Se critica de nuevo a la Corporación Financiera Internacional (CFI, el brazo del sector privado del Banco Mundial) debido a su falta de interés y enfoque en la pobreza, en el momento en que una auditoría de sus inversiones en las instituciones financieras revela la falta de evaluación del impacto ambiental y social.
A principios de enero de 2013, un artículo publicado en la revista estadounidense Foreign Policy (Política Exterior) afirmó, "la cartera de la CFI de miles de millones de dólares en préstamos e inversiones no está en realidad dirigida específicamente a ayudar a las personas pobres." El artículo de investigación, escrito por Cheryl Strauss Einhorn de Columbia Business School, incluye el examen de un préstamo de la Corporación a un hotel de cinco estrellas en Ghana (ver Boletín 77) antes de reafirmar las críticas generales de los grupos de la sociedad civil (ver Boletín 81), y del mismo Grupo de Evaluación Independiente del Banco (ver Boletín 84, 76).
La investigación de Einhorn socava las afirmaciones de la CFI de que está priorizando los resultados de desarrollo y trabajando en regiones fronterizas que carecen de acceso al capital. Takyiwaa Manuh, un asesor para el gobierno de Ghana, quien fue entrevistado por Einhorn, dice: "no creo que la CFI con esta inversión esté luchando contra la pobreza. No se puede decir que se está reduciendo la pobreza sólo porque algunas personas tienen trabajo". Francis Kalitsi, un ex empleado de la CFI que ahora es socio gerente de la empresa de capital privado Capital Serengeti en la capital de Ghana, tiene un punto de vista similar: "El enfoque de la CFI está muy centrado en el lucro. La CFI no enfrenta el problema de la pobreza, y sus inversiones rara vez benefician a las personas pobres." R. Yofi Grant, director ejecutivo de Databank, uno de los bancos más grandes de Ghana, dice: "la práctica de la CFI de conceder préstamos en condiciones atractivas para las empresas multinacionales "pone en desventaja a los bancos locales y a las empresa de capital privado locales y ayuda a los extranjeros a conseguir las inversiones más jugosas y a que se vayan con muy buenas ganancias."
La CFI no enfrenta el problema de la pobreza, y sus inversiones rara vez benefician a las personas pobres.
La respuesta de la CFI al artículo afirma que Einhorn "no examinó completamente el impacto de la CFI".
¿Bienestar corporativo?
Otros proyectos recientes de la CFI también parecen tener un impacto dudoso en el desarrollo, o necesidad de la subvención pública. A comienzos de 2013 se vio el comienzo de la construcción de un hotel Marriott en Kingston, Jamaica. Éste está siendo financiado por una línea de crédito del FMI de 2007, incluyendo una deuda y el capital social de US$28 millones, donde la participación mayoritaria en el hotel es la de Caribe Holdings. Vale mencionar que los ingresos de la franquicia y capital operativo para el hotel Marriott Internacional con base en Estados Unidos fueron más de US$12 mil millones en el último año fiscal.
A mediados de enero de 2013, la CFI propuso invertir €170 millones (US$232 millones) en la multinacional alemana el Grupo Schwarz para que pudiera expandir su cadena de supermercados Lidl en Bulgaria, Croacia y Serbia. La inversión en Lidl que produjo una ganancia de €45,4 millones en ventas según los resultados del último año fiscal del grupo, se supone está contribuyendo al desarrollo "al mejorar el desarrollo de la cadena de suministro de los alimentos".
En diciembre de 2012 la CFI aprobó un préstamo de €10 millones para la empresa conjunta multinacional italiana Same Deutz-Fahr y para el consorcio chino el Grupo Changlin para construir una fábrica de tractores en China. Changlin produjo casi US$500 millones en ventas en 2010, y en el mismo año los fabricantes chinos exportaron más de 166.000 tractores con un valor superior a US$1 mil millones. También en diciembre de 2012, la CFI aprobó un préstamo de US$25 millones a una institución financiera no bancaria colombiana, Credivalores, para que pudiera ampliar su operación de préstamos ´payday´, llamada a veces "usura legal’, a más ciudades pequeñas y medianas. La CFI justifica su apoyo diciendo que éste "ayudará a la empresa a continuar apoyando la inclusión de sus clientes al sector financiero formal."
Dotun Oloko, un nigeriano denunciante quien lucha contra la corrupción afirma: "la máxima de que la ganancia es igual al desarrollo, presentada por la CFI y otros auto denominados organismos de desarrollo (los cuales no reconocen o enfrentan la realidad en el terreno del mundo en desarrollo), es errónea, pues la realidad es que la ganancia tiende a ser cosechada por la élite política corrupta y por las grandes empresas, con poco o ningún efecto de filtración para la gran mayoría de la población empobrecida."
¿Excesivas ganancias?
Un informe de tres ONGs, de mediados de diciembre de 2012, examina los resultados en el desarrollo de la Fundición de Aluminio Mozal en Mozambique financiada por la CFI. El informe, publicado por Justicia Ambiental (Amigos de la Tierra Mozambique), la Campaña Jubileo de la Deuda del Reino Unido, y la Red de Justicia Fiscal (Tax Justice Network) – dice: "la mitad de los costos de la construcción de Mozal vino directamente de las instituciones públicas, o fue garantizada por éstas. En retorno, ellas y los inversores privados recibieron grandes prebendas en beneficios e interés. En contraste el gobierno de Mozambique recibió muy poco. Por cada US$1 que la fundición pagó al gobierno, se estima que US$21 fueron sacados del país en ganancias o interés para gobiernos o inversionistas extranjeros. La CFI contribuyó con US$121 millones en cuasi-capital para el proyecto, de un total de US$1.1 mil millones prestados por entidades privadas y numerosas entidades públicas. Las ONGs pidieron a las entidades públicas que "devolvieran las excesivas ganancias recibidas de Mozal a la población de Mozambique", que para la CFI calcula fue de US$97 millones, y que "apoyen una renegociación de los términos de la fundición para asegurar que Mozal pague una tarifa justa de impuestos".
La CFI también está siendo cuestionada por los lugareños y los agentes económicos del sector turismo en el sur de la India, en el estado de Kerala, debido a su apoyo al proyecto de ampliación del puerto, que es respaldado por el gobierno federal de la India y el estado de Kerala. Ellos presentaron una denuncia al organismo de rendición de cuentas de la CFI en agosto de 2012, citando la escasez de agua, la pérdida de sus medios de subsistencia, la pérdida de tierras y la compensación inadecuada.