Se han planteado inquietudes sobre la seguridad de quienes critican públicamente los proyectos del Banco Mundial y sobre la integridad de sus mecanismos de rendición de cuentas. Un informe de junio de 2015, de la ONG con sede en Estados Unidos, Veeduría de los Derechos Humanos (Human Rights Watch) describe cómo el Banco Mundial y su brazo del sector privado, la Corporación Financiera Internacional (CFI), «no han tomado las medidas adecuadas para ayudar a crear ambientes seguros en los cuales las personas puedan expresar preocupación o crítica acerca de los proyectos financiados por el Grupo del Banco Mundial, sin riesgo de represalias». El informe encontró que en 18 de las 34 denuncias al Banco y al mecanismo de rendición de cuentas de la CFI, el Panel de Inspección y a la Oficina del Defensor del Pueblo (CAO – Ombudsman) respectivamente, los demandantes «informaron que habían sido objeto de amenazas o que habían sufrido algún tipo de represalia que ellas/ellos pensaron estaban directamente relacionadas con su crítica» de proyectos del Banco Mundial o de la CFI. Además en muchos casos, «los funcionarios del Banco y de la CFI tampoco hab{ian respondido en forma adecuada a los abusos».
Por lo tanto, en abril de 2015, el Banco lanzó el Mecanismo de Quejas y Reparación de Agravios (GRS – Grievance Redress Service). Según el jefe del equipo de GRS, Qays Hamad: «El objetivo del GRS es resolver los problemas cuando se produzcan y dar una mejor y más rápida resolución a las quejas». Se compromete a responder a los demandantes con una propuesta de cómo se abordarán los temas. Si la propuesta no es aceptada se ofrecerán otras posibles soluciones a la/el demandante. En contraste con lo que sucede con el Panel de Inspección, el Mecanismo de Quejas no es independiente de la gerencia del Banco. Tampoco se limita a las cuestiones de cumplimiento de las políticas, sino que también puede elegir aceptar quejas relacionadas con cualquier problema relacionado con los proyectos financiados por el Banco.
La integridad del Panel de Inspección fue criticada por los académicos Yvonne Wong de Myanmar y Benoit Mayer de la Universidad Nacional de Singapur, en Revisión Legal del Banco Mundial, en un artículo de la edición de febrero de 2015. Los autores argumentaron: «Fundamentalmente, la naturaleza misma del Panel… no ofrece lo que muchos reales o potenciales solicitantes esperan: una reparación.» Los autores critican «la falta de participación de los reclamantes y la falta de transparencia en las recomendaciones de la gerencia a la Junta Directiva», lo cual, a su juicio, puede conducir a una falta de atención a las preocupaciones del reclamante. Por otro lado, «el procedimiento del Panel de Inspección no incluye un mecanismo para que los reclamantes puedan apelar a los planes de acción aprobados por el Panel o por la Junta.» Los autores dijeron: «La existencia misma del Panel ejerce una presión sobre los funcionarios del Banco … Si el Panel de Inspección no supera la imagen de que funciona en gran medida para beneficio del Banco Mundial, es posible que sea visto como algo más parecido a un procedimiento de auditoría interna que a un proceso legal».