A mediados de septiembre de 2016, el Banco Mundial confirmó que el presidente Jim Yong Kim había sido el único candidato propuesto por los países miembros para el cargo de presidente, cuando su mandato de cinco años expire en junio de 2017. A finales de agosto de 2016, el Banco abrió un muy criticado proceso de nominación, casi un año antes del final del actual mandato de Kim, pero con sólo tres semanas para que los miembros de la Junta Directiva del Banco Mundial, así como otras partes interesadas, pudieran participar. Se espera que el proceso de selección concluya en las primeras reuniones anuales del Banco en octubre de 2016.
Pronto después de ser anunciado, Estados Unidos declaró públicamente su apoyo a Kim, con lo cual envía una fuerte señal de que está tratando de mantener el control del puesto. La nominación de Kim y el proceso asociado han sido ampliamente criticados como un retroceso en la selección del liderazgo del Banco, ya que refuerzan el «acuerdo entre caballeros» no oficial, de larga data, por medio del cual se asegura que el liderazgo del Banco y del FMI siga siendo compartido entre Estados Unidos y Europa, de manera tal que los estadounidenses continúan manejando el Banco y los europeos el FMI (ver Boletín 80).
Protestas internas
A comienzos de agosto de 2016, antes de que el Banco abriera el período de nominación, la asociación de funcionarios del Banco envió una carta abierta a los directores ejecutivos del Banco, desafiando las «décadas de acuerdos secretos que, doce veces seguidas seleccionaron a hombres estadounidenses», en vez de aplicar los principios y valores que normalmente son predicados por el Banco, a saber: el «buen gobierno, la transparencia, la diversidad, la competencia internacional y la selección basada en el mérito». La carta argumenta que el Banco «empezó» a seguir estos principios y valores en 2012, cuando tres candidatos fueron identificados y entrevistados: Kim, Ngozi Okonjo-Iweala y José Antonio Ocampo, pero señaló que «al final hemos regresado al status quo.” En el día del anuncio del nombramiento de Kim en abril de 2012, Okonjo-Iweala comentó a la prensa: «Usted sabe que esto realmente no fue decidido por el mérito. Se vota con el peso político y las acciones, por lo tanto, gana Estados Unidos».
Al tiempo que el proceso de nominación se cerró a mediados de septiembre de 2016, 42 ex altos funcionarios del Banco Mundial escribieron una carta al Financial Times manifestando su «profunda preocupación por la acción vergonzosa de los gobiernos de todo el mundo circunvalando el buen gobierno y la transparencia» en la selección del próximo presidente del Banco. Los firmantes denunciaron el proceso diciendo, «es profundamente defectuoso, los líderes no deben ser elegidos a través de ‘acuerdos anticuados entre caballeros’.» Los firmantes instaron a que el proceso de selección fuera «extendido hasta el final del año, y que se formara un comité de búsqueda para generar un proceso que fuera verdaderamente abierto, transparente, competitivo y basado en el mérito.»
Las preocupaciones de la asociación de funcionarios del Banco sobre el proceso de selección se basan en la oposición interna de larga data hacia Kim, en particular en respuesta al proceso de reestructuración del Banco (ver el Observador de Verano 2015, Invierno 2015). La carta se refirió a «una crisis de liderazgo» en el Banco, haciendo referencia al análisis de encuestas de contratación de empleo de los últimos años’, el cual encontró que, «sólo uno de cada tres funcionarios comprendemos hacia dónde nos está llevando el equipo de alta dirección.» La carta al Financial Times del ex personal directivo destacó que, «varias de las personas nombradas para altos empleos por el Dr. Kim han tenido que ser rechazadas por razones de mal rendimiento y, además, ha habido un patrón de despido para las mujeres en posiciones de alto nivel.» Los ex funcionarios describieron un «clima de temor», y afirmaron que «las finanzas del Banco se habían debilitado debido a decisiones desacertadas», también dijeron que la reorganización del Banco había sido un ejercicio «mal diseñado y mal implementado.» Hafed Al-Ghwell, ex asesor del decano de la directiva, citado en un artículo a finales de agosto de 2016 en el nuevo sitio de noticias Devex, afirmó que el Banco – al empujar la renovación de Kim – está tratando de prevenir «una revuelta seria… de sus funcionarios». El Banco y el liderazgo de Kim también han sido criticados en repetidas ocasiones por la sociedad civil, en particular en lo que respecta a la revisión de las salvaguardias ambientales y sociales recientemente finalizadas, tanto en términos del proceso como del resultado (ver el Artículo 11).
Presiones externas
El proceso de selección se llevó a cabo al tiempo que el Banco Mundial está experimentando una creciente competencia de nuevos actores en el escenario financiero internacional (ver Observador Otoño 2014). El Banco también está tratando de reunir fondos de los donantes para reforzar la Asociación Internacional de Fomento (AIF), su agencia de trabajo con países de bajos ingresos, en medio de la preocupación por los débiles resultados del rendimiento (ver Observador Verano 2016). A mediados de septiembre de 2016, en un blog de Economía, Devesh Kapur, de la Universidad de Pennsylvania comentó: «Después de haber encontrado sus propias alternativas para la mayor parte del trabajo que hace el Banco, [los países con mercados emergentes] parecen indiferentes ante un segundo mandato de Kim, lo cual sugiere que simplemente ya no creen que el Banco importe mucho.» En 2015 el Banco puso en marcha el proceso ‘Mirar hacia adelante’, que será discutido en las reuniones anuales a principios de octubre de 2016, sobre «tres desafíos interrelacionados: los cambios medioambientales, la capacidad del Grupo del Banco Mundia para adaptarse a estos cambios y su capacidad financiera».
Al tiempo que Estados Unidos asegura su dominio sobre la posición presidencial a través del nombramiento de Kim, el Banco también ha buscado fortalecer su relación con China (ver Observador Primavera 2016). En los últimos seis meses, el Banco firmó acuerdos con el Banco Chino de Inversión en la Infraestructura de Asia (ver Observador Verano 2016) y con el Banco para el Nuevo Desarrollo BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica). En agosto de 2016, el Banco Mundial emitió un bono en yuanes en el mercado interno chino. China confirmó su apoyo a Kim a principios de septiembre de 2016, alabando su «papel en la promoción de la cooperación entre el Banco Mundial y China».
Al mismo tiempo, sigue la controversia sobre los derechos de voto en el Banco, ya que no es un secreto que los países con economías emergentes buscan ejercer un rol más importante en la institución. Siguiendo la revisión accionaria de 2015, en la agenda de las reuniones anuales está la nueva ‘Fórmula Dinámica’, según la cual se ha de utilizar el peso económico (basado en el PIB) y el impacto en el desarrollo (basado en las contribuciones a la AIF), para determinar la participación de los países y, por lo tanto, su poder de voto en el Banco (ver Observador Primavera 2016). Un informe de marzo de 2016 reveló las tensiones existentes y pidió que hubiera un «compromiso significativo en las posiciones indicadas actualmente» para poder llegar a un acuerdo en el tiempo, en particular, sobre la manera de reflejar el elemento AIF en la fórmula.
Jorge Daniel Taillant, de la ONG argentina Centro de Derechos Humanos y Medio Ambiente, comentó: “La dinámica del liderazgo del Banco de ‘pagar para jugar’… no muestra señales de cambio o una voluntad real de los países que actualmente tienen la última palabra para introducir los cambios. Hemos visto un movimiento pendular peligroso hacia un gobierno menos transparente y menos participativo… Pero ese no es el tipo de liderazgo que el mundo necesita hoy en día».