La resistencia popular a la función del FMI y su influencia parece ser cada vez más importante. Un estudio publicado en diciembre de 2013 por la Iniciativa para el Diálogo de Política de la Universidad de Columbia y la fundación política alemana Friedrich Ebert Stiftung, Protestas Mundiales entre 2006 y 2013, encontró que de 843 protestas en 87 países, el FMI había sido el objeto de 168 protestas, o sea, un 20 por ciento del total. El informe reveló que la hostilidad contra el FMI no se había limitado a los países más ricos o a los más pobres, ya que el 25 por ciento de las protestas se dieron en los países de ingresos altos, mientras que el 24 por ciento se dieron en los países de bajos ingresos. El estudio encontró que en los casos en que el FMI era el objetivo, la razón había sido la de que el Fondo estaba promoviendo «un nuevo consenso de Washington» el cual favorecía los intereses de las corporaciones, los inversionistas adinerados y el sector financiero».
La investigación identificó muchas protestas locales que incluyeron un componente de justicia global como queja central, apuntando a ejemplos como el de «las políticas fiscales promovidas por el FMI». La mayor parte de las protestas se centraron en la injusticia económica de las políticas de austeridad y por lo tanto se opusieron a las medidas de austeridad como son los recortes a los servicios públicos, la reducción de los derechos laborales, de los salarios y de las condiciones de trabajo. El estudio también encontró 164 protestas proclamando que las instituciones financieras internacionales (IFIs) no deberían interferir con las políticas nacionales de desarrollo y que las actuales IFIs deberían desaparecer para ser reemplazadas con nuevas instituciones que realmente promovieran el desarrollo para todos. El Banco Mundial sólo figuró en un 2 por ciento de las protestas.
El FMI a rienda suelta: Túnez y el Caribe
El FMI sigue siendo un actor central en la formulación de las políticas de los países mediante las condiciones impuestas a los préstamos o a través de la influencia indirecta del Fondo.
En Túnez estallaron las protestas en enero de 2014 por los aumentos de impuestos, incluyendo un incremento del 25 por ciento en el impuesto sobre vehículos y otros aumentos de impuestos derivados de las condiciones impuestas por el FMI para un presupuesto equilibrado. Un portavoz del FMI se negó a responder a los periodistas quienes le preguntaron si las recomendaciones del FMI habían contribuido a las protestas y a la inestabilidad. A pesar de que las elecciones aún están pendientes y un nuevo gobierno provisional apenas se está formando (ver Boletín 86), continúan las negociaciones con el FMI por el pago de los próximos US$500 millones de su préstamo.
En el Caribe recientemente varios países han solicitado el respaldo del FMI. Hablando con el Servicio Inter-Press en noviembre de 2013, Jake Johnston del Centro de Investigación de Política Económica de Estados Unidos describe la evolución de la función del FMI en el Caribe, admitiendo que «en algunos casos han sido más indulgentes». Sin embargo añadió «cuando se trata de países en desarrollo lo que estos todavía están tratando de pagar viene de una deuda de 15 años atrás».
Los pagos de la deuda de Granada en 2013 fueron equivalentes al 250 por ciento de su presupuesto para la educación y la salud combinados. En septiembre de 2013, la Conferencia de las Iglesias de Granada publicó una declaración exigiendo al gobierno que «resistiera todas las presiones para aumentar los impuestos o hacer nuevos recortes de médicos o a los servicios sociales o educativos». La Conferencia se reunió con el FMI en octubre de 2013 para proponer una «conferencia de los acreedores con el objeto de renegociar las deudas, para que dos tercios de estas fueran perdonadas (ver Boletín de dic 2013). Jamaica, la cual firmó el año pasado un nuevo acuerdo con el FMI para un mecanismo de financiación extendido a cuatro años, reveló a finales de 2013 que estaba sufriendo una contracción económica peor de lo esperado, por lo que estaba enfrentando un déficit de US$9 mil millones en sus ingresos.
Controversia sobre los impuestos en Kenia
Kenia ha indicado el deseo de tener un acuerdo de «seguro» con el FMI, como lo indicó su presidente a la directora gerente del FMI, Christine Lagarde durante su visita al país, a principios de enero de 2014. En septiembre de 2013 el periódico británico Financial Times, se refirió a «los temores del gobierno de un rechazo» (dadas las protestas violentas a comienzos de 2013), contra las reformas fiscales respaldadas por el FMI que han llevado a un 16 por ciento de aumento en los precios de los alimentos, a aumentos en los precios de libros y de los alimentos para animales. La Federación de Consumidores de Kenia advirtió en septiembre de 2013 que los aumentos del IVA estaban «causando estragos» para los consumidores, el sector privado y las perspectivas de la economía de Kenia». El director adjunto del FMI en el departamento de África, Domenico Fanizza, dijo al Financial Times que continuaban respaldando las reformas diciendo «creemos firmemente en el IVA dado que se aplica al consumo».