Dos informes de abril de 2013 del FMI, intentan presentar un nuevo punto de vista acerca de la política del mercado laboral, sin embargo, estos han sido fuertemente criticados por los sindicatos, los cuales afirman que son inexactos e incorrectos.
En abril de 2013 el FMI publicó su primer documento de política sobre el trabajo. El documento, que representa la opinión institucional del FMI, aunque no fue firmado por el Comité Ejecutivo, analiza el papel del Fondo "ayudando a los países a formular estrategias para afrontar los retos del mercado laboral". El documento reconoce que la recesión del 2008, la que Min Zhu el subdirector del FMI, ha llamado las "megatendencias" globales, "tuvo un gran impacto sobre el empleo, el crecimiento y la desigualdad". El documento afirmó que no existía una "solución para todos" y que por lo tanto era necesario adaptar su asesoramiento a los países "basándose en la evidencia" y en las circunstancias específicas de cada país.
Para los países en desarrollo, el informe repite los resultados de la Comisión de Crecimiento (ver Boletin 61): (i) apertura a la economía mundial; (ii) la estabilidad macroeconómica; (iii) las altas tasas de inversión privada y pública; (iv) el respeto a las señales del mercado pero no absoluta deferencia a los mercados; (v) ensayo de las estrategias de crecimiento específico en cada país; y (vi) provisión de bienes públicos por parte del gobierno.
El informe sostiene que las economías avanzadas aplican las reformas estructurales a los mercados de trabajo debido a "sus importantes efectos positivos sobre el crecimiento", aunque reconoce que los beneficios de estas reformas "a menudo toman tiempo para materializarse" y además, "algunas reformas del mercado de trabajo (como la reducción de los subsidios de desempleo y de la protección del empleo) podrían tener un impacto temporal negativo sobre el crecimiento".
Un documento de trabajo del personal en abril de 2013, escrito con la participación del director de investigaciones del FMI, Olivier Blanchard, examinó el asesoramiento que el Fondo da sobre las políticas del mercado de trabajo y sobre las reformas para las economías avanzadas, en 2007 y 2010, comparándolo con la literatura teórica y empírica sobre el tema. Evaluando la pertinencia del asesoramiento del FMI en general, llegó a la conclusión de que si bien las recomendaciones del FMI habían sido "polémicas", la "lógica de su asesoramiento era justificada". El informe admite la falta de pruebas claras sobre la negociación colectiva por lo que dice que se debe "tomar con cautela".
"Rígida" fijación sobre el mercado laboral
La Confederación Sindical Internacional (CSI) criticó la "fijación" del FMI en la rigidez del mercado laboral. Según un artículo en el sitio web de noticias `Equal Times´ de la CSI en abril de 2013, el énfasis del documento de política del FMI está centrado en la "estabilidad macroeconómica", la cual “ha sido generalmente utilizada por el personal de la institución como una excusa para presionar por la disciplina fiscal y la política monetaria y éstas dan prioridad a la inflación por encima de la creación de puestos de trabajo".
A pesar de que el documento de trabajo del personal del FMI respalda "la combinación de negociación nacional y a nivel de empresa", la secretaria general de la CSI, Sharan Burrow, escribió: "Nada de lo que hemos visto en los últimos informes del FMI para los países europeos indica que esto se pone en práctica". Peter Bakvis de la CSI dice que el documento de trabajo contiene "Varias observaciones y conclusiones engañosas no respaldadas por la literatura económica, además de inexactitudes sobre la realidad de las condiciones de préstamo del FMI, y del asesoramiento sobre políticas del mercado laboral a nivel de cada país".
El informe de la CSI `Vanguardia´ (Frontlines) en abril de 2013, se mostró en desacuerdo con las conclusiones del documento de política del FMI, diciendo que "En relación con la negociación a nivel de empresa, la negociación centralizada, también aumenta el poder de negociación de los sindicatos y es probable que conduzca a un aumento de los salarios, y por lo tanto, a un aumento del desempleo".
Citando los casos de Grecia, Rumania, España y Portugal, el informe de la CSI sostuvo que "las ventajas económicas que benefician a los países con negociación altamente centralizada y coordinada no son el resultado de la excesiva moderación de los salarios", sino de "dejar al trabajo fuera de la competencia". El informe continúa diciendo que las reformas del FMI están basadas en una "ideología fracasada" y en su lugar pide una "nueva agenda de reformas" donde exista la negociación colectiva y a nivel industrial en forma prominente, junto con la protección legal para los sindicatos.
En Rumania, la CSI señala que el FMI recomendó la abolición de la negociación nacional en 2011 y también aconsejó al nuevo gobierno que "debilitara la negociación a nivel de sector hasta el punto que no se concluyeron más acuerdos de sector; la negociación a nivel de empresa también disminuyó considerablemente". Petru Sorin Dandea, vicepresidente de la Confederación Nacional Sindicala, una confederación de sindicatos rumanos dice: "En la sucursal el año pasado sólo se firmaron dos acuerdos (en comparación con 21 en 2010) en el sector de la educación y de los servicios públicos. Esto llevó a muchas grandes empresas, especialmente las que trabajan en la industria, el transporte y en los sectores de la construcción, a un congelamiento y en algunos casos a la reducción de los salarios".
Sharan Burrow de CSI vio un rayo de luz en el compromiso del FMI con las normas internacionales del trabajo. Ella comenta: "Solo el tiempo dirá si este compromiso ha de cambiar la condicionalidad del FMI".