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El FMI cambia norma para dar préstamo a Ucrania

1 abril 2016 | Traducción:Maria Eugenia Arzayús

Winter cityscape Kiev Ukraine. Photo: Valerii Tkachenko

A finales de 2015 el programa de préstamo de US$17,5 mil millones del FMI a Ucrania se vio amenazado, ya que la norma de “no prestar a países que estuvieran en mora de sus pagos a acreedores oficiales” estaba a punto de ser aplicada. Esta antigua norma prohibía al FMI prestar a países que estuvieran en mora de sus pagos a acreedores oficiales o soberanos. A mediados de diciembre de 2015, Ucrania no canceló su pago final de la deuda de US$3 mil millones a Gazprom de Rusia, cayendo en morosidad. Aunque Ucrania protestó diciendo que el estatus de la deuda no era oficial, en diciembre de 2015 la junta directiva del FMI consideró que Rusia sí era un “acreedor oficial”. Como resultado, todo el paquete de préstamos a Ucrania aprobado en marzo de 2014, (ver Observador Primavera 2014), podría haber sido suspendido.

Sin embargo, esta situación fue resuelta cuando la Junta Directiva del FMI revisó y cambió su política a comienzos de diciembre de 2015, permitiendo los préstamos a países en mora, bajo ciertas circunstancias, incluyendo aquellas donde el FMI considera que son “esenciales”, y donde el deudor está haciendo “honestos esfuerzos” para llegar a un acuerdo con el acreedor. La flexibilidad de esta norma permitió que el FMI continuara prestando a Ucrania a pesar de que este país estaba en mora con Rusia.

Bodo Ellmers de la ONG belga Eurodad, dijo que esta reforma debía haber sido realizada “hacia tiempo”, y que además “los países debían tener la oportunidad de suspender el servicio de la deuda para proteger los escasos fondos públicos y al mismo tiempo todavía recibir ayuda del FMI. Sin embargo, es preocupante ver que hasta el momento todavía no se ha definido un criterio claro. El hecho de que la reforma fue aprobada a la carrera, porque la estrategia de bloqueo de Rusia amenazaba el programa del FMI en Ucrania, muestra cómo es de político el juego”.

El FMI anunció a comienzos de diciembre de 2015, que la asignación de la tercera partida de su acuerdo de préstamo dependía de que el parlamento de Ucrania aprobara el presupuesto nacional de 2016 y las medidas para la reforma tributaria, incluyendo mayores impuestos al alcohol, al tabaco y a los productos agrícolas. Según Eurodad, las condicionalidades del paquete de préstamo incluyen: despidos en el sector público, la desregulación, los impuestos a los recursos naturales, congelación y reducción de las pensiones, la privatización y las reformas a la educación que requieren del cierre del 5 por ciento de las escuelas de Ucrania.

Vasyl Shilov de la Federación de Sindicatos de Ucrania (PFU, por su sigla en inglés), escribió en octubre de 2015 que el préstamo del FMI “había impulsado al nuevo gobierno a devaluar la moneda local en un 200 por ciento, alcanzando una inflación del 50 por ciento, una caída del PIB en casi el 50 por ciento en comparación con el 2013, aumentado el desempleo, reducido el estándar de vida en un 25 por ciento, aumentado la pobreza de la población en un 80 por ciento y, alcanzado un record en la reducción del salario mínimo a US$50-60 al mes”.