En medio de los riesgos de una elevada inestabilidad financiera en las principales economías de los países en desarrollo, el Fondo se vio obligado a revaluar su pronóstico económico mundial y su evaluación de los riesgos, evidenciado por el análisis presentado en la cumbre del G20 en septiembre de 2013. La Directora Gerente Christine Lagarde admitió en agosto de 2013, que a pesar de que los pronósticos del Fondo en abril destacaron la contribución positiva del crecimiento económico de los mercados emergentes, «existen riesgos de una desaceleración en estos mercados lo cual reducirá el crecimiento en todas partes». El periódico británico Financial Times lo calificó como una «humilde serie de giros de 180º » y comentó que la «influencia del Fondo con los presidentes y primeros ministros probablemente será menor debido al fracaso del FMI en proporcionar una evaluación correcta de la economía mundial».
Presión sobre los países en desarrollo
Las grandes economías de los países en desarrollo han estado bajo presión en los últimos meses. Los valores de divisas cayeron drásticamente en Brasil, Indonesia, Sudáfrica, Turquía y la India, entre otros. En julio de 2013, los funcionarios hindúes dijeron que no tenían ninguna necesidad del apoyo del FMI en medio de crecientes rumores de fragilidad económica. El entonces gobernador del banco central, Duvvuri Subbarao, respondió a la sugerencia de que la India iba a necesitar al FMI dando una rotunda negativa: «¡La respuesta es no!»
El documento de información para el G20 del FMI en septiembre de 2013, dice que el «creciente déficit» de la India requiere «decisiones difíciles» y que el gobierno debe reformar los impuestos y el régimen de subvención para reducir los gastos, además de introducir un único impuesto sobre las ventas. En una sesión informativa en septiembre de 2013, Kavaljit Singh del Instituto Madhyam de Investigación de Políticas, aconsejó no recurrir al FMI para solicitar préstamos «que vienen con duras condiciones». Además reiteró que las autoridades de la India «no deben vacilar en imponer controles de capital… para protegerse… de una repentina fuga de capitales».
Según Singh, «el asesoramiento del FMI… está totalmente fuera de onda. El FMI dio similares asesoramientos en materia de políticas a Tailandia, Indonesia y Corea del Sur cuando estos países experimentaron una rápida fuga de capital que llevó al desplome de sus monedas en 1997. El FMI no ha aprendido las lecciones del pasado, o las de la actual crisis financiera, ya que continúa con su agenda de política económica ortodoxa en detrimento de los países en desarrollo».