Gobernanza de las IFI

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Cambios "cosméticos" al gobierno del FMI

6 diciembre 2012

El FMI está a punto de embarcarse en una nueva ronda de negociaciones sobre la reforma de su gobernabilidad, al tiempo que persiste un ambiente de malestar sobre los cambios convenidos que aún no han sido implementados.

El FMI debe concertar una nueva fórmula (ver Boletín 79) para guiar los derechos de voto en la institución para finales de enero d 2013 (ver Boletín 81, 73). Los principales debates en la revisión del cálculo de la fórmula se deben a la inclusión de factores que miden la apertura comercial y la volatilidad, así como el equilibrio entre el mercado de valoración del tipo de cambio del PIB con la paridad de poder adquisitivo en la valoración del PIB (PPA – Purchasing Power Parity). Los países en desarrollo prefieren la valoración PPP.

La Junta directiva del Fondo examinó la fórmula nuevamente a finales de septiembre de 2012, pero no pudo llegar a un acuerdo. El resumen de la discusión incluyó las declaraciones "se expresaron opiniones diferentes" y "las opiniones continúan siendo divergentes".

the formula is fundamentally flawed

El representante de la India en el directorio del FMI, Arvind Virmani, escribió a mediados de Octubre de 2012 que "las economías emergentes, en particular Brasil, la India y Rusia, han pedido a una reforma radical de la fórmula de la cuota del FMI, argumentando que la fórmula está fundamentalmente viciada."

Sin embargo, la reforma del cálculo de la fórmula es tan sólo el primer paso en el proceso, ya que una vez se haya acordado, los países deberán negociar la aplicación de la fórmula para aumentar su cuota en el FMI, y por lo tanto, aumentar sus derechos de voto. Está previsto que este proceso tome un año y que termine en enero de 2014. La aplicación tomará más tiempo aún.

También persiste un creciente ambiente de malestar debido al fracaso de la implementación del acuerdo de 2010 sobre la reforma de gobierno del FMI. La fecha límite de aplicación se había fijado para las reuniones anuales de 2012. Sin embargo esto no se cumplió porque la administración estadounidense no ha podido conseguir la aprobación del Congreso (ver Boletín 82). A finales de noviembre de 2012, la Tesorería de Estados Unidos aún no había enviado la legislación al Congreso, diciendo a las organizaciones de la sociedad civil que estaba "reflexionando cuidadosamente" sobre cuál era el mejor momento de hacerlo.

Reforma de la Junta del FMI "lenta y limitada"

El acuerdo de 2010 incluía varios otros acuerdos entrelazados para duplicar el tamaño de los fondos aportados a la institución, desplazar algunos pesos electorales y reformar la Junta de Directores. Todos los directores ejecutivos iban a ser elegidos, en lugar de seguir permitiendo que los cinco mayores accionistas unilateralmente siguieran nombrando a los directores. Sin embargo, la elección semestral normal a principios de noviembre de 2012, tuvo que proceder según la normativa anterior debido a las demoras en la ejecución.

Los europeos habían prometido renunciar a dos puestos en la Junta cediéndolos a los representantes de los países con mercados emergentes y los países en desarrollo, sin embargo, después de la votación los europeos todavía siguieron aferrados a 8 puestos, incluyendo 7 de los miembros de la Unión Europea y 1 de Suiza, de un total de 24 puestos. El principal cambio fue con el puesto de Bélgica, el cual cambió de presidir una circunscripción, a compartir una silla con los Países Bajos. Esto dejó su antigua circunscripción para ser presidida por Austria, aunque el acuerdo es de rotar este puesto con Turquía. El ex funcionario de la Tesorería de Estados Unidos, Ted Truman, quien ahora trabaja con el grupo de pensadores estadounidense el Instituto Peterson, se quejó de que la reorganización de los puestos era muy "lenta, limitada y en gran medida cosmética".

Hay posibilidades e ideas más radicales. Una propuesta de octubre de 2012 por Robert Wade de la Escuela de Economía de Londres, y por Jakob Vestergaard del Instituto Danés de Estudios Internacionales, aboga para que los derechos de voto sean divididos en forma más justa entre las cuatro regiones del mundo: Asia, África, las Américas y Europa, con algunos de los votos distribuidos según el tamaño económico dentro de cada región.