En un momento en el que busca fondos para grandes proyectos de infraestructura, el Banco Mundial se enfrenta a un aumento de la competencia por parte de nuevos bancos tanto en Asia como del Banco BRICS. China lanzó el Banco Asiático de Inversión en la Infraestructura (AIIB – Asian Infrastructure Investment Bank), además de su participación en el nuevo Banco BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) [ver Boletín de Febrero 2014 y Boletín 85], el cual se espera será lanzado en julio de este año con un enfoque especial en la infraestructura financiera. Al mismo tiempo continúan las dudas sobre los posibles impactos sociales y ambientales negativos de las grandes infraestructuras, en tanto que ninguno de los gestores se está comunicando adecuadamente con las comunidades locales.
Al tiempo que el Banco Mundial desarrolla un nuevo Mecanismo de Infraestructura Mundial (GIF – Global Infrastructure Facility) una plataforma propuesta para facilitar complejos proyectos de infraestructura (ver Boletín de Mayo 2014), surgen más detalles sobre el planeado Banco BRICS. De acuerdo a la información filtrada a la agencia de noticias Reuters a fines de mayo de 2014, es probable que se complete el acuerdo sobre el Banco BRICS en la cumbre BRICS de mediados de julio en Brasil. Se espera que el Banco comience sus labores con un capital de US$50 mil millones recolectados por partes iguales entre los países participantes. Su objetivo será empezar a conceder préstamos en un plazo de dos años. Los prestatarios se beneficiarán de la reducción de los costos y de una supuesta falta de interferencia en los asuntos económicos.
Un asunto conflictivo que retrasó las negociaciones fue el intento fallido de China por obtener una mayor participación en el Banco BRICS al querer poner una mayor proporción del capital inicial. Al mismo tiempo que mantiene su participación en el grupo BRICS, China también ha puesto las ruedas en marcha para el Banco AIIB, el cual se centra en el apoyo financiero que impulsa la infraestructura regional. El presidente de China, Xi Jinping, anunció por primera vez el Banco AIIB antes de la reunión en Indonesia de la Cooperación Económica entre Asia y el Pacífico, en octubre de 2013. Se espera que el Banco AIIB sea financiado por sus miembros, también con un capital inicial de US$50 mil millones, aunque se espera que China financie la mitad. Lou Jiwei, el Ministro de Hacienda de China, dijo a la agencia de noticias Xinhua a principios de marzo de 2014, que estaban trabajando en la elaboración de un memorando de entendimiento intergubernamental para el otoño. Según Robert Orr, el embajador de Estados Unidos en el Banco Asiático de Desarrollo (BAD), el Banco AIIB podría ser visto como una respuesta de China a la imposibilidad de aumentar su influencia en los principales organismos multilaterales mundiales y regionales, así como un «instrumento político» para desafiar al BAD.
Justin Fong de la ONG china Moviendo Montañas comentó: «Para China, el escenario es de cómo alinear sus posiciones (en vez de competir) mientras trabaja en la formación del nuevo Banco BRICS, al tiempo que ocupa una posición como miembro con influencia creciente en el Banco Mundial y en la mayor parte de las otras instituciones financieras internacionales existentes. Al mismo tiempo, China también busca mejorar las posiciones de sus propias instituciones financieras nacionales que persiguen inversiones en el exterior. China, al aprovechar y fortalecer múltiples oportunidades, busca maximizar el número de situaciones de poder que puede cubrir».
Nepal en el centro de atención
A principios de junio de 2014, China invitó a Nepal a unirse al Banco AIIB como miembro fundador. Según los funcionarios del gobierno de Nepal, al tiempo que el gobierno acogió el gesto, Nepal ha propuesto que debe haber un elemento de subvención, tanto como flexibilidad en las condiciones de la ayuda. Se prevé que el memorando de entendimiento será firmado por los países interesados a finales de octubre de 2014.
El Banco Mundial también anunció su intención de seguir aumentando su participación en el sector de la energía hidroeléctrica en Nepal, y está presionando para que el sector privado asuma un papel de liderazgo respaldado por la financiación de la Corporación Financiera Internacional (CFI, el brazo del sector privado del Banco). La participación del Banco en la infraestructura del país ha sido objeto de críticas por parte de la sociedad civil, entre ellas una reclamación en 2013 al mecanismo de rendición de cuentas del Banco Mundial, el Panel de Inspección, sobre una línea de transmisión de energía (ver Observador de Primavera 2014 y Observador de Invierno 2013).
A mediados de mayo de 2014, el Banco aprobó un préstamo de US$84,6 millones para el proyecto hidroeléctrico Kabeli-A de 37,6 MW. Esto incluye un préstamo de US$40 millones y una subvención de US$6 millones de dólares por parte de la Asociación Internacional de Fomento (AIF – el brazo del Banco para préstamos a países de bajos ingresos), además de un préstamo de US$19,3 millones de la Corporación Financiera Internacional. Según Johannes Zutt, el director del Banco en el país, el proyecto «demostrará cómo las asociaciones entre los sectores público y privado pueden ayudar a Nepal a explotar el potencial para la energía hidroeléctrica». Según la CFI, los impactos sociales y ambientales del proyecto incluyen «impactos potenciales en las cuatro comunidades afectadas… entre ellos diferentes grupos reconocidos como indígenas».
Por otro lado, en diciembre de 2013 la CFI firmó un acuerdo conjunto para el desarrollo con la compañía hindú GMR Energy en relación con el proyecto hidroeléctrico de 600 MW, Alto Marsyangdi 2 en Nepal. Según G.B.S. Raju, el presidente de GMR Energy, la CFI traerá «su amplia experiencia en la financiación de grandes y complejos proyectos de infraestructura». En marzo de 2014 los medios de comunicación informaron que la CFI estaba de nuevo en conversaciones con GMR Energy para adquirir un diez por ciento de su participación en el proyecto hidroeléctrico Alto Karnali de 900 MW. Se prevé que parte de la energía eléctrica producida será exportada. Según los medios de comunicación de marzo de 2014, Bangladesh expresó interés por comprar 500 MW del Alto Marsyangdi 2 y del Alto Karnali. Se espera que la CFI ayude a negociar el acuerdo. Según Ratan Bhandari de la ONG local Jal Sarokar Manch, hay una fuerte oposición local a estos proyectos.
Proyectos problemáticos en Pakistán
A principios de mayo de 2014 y a pesar de que Estados Unidos se abstuvo en la votación, la Junta Directiva del Banco Mundial aprobó una inversión de capital de US$125 millones realizada por la CFI en la compañía limitada China Tres Gargantas para la Inversión en el Sur Asiático (CSAIL – China Three Gorges South Asia Investment Limited). Esta es una compañía de inversión ´holding´ en energía renovable, cuyo objetivo es desarrollar grandes proyectos hidroeléctricos en Pakistán (ver Boletín de Febrero 2014). De acuerdo a la declaración de Estados Unidos, CSAIL no dispone de sistemas adecuados para gestionar los riesgos para el medio ambiente inherentes a los grandes proyectos en el sector de la energía, en particular en el sector hidroeléctrico». El sitio de noticias PakTribune informó que Estados Unidos también había amenazado en abstenerse en la votación de apoyo al Banco en lo concerniente al proyecto hidroeléctrico Dasu (ver Boletín de Febrero 2014) debido a «restricciones en el Congreso», sin embargo, este proyecto fue aprobado unánimemente a principios de junio de 2014.