A principios de febrero de 2015, el Banco Mundial lanzó un informe que fomenta la idea de una interacción más estrecha entre los proyectos de suministro eléctrico y las empresas mineras en África, como un método eficaz para proporcionar electricidad a las personas pobres. El informe se titula, El poder de la mina: una oportunidad de transformación para el África Subsahariana (The Power of the Mine: A Transformative Opportunity for Sub-Saharan Africa). Este informe propone una serie de medidas para que las empresas mineras y las eléctricas trabajen juntas, por ejemplo, la venta de electricidad a la red eléctrica por parte de las minas, o mediante el uso de las empresas mineras como «ancla clientes» para apuntalar los megaproyectos. El informe sugiere que los grandes proyectos hidroeléctricos están en una buena posición para suministrar electricidad a las empresas mineras, en particular mediante acuerdos de colaboración público-privada.
El informe dice que por medio de este enfoque «todos pueden ganar», citando a Camerún donde el Banco está financiando la construcción de la Represa Lom Pangar, el primero de una serie de proyectos de energía hidroeléctrica, diseñados para ampliar las operaciones de la empresa minera Rio Tinto en la fundición de aluminio. Rio Tinto acordó vender 600 MW de la energía excedente a la red eléctrica para el año 2030. Básicamente, esto se basa en la construcción de cuatro nuevas represas y la triplicación de las operaciones de fundición en relación con los niveles actuales.
Sin embargo, Camerún debe servir como advertencia sobre los peligros de que las empresas mineras usen su influencia para obtener energía barata. Después de haber negociado el precio de las tarifas de la energía eléctrica, la industria del aluminio ha disfrutado bajos costos que han sido fuertemente subvencionados por los ciudadanos de Camerún, situación sobre la cual advirtió el informe del Banco, diciendo que debería ser evitada mediante la flexibilidad de los precios. La electricidad ha sido tan barata durante tanto tiempo, que es más barato para Rio Tinto transportar millones de toneladas de bauxita anualmente de sus minas en Guinea, que están a 3.000 km, para que sea procesada en la producción de aluminio en Camerún. Al mismo tiempo, la fundición de aluminio ha contribuido relativamente poco a la economía de Camerún, con menos de 600 puestos de trabajo e ingresos fiscales limitados, los cuales no fueron más del 2,8 % de los ingresos totales del gobierno entre los años 2001 y 2006, antes de contar las subvenciones a la electricidad. Mientras tanto, la construcción de la represa para las fundiciones traerá consigo graves consecuencias en el área del Río Sanaga. Después de todo, Camerún también ha contraído una gran deuda para financiar la Represa Lom Pangar, desplazando otras inversiones productivas a las que el público potencialmente podría tener acceso.
En la República Democrática del Congo (RDC), el Banco está apoyando los planes de construcción de la Represa Inga 3 en el Río Congo. Las líneas de transmisión llevarán 3.800 MW a través del país para el suministro eléctrico a las compañías mineras en el este de la RDC, y desde allí a Sudáfrica. El resto, que probable sea mucho menos que la cifra estimada de 1.000 MW, será destinado para Kinshasa, la capital de la República Democrática del Congo. Esto se suma a los miles de millones que el Banco Mundial y otros financiadores han vertido en la rehabilitación de las represas Inga existentes, una vez más para beneficio de las empresas mineras que operan en el este del país. A pesar de un precio de referencia combinado, que probablemente supera los US$15 mil millones, estos proyectos harán muy poco para proporcionar acceso a la electricidad al 90 por ciento de los congoleños que carecen de este servicio.
A pesar de la nota de prensa publicitaria del Banco pregonando el potencial «para llevar electricidad de bajo costo a las comunidades», el informe tiene escasos detalles sobre cómo esos acuerdos podrían ampliar el acceso al 70 por ciento de los africanos subsaharianos que carecen de electricidad y, en su lugar, se refiere principalmente a la electrificación de las comunidades adyacentes. A pesar de las promesas de conectar a los pueblos situados cerca de la vasta reserva creada por la Represa Lom Pangar, según fuentes internas del Banco es probable que estas promesas no se cumplan, ya que la institución considera que es demasiado caro dar a las comunidades el acceso al servicio.
Para la gran mayoría de los africanos subsaharianos que viven en zonas rurales, la electrificación tradicional nunca va a ser costo-efectiva. Por desgracia, las opciones de invertir en un servicio descentralizado para el suministro eléctrico y las opciones de eficiencia energética para reducir las pérdidas, son menospreciadas a favor de los megaproyectos que requieren enormes préstamos y cantidades de dinero. El enfoque sugerido del Banco Mundial, el cual no es más que uno de bienestar para las corporaciones con un barniz de responsabilidad social, nunca cumplirá la promesa de, según el comunicado de prensa, «ayudar a encender las luces en toda el África subsahariana».
Josh Klemm, Ríos Internacionales