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Los grandes bancos y el FMI: Continúan sin reforma estructural

7 julio 2014 | Traducción:Maria Eugenia Arzayús

Esta primavera el FMI publicó varios informes sobre la regulación financiera, pero en la práctica no ha logrado mucho hasta el momento. A finales de mayo de 2014, la directora gerente del FMI, Christine Lagarde dijo: «Un gran problema es que el asunto de ser demasiado grande para fracasar todavía no ha sido resuelto… Los bancos continúan siendo las principales fuentes de riesgo sistémico». A pesar de eso, el FMI ha ignorado las demandas por cambios más profundos en los sistemas financieros (ver Boletín 82).

A fines de marzo de 2014, el Informe Sobre la Estabilidad Financiera Mundial (GFSR – Global Financial Stability Report) calculó los subsidios implícitos recibidos por los más importantes bancos en 2012. El análisis del FMI descubrió que los subsidios fueron mayores en la eurozona (hasta US$300 mil millones de dólares), seguido por Japón y el Reino Unido (hasta US$110 mil millones cada uno) y luego por Estados Unidos con un monto menor debido a normativas más exigentes (hasta US$70 mil millones). El Informe llegó a la conclusión: «la probabilidad de que los bancos de importancia sistémica sean rescatados en el futuro continúa sigue siendo alta en todas las regiones». El Informe del GFSR abogó por una mayor cooperación internacional, porque «las iniciativas solas, aunque individualmente justificables, pueden añadir una complejidad innecesaria… y fomentar nuevas formas de arbitraje regulatorio». También expresó su preferencia de que los reguladores mejoraran los requisitos de capital e implementaran impuestos para la estabilidad financiera basándose en los pasivos de los bancos (ver Boletín 71).

A comienzos de mayo de 2014, el FMI publicó un documento de trabajo para los funcionarios del Banco sobre el tamaño de los bancos, aunque éste no representa la opinión oficial del FMI. El documento sostuvo que los gobiernos deben aplicar una regulación sistémica más fuerte porque la «regulación bancaria tradicional que se centra en los riesgos de los bancos individuales posiblemente sea insuficiente para los grandes bancos». Si bien el documento de trabajo consideró que «algunos bancos operan en una escala que es demasiado grande desde el punto de vista del bienestar social», el FMI no ha abogado por reformas estructurales para los bancos, tales como los límites al tamaño de los bancos o su alcance.

«El tamaño y la interconexión de los bancos demasiado grandes para fracasar es un problema grave», dijo Greg Ford de la ONG de Bruselas Veeduría de Finanzas. «Es por ello que la reforma estructural de los bancos es la más importante de las diversas medidas propuestas para abordar la situación de ser «demasiado grande para fracasar» ya que puede abordar el problema en su origen. La separación entre el comercio y el crédito reducirá las subvenciones a la financiación que ayudan a que los bancos se vuelvan demasiado grandes y demasiado interconectados para fracasar.»