En la actualidad hay 222 millones de mujeres en todo el mundo que tienen una necesidad no atendida de planificación familiar: mujeres que no desean tener más hijos, o que quieren aplazar el nacimiento de su próximo bebé, o que no utilizan ningún método anticonceptivo.
Si la comunidad mundial fuera capaz de satisfacer las necesidades de todas las mujeres de los países en desarrollo que en la actualidad carecen de métodos anticonceptivos modernos, los beneficios serían enormes. Esto ayudaría a evitar 54 millones de embarazos no deseados, 16 millones de abortos inseguros, 7 millones de abortos espontáneos, 79.000 muertes maternas y 1,1 millones de muertes infantiles.
El Banco Mundial lanzó su Plan de Acción de Salud Reproductiva en 2010, con el objeto de reducir la tasa de alta fecundidad, mejorar los resultados del embarazo y reducir las infecciones de transmisión sexual, incluido el VIH. Se enfoca en 57 países de bajos ingresos con alta mortalidad materna y altas tasas de fecundidad y establece una guía con un amplio marco de trabajo y resultados para para que los países desarrollen sus planes de acción para la salud reproductiva.
La Federación Internacional de Paternidad Planificada (FIPP) evaluó el impacto del plan de acción del Banco en la salud reproductiva utilizando un marco de clasificaciones, el cual arrojó pobres resultados para el Banco. Entre 2010 y 2012, la financiación del Banco para la salud reproductiva mostró una tendencia ascendente. Sin embargo, la proporción del portafolio de salud que el Banco asignó a la salud reproductiva se redujo del 24 por ciento en 2012 al 7 por ciento en 2013.
A menos que el Banco en sus nuevos compromisos, incluya la salud reproductiva hacia el año 2015 y más allá, se corre el riesgo de que ocurra una tendencia a la disminución de la financiación del Banco para la salud reproductiva. Esto es motivo de preocupación, ya que una inversión continua en materia de salud reproductiva es esencial para cumplir con el Objetivo de Desarrollo del Milenio 5 (mejorar la salud materna) y para los futuros objetivos del desarrollo sostenible. Es importante asegurarse de que la financiación del Banco en materia de salud reproductiva, especialmente los subsidios para los países de bajos ingresos, mantenga una tendencia al alza. La financiación del Banco a menudo viene en forma de préstamos que eventualmente tendrán que ser pagados por recursos generados internamente en los países, tomando el dinero de los presupuestos del gobierno, lo cual perpetúa ciclos de deuda para los países receptores. Como medida esencial, la próxima estrategia de Salud, Nutrición y Población del Banco debe colocar la salud sexual y reproductiva en el centro de su pensamiento y actividades.
Reconocimiento de los derechos
Centrarse exclusivamente en las inversiones del Banco no nos muestra toda la historia. Asegurarse de que los gobiernos den prioridad a las inversiones en la planificación familiar dentro de sus propios presupuestos nacionales es un asunto crítico. La planificación familiar es una de las intervenciones más eficaces en función de los costos de la salud y el desarrollo. Por cada US$1 invertido en la planificación familiar se ahorran US$31 adicionales en servicios públicos y en gastos de salud. La demanda total por la planificación familiar está prevista aumentar hasta más de 900 millones de mujeres casadas en 2015.
El actual proceso de negociación del marco posterior al 2015 ofrece una oportunidad para que se de prioridad a la salud reproductiva a nivel nacional y mundial y el Banco está en una posición única para ser su líder. En la medida en que avanzan las deliberaciones sobre la Cobertura Universal de la Salud (CUS), la idea de que todas las personas puedan acceder a los servicios de salud que necesitan, sin sufrir dificultades financieras, está siendo defendida por el presidente del Banco Jim Yong Kim y por la Organización Mundial de la Salud, para ser incluida en el marco posterior al 2015.
Aun no se sabe cómo se darán los servicios de CUS o cómo será supervisados. Si el objetivo final es mejorar los resultados en materia de salud, es de vital importancia que los servicios de la salud sexual y reproductiva estén incluidos explícitamente en el paquete esencial de los servicios de CUS.
El reciente informe lanzado por el Banco: Voz y Libertad: Empoderando a las mujeres y las niñas para la prosperidad compartida, identifica a la salud sexual y reproductiva como un asunto que continúa siendo un obstáculo importante para las mujeres. Es fundamental que el Banco incorpore la salud sexual y reproductiva y los derechos en sus Departamentos de Género y Salud y en todo su trabajo en general. En la medida en que el Banco Mundial revisa sus políticas de salvaguardia, es importante que establezca una sólida política para la salvaguardia de género y que mitigue los efectos negativos de los proyectos financiados por el Banco sobre la salud y los derechos sexuales y reproductivos de las personas.
La salud y los derechos sexuales y reproductivos no sólo son fines importantes en sí mismos, sino que también traen beneficios más amplios para la salud, la sostenibilidad y el bienestar de las comunidades. Ya que el Plan de Acción de la Salud Reproductiva del Banco llega a su fin en 2015, el mismo año en el que el próximo marco de desarrollo va a ser establecido, ésta es una importante oportunidad para que el Banco renueve su compromiso relacionado con la salud reproductiva.
Preethi Sundaram, Federación Internacional de Paternidad Planificada