El presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, está dando prioridad públicamente a la cobertura sanitaria universal (CSU), sin embargo, los críticos se preocupan porque al mismo tiempo está aumentando el apoyo a las empresas privadas para los servicios de salud.
En un discurso a finales de mayo de 2013 a la Asamblea Mundial de la Salud, Kim declaró que la cobertura universal de la salud como parte esencial del compromiso del Banco para liberar al mundo de la pobreza extrema para el 2030, aspiraba "cerrar la brecha en el acceso a los servicios de salud y la protección de la salud pública para el 40 por ciento de la población más pobre de cada país". Aunque el compromiso de Kim con la salud pública no es sorprendente dada su experiencia con la Organización Mundial de la Salud (OMS), su visión de la participación del Banco Mundial con "la ciencia de la entrega" (‘deliverology’ – ver artículo 9), abre un nuevo territorio.
Kim fue sincero sobre el desempeño de la comunidad global de desarrollo en la salud: "La fragmentación de la acción sobre la salud mundial ha producido resultados ineficaces". Él casi que pide la asistencia sanitaria gratuita, reconociendo que "cada país tiene caminos distintos para la cobertura sanitaria universal. Aun así, Kim ensalzó los logros de Ruanda en la sección de la "financiación basada en los resultados", lo que implica "un acuerdo entre los financiadores y los proveedores de servicios de salud con base en los resultados esperados". El también mencionó como exitoso el programa de "Oportunidades" de México, con base en transferencia de dinero. Ambos modelos están fuertemente impulsados por los donantes.
Rick Rowden, de la Universidad Jawaharlal Nehru de la India observó en junio de 2013: "hay un naciente consenso contra la privatización… y… contra el copago para los usuarios" en la comunidad internacional de la salud; también hay un cambio en la percepción del Banco respecto a la financiación privada de la salud, ya que el Banco primero fue "crítico, luego defensor, para volver a ser crítico". David McCoy del Movimiento de Salud de los Pueblos también detectó la ambigüedad del discurso de Kim: "Es importante ver la diferencia entre la "cobertura sanitaria universal"(CSU), que Kim está promoviendo, y los "sistemas universales de atención de salud"… la CSU puede ser construida en forma tal que encaje con y continúe la alineación histórica del Banco con la privatización y la comercialización. El énfasis de Kim es una señal que puede ser preocupante, ya que puede indicar la forma como el Banco intenta adoptar un enfoque estrecho, liderado por los donantes, lo cual a su vez, obstaculizará el desarrollo de las instituciones y los sistemas nacionales.
¿Puerta abierta para la sanidad privada?
No está claro hasta qué punto los principios de Kim son compartidos internamente. El miembro del personal del Banco Mundial, Adam Wagstaff, no tuvo problema afirmando que el futuro está en el cuidado privado de los servicios de la salud. En un blog de mayo de 2013, Wagstaff respaldó los modelos de financiación del cuidado sanitario alternativo diciendo: "un enfoque popular es utilizar el análisis de costo-efectividad", o sea evaluar el costo de una intervención médica por medio de un "paquete de beneficios" que sería financiado públicamente. "Los pacientes que requieran una intervención [fuera del paquete] tendrían que pagar de su bolsillo, o no tenerla."
Discurso de Jim Yong Kim sobre la salud (Jim Yong Kim’s health speech)
tinyurl.com/Kimhealthspeech
El pasado fantasma de las tarifas a los usuarios (The ghost of user fees past), Rick Rowden
tinyurl.com/Rowdenuserfees