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El Banco Mundial aprueba las nuevas y “debilitadas” salvaguardias

20 octubre 2016 | Traducción: Maria Eugenia Arzayús

Safeguards protest. Credit: International Accountability Project

Después de un proceso de cuatro años, a principios de agosto de 2016, la Junta Directiva del Banco Mundial aprobó un nuevo Marco Ambiental y Social (MAS), para reemplazar las salvaguardias existentes (ver Observador Verano 2016, Otoño 2015). Se espera que el nuevo marco entre en vigor a principios de 2018, con las salvaguardias existentes en paralelo durante unos siete años para regir los proyectos aprobados anteriormente.

A finales de julio de 2016, la publicación de la versión final del Marco, generó una respuesta conjunta de parte de 14 organizaciones de la sociedad civil, incluyendo el Foro de ONGs sobre el ADB (Banco Asiático para el Desarrollo) y Conexión Justicia Social, advirtiendo que «las mejoras en las salvaguardias son socavadas en gran medida por la sustitución de los requisitos de plazos fijos y claros con un lenguaje vago, por vacíos, por principios demasiado flexibles y por la dependencia de los “sistemas del prestatario», lo que «refleja una carrera hacia el fondo en un empeño vergonzoso para eliminar requisitos que protegen la debida diligencia ambiental y social».

Gretchen Gordon, de la Coalición Internacional de ONGs para los Derechos Humanos en el Desarrollo, destacó en un blog de Open Democracy, que todas las referencias a la orientación sexual o la identidad de género habían sido eliminadas de la nueva política de salvaguardias. Ty Cobb de la ONG estadounidense Campaña de Derechos Humanos escribió: es «profundamente decepcionante ver que el Banco decidió aliarse con las voces anti-LGBT [Lesbianas, Gay, Bisexual, Transgénero y Queer] que quieren hacer retroceder las protecciones potenciales de los derechos humanos, en lugar de defenderlos, al igual que la dignidad de todas las personas».

En el día de su aprobación, Estados Unidos emitió un comunicado público apoyando el nuevo Marco Ambiental y Social de las Salvaguardias (MAS) y, también exigiendo que el Banco “tuviera cuidado con el uso de los “sistemas del prestatario” dados los riesgos. Aunque acogió el nuevo MAS en materias laborales, Estados Unidos manifestó su preocupación diciendo: «parece que los proveedores primarios pueden ellos mismos identificar lo que es el trabajo infantil y los riesgos del trabajo forzado en relación con sus propios trabajadores».

A finales de julio de 2016, y antes de la aprobación del MAS, la Confederación Sindical Internacional (CSI) expresó su preocupación en su página web por la ausencia de referencias a las convenciones básicas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que prohíben la discriminación, el trabajo infantil, el trabajo forzado y, exigen el respeto por la libertad de asociación y el derecho a la negociación colectiva. Peter Bakvis de la CSI comentó: «en lo relacionado con asuntos laborales, debería ser un imperativo para el Banco Mundial garantizar la plena compatibilidad con las normas de los organismos internacionales, reconocidos para fijar estándares, como la OIT.»

Por otro lado, persiste la preocupación sobre el proceso de consulta de las salvaguardias (ver Observador Invierno 2016, Invierno 2015). En un Informe de julio de 2016, 36 grupos de la sociedad civil africana, incluidos Peace Point Action en Nigeria y Jamaa Resource Initiatives en Kenia, señalaron que «ciertos puntos de vista y agendas que buscan debilitar las salvaguardias para la protección de las personas y el medio ambiente, habían sido atribuidos a los países africanos». Los grupos hicieron hincapié en que «esas posiciones no eran un reflejo de las posiciones de la sociedad civil de los países africanos», señalando que, a pesar de su participación en la consulta del Banco sobre las salvaguardias, «las contribuciones de las organizaciones de la sociedad civil africana no están incluidas en el texto». Las organizaciones llegaron a la conclusión de que “viendo los resultados, esto no fue una consulta sino un monólogo.»

Elana Berger, de la ONG estadounidense Centro de Información del Banco (BIC – Bank Information Center) comentó, «ahora que el nuevo marco ha sido adoptado, es fundamental que, durante este proceso de aplicación, se desarrollen los recursos y herramientas necesarias que hagan hincapié en la importancia de la participación significativa de la sociedad civil y de las comunidades, especialmente las más vulnerables, a los impactos negativos del desarrollo».