rechazaba las demandas de austeridad del Fondo. Este desafío fue descrito por el analista financiero Zoltan Arokszallasi como "una coreografía". Él agregó, "el gobierno está tratando de asegurar una forma de protegerse, aún en el caso de que haya un acuerdo con el FMI". A principios de noviembre de 2012, el gobierno indicó su disposición hacia un acuerdo.
El presidente de Rumania, Traian Basescu, anunció en noviembre de 2012 que su gobierno estaba buscando un nuevo acuerdo ´standby´ para cuando su paquete actual expirara en la primavera de 2013. El acuerdo de préstamo de 2009 de US$24,7 mil millones, con el FMI, la UE y el Banco Mundial, exige fuertes recortes de gastos. Las protestas públicas generalizadas en las calles a principios de este año se opusieron a las políticas del gobierno de centro-derecha, que posteriormente perdió las elecciones. El Fondo exigió la retención de las reformas del mercado laboral aunque admitió que el desempleo seguía siendo "alto". Petru Danea, del sindicato Cartel Alfa, dijo que la "idea de la reforma laboral era la de reducir la relación entre los empleadores y los empleados a un acuerdo laboral individual".