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El Fondo respalda el crecimiento al tiempo que continúa pidiendo recortes

26 junio 2013

Como se espera que continúen los riesgos económicos globales tanto como el estancamiento de las economías avanzadas, la retórica del FMI ahora está cada vez más en contra de la austeridad, lo cual también refleja el cambio de las prioridades nacionales en Estados Unidos, Japón y Francia. Sin embargo, en los lugares donde la influencia política del FMI es mayor, aun continúan los recortes de los gastos.

En las reuniones de primavera del FMI en abril de 2013, el comité de ministros de finanzas que supervisa la labor del Fondo relegó la necesidad de administrar la deuda pública y contener los riesgos de la inestabilidad a una prioridad de "mediano plazo". Fue claro que lo más "urgente" era adoptar decisiones de política a nivel mundial para combatir el desempleo y aumentar el crecimiento.

Un documento de trabajo de abril de 2013, escrito con la participación del economista jefe del FMI, Olivier Blanchard, revela un punto de vista más ortodoxo diciendo que el "control de la deuda" requiere de una "consolidación a mediano plazo", pero destaca que una "demanda privada más débil… debe ser respondida con una consolidación fiscal menor". El informe de abril de 2013 del FMI, `Perspectivas de la Economía Mundial´ afirma que "los temores sobre una alta tasa de inflación no deben impedir… las políticas monetarias muy acomodaticias", llamando a la inflación "el  perro que no ladra".

¿Cambio de actitud?

Un documento de trabajo de Iniciativa para el Diálogo sobre Políticas de la Universidad de Columbia, y el Centro del Sur, un grupo de pensadores intergubernamental de los países en desarrollo, examina la cuestión de si este cambio retórico podrá tener alguna sustancia. Utilizando datos del FMI, el documento revela que 119 países están contrayendo los gastos públicos en términos del PIB en el año 2013, afectando a 5,8 millones de personas. La consolidación es más rigurosa en los países en desarrollo, donde se espera que haya un recorte de casi una cuarta parte del monto de los gastos, partiendo de los niveles previos a la crisis.

El documento examinó los debates de política relativos a 174 países entre enero de 2010 y febrero de 2013. El análisis muestra que más de 100 países planean eliminar los subsidios a los alimentos, el combustible y la agricultura; 98 países prevén recortes salariales; 80 países se proponen reducir beneficios a las redes de seguridad social; 27 países planean recortes a las pensiones y a los servicios de salud; y otros 30 países estarán aumentando la flexibilización laboral; además, 94 países planean aumentar los impuestos sobre bienes, artículos y servicios básicos. El informe señala que el FMI ha "influenciado las políticas" tanto en los países prestatarios como en los no prestatarios, y ha sido "un agente activo" en "el esfuerzo para reducir los presupuestos de los países en desarrollo".

No hay marcha atrás en la Eurozona

El FMI también está presionando las economías avanzadas, particularmente en Europa, para hacer más recortes. Después de que el tribunal constitucional de Portugal en abril de 2013 resolvió que era inconstitucional realizar recortes específicos a los empleos de los funcionarios públicos, el primer ministro Pedro Passos Coelho prometió cubrir el déficit con recortes adicionales, en los que se incluye la reducción de los fondos para las escuelas. Sin embargo continúan las protestas populares contra el plan, incluyendo las manifestaciones en abril de 2013, organizadas por el mayor sindicato laboral del país. El desempleo creció a un 16,9 por ciento en el último trimestre de 2012, en medio de un 3,2 por ciento de contracción económica en 2012.

Portugal fue alabado por la Troika (FMI, Banco Central Europeo y la Comisión Europea) por haber realizado una correcta reducción del déficit. Abebe Aemro Selassie, líder del equipo negociador del FMI reiteró a mediados de junio de 2013: "no vemos la necesidad de considerar un cambio radical en el diseño de los programas en este momento". El déficit presupuestario aumentó en 2012 a pesar de los extensos recortes y ahora el FMI predice que la deuda pública se elevará a un 124 por ciento del PIB en 2013. A pesar de su retraso cumpliendo con la fecha límite para la gestión de su déficit, el gobierno de Portugal sigue con su compromiso de ahorrar €4 mil millones (US$5,2 mil millones) en el gasto público en los próximos tres años. El economista portugués, Nuno Teles, preguntó en junio de 2013: "¿Será éste el fin de la austeridad? No… el actual gobierno… trata de ganar tiempo para continuar con la ejecución de su programa".

Cornel Ban de la Universidad de Boston comentó la disparidad entre la aparente priorización del trabajo y el crecimiento de parte del FMI, al tiempo que la institución continúa alabando el "montaje de la consolidación para organizar… los ataques contra el estado", citando los casos de: Bulgaria, Rumania, Hungría, Portugal, Lituania y Estonia. Ban describe esta situación como "la reafirmación de la ortodoxia fiscal".

En abril de 2013, un documento de política del FMI sobre el empleo y el crecimiento (ver artículo 20) sostuvo que "las reformas estructurales mejoran la competitividad". A finales de junio de 2013, el Fondo elogió a España por su liberalización de los mercados de trabajo, insistiendo en que la "reforma laboral aún tenía que ir más allá" y que posiblemente se necesitarán "mayores reformas de la negociación colectiva". A principios de junio, Dani Rodrik, de la Universidad de Harvard se burló de la supuesta revocatoria contra la austeridad del FMI diciendo que era como "vino viejo en botella nueva". Él señaló que "el enfoque predominante – que tiene como meta la deuda a través de la austeridad fiscal y la competitividad a través de la reforma estructural – ha producido niveles de desempleo que amenazan la estabilidad social y política".

Reforma de los subsidios MENA: ¿Quién se beneficia?

La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, en una comunicación en mayo de 2013, dijo que era necesaria una reforma de los subsidios para reducir la desigualdad de los ingresos y "ayudar a dividir la torta en forma más equitativa", por medio de la "protección y aumento de los gastos sociales" y de la "reforma de la energía y de otros subsidios generalizados".

El FMI firmó un acuerdo con Túnez en junio de 2013, a pesar de las dudas sobre la legitimidad del gobierno (ver Boletín 85). El FMI convino un acuerdo de espera (stand-by) de dos años con Túnez de US$1.7 mil millones, donde unos US$150 millones estarán disponibles para un desembolso inmediato. Las condiciones del programa incluyen: la reducción del subsidio a la electricidad, además de una agenda de reformas estructurales para "promover el desarrollo del sector privado, reducir las disparidades regionales, y reducir las intervenciones generalizadas del estado."

Al mismo tiempo continúan las negociaciones en Egipto después del fracaso en abril de 2013 para llegar a un acuerdo sobre un préstamo del FMI de US$4.8 mil millones (ver Boletines 84, 83, 82 y 80). Mohammed Mossallem de la Iniciativa para los Derechos Personales de Egipto, afirmó en un documento de mayo de 2013, que las reformas a la subvención del combustible este año, según el acuerdo con el FMI, produjeron la escasez de alimentos y "elevaron sus precios… de un 7 a un 30 por ciento". En abril de 2013, Mahinour El-Badrawi de la ONG, el Centro Egipcio para los Derechos Económicos y Sociales, sostuvo que a pesar de la afirmación del FMI de que el plan económico nacional había sido "desarrollado internamente", esas políticas en realidad habían sido propuestas en abril de 2010 por el FMI en su examen económico.