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Desigualdad: EL FMI no se escucha a sí mismo

9 octubre 2013

Un informe de la ONG Oxfam internacional en septiembre de 2013 destaca el impacto de las políticas de austeridad sobre los niveles de desigualdad. El documento, con base en 13 estudios de caso de países europeos, destaca el papel del FMI en muchos acuerdos de préstamo (ver Observador otoño 2013) y encuentra que «en los años que han transcurrido desde la crisis financiera, los países más afectados por las medidas de austeridad como Grecia, Italia, España, Portugal y el Reino Unido, han experimentado uno de dos impactos: bien el 10 por ciento más rico de la población se ha enriquecido, ó el 10 por ciento más pobre de la población se ha empobrecido. En algunos casos se han experimentado ambos impactos al mismo tiempo».

El estudio también encontró que «la experiencia de la Unión Europea tiene similitudes sorprendentes con las políticas de ajuste estructural impuestas en Latinoamérica, Asia sudoriental y el África subsahariana en el decenio de 1980 y 1990… Las políticas del FMI y del Banco Mundial… fueron un rotundo fracaso, ya que fueron la medicina que trató de curar la enfermedad matando al paciente». Oxfam hizo un llamamiento a los gobiernos europeos para que invirtieran en servicios públicos y en diseñar sistemas fiscales más justos.

Buena investigación pero mala política

El FMI ha venido realizando investigaciones sobre la desigualdad desde la crisis financiera de 2008. Un documento de trabajo del FMI  en junio de 2013 afirmó que «la consolidación fiscal había dado lugar a un importante y constante aumento de la desigualdad». En confirmación de lo anterior un documento de trabajo del FMI, en septiembre de 2013, con base en una muestra más amplia de 48 economías avanzadas y emergentes, «comprobó que el desempleo es un importante canal a través del cual la consolidación aumenta la desigualdad.» Otro documento de trabajo de Asia en junio de 2013, constató que «si bien la pobreza ha disminuido en toda la región durante las últimas dos décadas, la desigualdad ha aumentado».  Los autores de este estudio recomiendan «aumentar el gasto público en salud y educación y mejorar las redes de seguridad social. Se debe dar más atención a las reformas del mercado laboral que dan más voz a los trabajadores».

Sin embargo, estas recomendaciones no han sido atendidas por el personal del FMI responsable por el diseño de los programas de préstamo. Una declaración de la Confederación Sindical Internacional (CSI) en septiembre de 2013, señala: «El debilitamiento de las regulaciones del mercado laboral y de las instituciones en varios países europeos ha sido una característica importante de los programas de préstamo del FMI». La CSI encuentra el énfasis que pone el FMI en la flexibilidad del mercado de trabajo «especialmente incomprensible a la luz de su compromiso declarado del crecimiento inclusivo».