La polémica inversión de la Corporación Financiera Internacional (CFI, el brazo del sector privado del Banco) en Dinant, la compañía de aceite de palma en Honduras, está de nuevo en el punto de mira (ver Observador invierno 2014). El Defensor del Pueblo (CAO – Compliance Advisor Ombudsman), el mecanismo de rendición de cuentas de la CFI, decidió en agosto de 2014 evaluar dos quejas presentadas por grupos de base locales en Honduras.
A presentar la queja, la ONG Movimiento Campesino Refundación Gregorio Chávez y el Movimiento Unificado Campesino del Aguan, acusaron a los guardias de seguridad de Dinant de cometer abusos de derechos humanos y también de contaminar el medio ambiente. Ambas organizaciones dicen que al financiar a Dinant, el Banco Mundial no está cumpliendo con su misión de reducir la pobreza. «En vez de ello, en nuestra región sólo ha contribuido a desplazar a las comunidades, a la persecución y al asesinato de líderes campesinos, lo cual ha profundizado la crisis agraria y la crisis alimentaria que estamos enfrentando».