En febrero de 2015, seis meses después de que los líderes del G20 instaron al Banco Mundial y al FMI a dedicar recursos para los países impactados por el brote del Ébola, ambas instituciones anunciaron la creación de nuevos instrumentos económicos para apoyar a los países golpeados por los desastres de la salud pública.
El FMI ha sido muy criticado por su papel histórico que contribuyó al terrible estado de los servicios de salud de Liberia, Guinea y Sierra Leona (ver Observador Invierno 2015). En febrero de 2015, los directores del FMI aprobaron el cambio del fideicomiso Alivio a la Deuda Posterior a la Catástrofe hacia el fideicomiso Alivio y Contención de Catástrofes (CCR – Catastrophe Containment and Relief trust). El nuevo fideicomiso tendrá dos funciones: proveer ayuda para la reducción de la deuda a los países afectados por desastres naturales y, la financiación para los países golpeados por desastres sanitarios.
El FMI anunció la reducción de la deuda por US$100 millones a través del CCR, junto con US$160 millones en nuevos préstamos para Guinea, Liberia y Sierra Leona. La ONG británica Campaña de la Deuda del Jubileo (JDC por su sigla en inglés) calculó que la deuda general de los países afectados por el Ébola aumentará de US$410 a US$620 millones en los próximos tres años, mientras que el FMI ha construido un excedente de US$9 mil millones durante los últimos tres años. Las voces de la sociedad civil han estado pidiendo un proceso internacional del perdón de la deuda desde que comenzó el brote del Ébola. Abu Bakarr Kamara de la Red de Responsabilidad Económica en Sierra Leona dijo: «La devastación causada por el Ébola en nuestro sistema de la salud requiere inversión sostenida y progresiva en el sector de la salud… La cancelación de toda la deuda de Sierra Leona contribuiría a mejorar mucho nuestra salud». Tim Jones de JDC comentó, «después de grandes desastres, en vez de planes limitados y esporádicos se necesita un proceso completo e integral para suspender todos los pagos externos de la deuda».
El Banco Mundial también sigue una estrategia semejante, desde desembolsos ad-hoc hasta la creación de instrumentos económicos para responder a las emergencias sanitarias. Hasta ahora ha proporcionado más de US$1 mil millones a los países afectados por el Ébola, de los cuales US$450 provienen de la Corporación Financiera Internacional, el brazo del sector privado del Banco, dinero que es utilizado para promover el comercio, la inversión y el empleo.
El Banco actualmente está desarrollando un instrumento económico mundial, el Instrumento para Emergencias Pandémicas (PEF – Pandemic Emergency Facility), en conjunto con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y con las compañías de seguros. El PEF tendrá un carácter de ‘plataforma abierta’ para proveer financiación «directamente a los países elegibles y afectados así como también a asociaciones internacionales». Los países de bajos y medianos ingresos serán elegibles «siempre y cuando preparen un plan apropiado para la gestión de los riesgos de la enfermedad».