En diciembre de 2016 Nana Akufo-Addo sucedió a John Mahama como presidente electo de Ghana. Peter Suaka, del sitio de noticias Modern Ghana, declaró que la elección fue un “voto de rechazo al control directo del FMI sobre Ghana”. En abril de 2015 la administración de Mahama aceptó un préstamos de cerca de USD 1.000 millones del FMI (véase el Observador de otoño de 2016), que Akufo-Addo se comprometió a revisar, prometiendo reducir los impuestos y aumentar el gasto. Según Suaka, el programa de Ghana incluía condicionamientos políticos comúnmente recetados por el FMI que impactan de forma desproporcionada sobre los más vulnerables, incluyendo el corte de subsidios para servicios públicos, la congelación de salarios públicos y el aumentos de impuestos.
También se ha criticado la insistencia del FMI para que el gobierno de Ghana no financie su presupuesto con el Banco de Ghana, a lo que también se ha llamado “financiamiento cero”. Newman Kusi, del Instituto de Estudios Fiscales de Ghana, declaró en diciembre al sitio de noticias en línea B&FT que la medida fue prematura, “no en el interés del país” y que no tiene ningún sentido en el contexto ghanés. En septiembre, con vistas a la elección, el gobierno de Ghana emitió un quinto eurobono, que de acuerdo a Peter Quartey, de la Universidad de Ghana, fue en respuesta a esta restricción y con la intención de “recaudar dinero para cerrar la brecha de ingresos resultante”. La agencia de noticias Bloomberg describió de forma similar el eurobono como un esfuerzo del gobierno de Ghana para “aflojar la camisa de fuerza del FMI antes de las elecciones”, explicando que la emisión del bono significa que Ghana puede retrasar la convocatoria del próximo tramo del programa del FMI.
En enero Yaw Osafo Marfo, de la nueva administración de Akufo-Addo, dijo que “el programa del FMI será efectivamente revisado” porque “el actual programa literalmente exprime el espacio fiscal” que el presidente necesita para implementar su programa político, según el sitio de noticias Africa Daily Report.