Al tiempo que el apoyo del FMI a la reestructuración bancaria en Chipre (ver Boletin 85, comentario) incluyó un estricto conjunto de restricciones a los movimientos de capital, el Banco Mundial y el FMI continúan fallando al no adoptar un enfoque más pragmático sobre las regulaciones a la cuenta de capital.
Las regulaciones de los flujos de capital incluyen límites a los retiros de dinero de los bancos, límite al volumen de euros permitidos en las transferencias al exterior, y en las transacciones con tarjetas de crédito y débito. Al tiempo que la restricción a la salida de emergencia de capital ha sido parte de la caja de herramientas del FMI para la resolución de las crisis, (aunque muy raramente usada), el FMI ha demostrado mucha más cautela con las restricciones sobre las entradas de capital.
En un artículo de mediados de marzo de 2013, por los académicos Kevin Gallagher y José Antonio Ocampo, ellos sostienen que la nueva "opinión institucional" del FMI sobre los reglamentos de la cuenta de capital (ver Boletines 83), "examina cuidadosamente el tipo exacto de regulaciones a la cuenta de capital en los mercados emergentes", pero "no hace un examen similar sobre cuáles son los tipos de política monetaria y regulatoria que desencadenan los flujos de capital más peligrosos desde los países desarrollados a los países en desarrollo". Gallagher y Ocampo afirman que "las condiciones en las que el FMI asesora a los países sobre cómo regular los flujos de capital pueden no ser lo suficientemente completas. Es demasiado pronto para decir si el FMI “cambió la melodía pero sigue con la misma canción".
A principios de marzo de 2013, el vicepresidente del Banco, Hasan Tuluy, indicó que el tipo de regulaciones a la cuenta de capital adoptadas por Brasil habían sido perjudiciales: "El proteccionismo es un instrumento muy contundente. Intervenir en los controles de capital puede ser atractivo en este momento, pero es algo que no se puede mantener a largo plazo."
En contraste, Antonio Tricarico de la ONG italiana Re:Common, dice: "Islandia y Chipre nos mostraron que la única manera de empezar a recobrar el control sobre las finanzas es regresar el genio a la botella de las finanzas globales. La reintroducción de reglamentos permanentes en los movimientos internacionales de capital es la forma de subordinar las finanzas a la política industrial, lo cual llevará a la tan necesaria transformación de nuestras sociedades hacia una economía más justa y baja en emisiones de carbono."