En las reuniones anuales en octubre de 2013 a ser presididas por el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, éste planea conseguir la aprobación de los ministros de finanzas y desarrollo mundiales para la nueva estrategia del Grupo del Banco Mundial (GBM – ver Boletín 86). La estrategia fija los cambios institucionales que Kim sostiene permitirán que el Banco cumpla con los dos objetivos aprobados en abril de 2013: la reducción de la pobreza y el fomento de la prosperidad compartida» (ver Boletin 85, 84).
El borrador de la estrategia fue aprobado por el directorio ejecutivo del Banco Mundial a principios de septiembre de 2013, antes de ser enviado a los ministros de finanzas. Contiene un resumen de los cambios del contexto mundial y de cómo los retos del desarrollo han cambiado para los países en desarrollo, antes de la puesta en marcha de «la propuesta de valor» del Grupo del Banco Mundial, la cual incluye:
- «Contribuir a la agenda global del desarrollo a través del diálogo y la acción sobre los retos en curso y los nuevos desafíos en materia de desarrollo, reuniendo las perspectivas de todos sus países miembros.
- Apoyar a los clientes a la hora de ofrecer soluciones de desarrollo personalizado respaldado por finanzas, conocimientos y servicios de convocatoria.
- Ayudar a fomentar el conocimiento sobre lo que funciona bien, combinando la investigación mundial de punta sobre el desarrollo y la experiencia profesional con el compromiso de transparencia, apertura de la información y la difusión de los conocimientos a nivel mundial».
La estrategia no establece lo que el Banco hará, sino que más bien esboza los procesos a través de los cuales decidirá lo que va a hacer. Hay dos grandes propuestas previstas en el marco del nuevo enfoque: Cómo se determinan las estrategias de los países y la manera como el Banco está organizado internamente.
La existente estrategia para los países será dividida en tres componentes:1) Un diagnóstico sistémico de país que identificará las limitaciones y las oportunidades más importantes para reducir la pobreza y promover la prosperidad compartida sostenible, al tiempo que se tienen en cuenta explícitamente las voces de las personas pobres y las opiniones del sector privado»; 2) un marco nacional de asociaciones (CPF – country partnership framework) el cual «describirá las áreas de apoyo para el Grupo del Banco Mundial… el marco describirá las intervenciones más prometedoras, las hipótesis de trabajo y pruebas en su apoyo, los resultados esperados y los más importantes indicadores»; y 3) el desempeño y las revisiones del aprendizaje. Un plan de aplicación será preparado por separado para detallar las modalidades de los préstamos. Sin embargo, la estrategia da pocos detalles sobre cómo serán manejados los conflictos entre los objetivos de país y las preferencias del Banco.
La estrategia se centra en contratos «de transformación» los cuales parecen ser una estrategia hacia la participación en menos proyectos de alto riesgo a nivel regional o nacional, en vez de trabajar en proyectos de pequeña escala a nivel local. Patricia Miranda de Latinidad, la red de ONGs del Perú, sostiene que «en vez de priorizar los sectores como la infraestructura, el Banco debería trabajar en la creación de un modelo de desarrollo alternativo, que sea más sostenible y cuide mejor del medio ambiente.»
El borrador de la estrategia también promueve una mayor colaboración entre los organismos del sector público y el sector privado del Banco a la hora de crear «un Grupo del Banco Mundial» (ver Boletín 86), que «esté centrado en la estrategia del GBM». Promete «mecanismos para promover una mayor cartera de proyectos de infraestructura». Dice que el Banco «promoverá cada vez más asociaciones público-privadas» (APPs), incluyendo sectores como el de la salud, la educación, el saneamiento y el cambio climático, a pesar de las críticas sobre el excesivo costo de las APPs, su pobre desempeño a la hora de ofrecer la expansión de la provisión de servicios y sus impactos negativos sobre los medios de vida de las personas que viven en la pobreza.
Implementación de la restructuración
El Banco Mundial está preparando una restructuración para reducir los costos y simplificar las operaciones y como consecuencia reducirá el número de puestos de trabajo. Como parte de este ejercicio creará una selección de «prácticas globales» con conocimientos técnicos sobre asuntos organizados a nivel mundial. Después de la aprobación de la estrategia en octubre de 2013, el plan de aplicación añadirá detalles al proceso de reestructuración.
El próximo presupuesto del Banco será una oportunidad clave para la aplicación de la estrategia. Las repentinas partidas (anunciadas a finales de julio de 2013), de la directora gerente Caroline Anste y de la vicepresidenta senior Pamela Cox, las dos altas directivas del Banco responsables de la reestructuración y las reformas estratégicas, han puesto sobre aviso al personal de que no estar de acuerdo con la nueva dirección estratégica puede ser peligroso.
Sin embargo, el borrador de la estrategia carece de detalles sobre cómo cambiar la cultura organizacional que ha valorado más el acceso a grandes cantidades de dinero que el obtener resultados de desarrollo. El borrador contiene numerosas menciones sobre el cambio de incentivos para el personal, incluyendo el fomento de una cultura orientada hacia las soluciones, centrada en los enfoques multisectoriales, hacia la profundización de la participación del cliente en la implementación, el fomento de una cultura de resultados, la presión para que el personal trabaje en compromisos de transformación a largo plazo, el fomento del ahorro y la colaboración entre el Grupo del Banco Mundial, la mejora de los ingresos y el fomento de la selectividad. Sin embardo, el borrador no incluye un plan para un nuevo sistema de incentivos para que el personal pueda ayudar a realizar los objetivos propuestos.
Abundan las críticas
Quienes criticaron a Kim por la carencia de metas relacionadas con la desigualdad estarán aún más decepcionados. A finales de septiembre de 2013, el director del Banco para la reducción de la pobreza, James Saavedra-Chanduvi, escribió en su blog que «la reducción de la desigualdad por sí misma no da como resultado una mejora en el bienestar de los menos favorecidos en todas las circunstancias».
El plan de Kim de crear un «banco de soluciones” (ver Boletín 83) fue puesto en tela de juicio por el Grupo de Evaluación Independiente del Banco (IEG – Independent Evaluation Group), en una evaluación de los programas de país del Banco centrados en el conocimiento. La revisión estudió 48 proyectos de asistencia técnica en nueve países de medianos y altos ingresos y descubrió que el Banco «era más eficaz cuando trabajaba en sectores específicos que en temas generales». La revisión argumentó que el Banco debería «hacer hincapié en las opciones del «cómo», en vez de dedicarse a realizar diagnósticos y recomendaciones sobre el «qué hacer». A pesar de eso, la nueva estrategia requiere que el Banco realice diagnósticos de país.
Una idea importante expuesta en la estrategia es la de que el Banco necesita propagar la «ciencia de la entrega» (deliverology en inglés) – ver Boletín 86. Esta idea fue fuertemente criticada por Kevin Watkins, del grupo de pensadores británico ODI, en julio de 2013: «También tenemos que prestar atención a las fuerzas políticas y a las relaciones de poder que ofrecen servicios de mala calidad y perpetúan altos niveles de desigualdad». Watkins sostuvo que «Kim había puesto el foco sobre un conjunto de preocupaciones importantes» y señaló que la «negociaciones políticas entre las élites a menudo tienen el efecto de excluir a las personas pobres». Patricia Miranda de Latinidad concluye diciendo: «los planes nacionales de desarrollo elaborados con la participación de la sociedad civil, deben definir dónde y cómo utilizar la financiación externa, la asistencia técnica y otros mecanismos de apoyo.»