Un documento de política del FMI emitido en febrero de 2016 sobre el sistema monetario internacional (que no ha sido aprobado por la Junta Directiva del Fondo), considera su política de controles de capital y sugiere una posible revisión de la «visión institucional» del Fondo sobre la Liberalización y la Gestión de los Flujos de Capital, el documento en el cual se basa el asesoramiento del FMI sobre el tema (ver Boletín 83).
El documento de política, Fortalecimiento del Sistema Monetario Internacional, examina los desafíos que enfrenta el sistema y presenta «una posible hoja de ruta para seguir trabajando en las áreas de reforma.» Los autores destacaron varios cambios: el movimiento “del centro de gravedad económica» a los países con mercados emergentes y los países en desarrollo; la mayor interconexión financiera y la volatilidad; la desaceleración del crecimiento en China y la caída de los precios de las materias primas. Ellos hicieron hincapié en que los riesgos no económicos plantean amenazas nuevas y desconocidas. El documento afirma que las «posibles vías de reforma podrían fortalecer la prevención de las crisis y los mecanismos globales para el ajuste, la cooperación y la provisión de liquidez.»
El documento no sugiere una nueva política sobre el uso de los controles de capital, pero sí señala que «algunos países han respondido introduciendo medidas de gestión de los flujos de capital [CFM en inglés], aunque estas medidas no siempre han tenido éxito». Llegó a afirmar que “hasta el momento existe un conocimiento limitado sobre cuáles son los tipos de CFM más eficaces y en dónde sus beneficios podrían compensar los costos». En el comunicado de prensa sobre el lanzamiento del documento, Siddharth Tiwari, director de Estrategia, Política y Evaluación del FMI, dio una visión general del proceso a seguir. Este proceso implicaría una evaluación del estado actual de los flujos globales de capital y del desempeño de los países, en lo que respecta a la aplicación de la perspectiva institucional, seguido de una revisión de esta perspectiva para finales de 2016.
Tras la inclusión del yuan chino en la canasta de monedas del FMI en 2015 (ver Observador Invierno 2016), la directora gerente Christine Lagarde, pidió en febrero de 2016, «claridad y certeza» sobre el uso que hace China de los controles de capital. Sin embargo, en vez de eliminarlos paulatinamente, el Banco Central de China, en marzo de 2016, anunció la introducción del impuesto ‘Tobin’ a las transacciones de divisas extranjeras con el fin de combatir la especulación monetaria. China también anunció que, en su actuación como actual presidente del G20, reanudará las discusiones sobre los controles centrales de capital y los cambios estructurales de la arquitectura financiera mundial.
La “visión institucional» del FMI sobre los controles de capital es la de que pueden servir para proteger las economías cuando las entradas de capital presentan un riesgo sistémico. La sociedad civil viene criticando hace tiempo la actuación del FMI al poner la mayor carga reguladora sobre los hombros de los países con economías emergentes, los cuales han están tomando medidas en respuesta a la especulación financiera de las economías avanzadas (ver Boletín 81 y 83). Adoptado en 2012, el «punto de vista institucional» reconoce que «no existe la presunción de que la plena liberalización es un objetivo apropiado para todos los países en todos los momentos”. Sin embargo, llega a la conclusión de que «los países con medidas extensas y de larga data que limitan los flujos de capital posiblemente pueden beneficiarse de una mayor liberalización en forma ordenada». El FMI favorece los métodos de ajuste macroeconómico para reforzar las monedas, tales como los tipos de cambio y las variaciones de los tipos de interés, o el uso de reservas, pero sostiene que su uso debe ser temporal, selectivo y transparente.