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La AID18 del Banco Mundial aumentará su dependencia de los mercados de capital

15 febrero 2017 | Traducción: Gustavo Alzugaray

AID18, cuarta reunión de reposición en Indonesia. Crédito: Heri Purwata en Crowdponent

AID18, cuarta reunión de reposición en Indonesia. Crédito: Heri Purwata en Crowdponent

Luego de la reunión final del 18va ronda de reabastecimiento de la Asociación Internacional de Desarrollo (AID, el brazo de los países de bajo ingreso del Banco Mundial) en diciembre, el Banco Mundial anunció un posible paquete de financiamiento de USD 75.000 millones para la AID durante 2020. Cada tres años los donantes se reúnen para reabastecer los recursos de la AID y revisar su marco político (véase el Update 69). Sin embargo, los USD 75.000 millones de la AID18 no se comparan con los USD 52.000 millones de la AID17 (véase el Observador de invierno de 2014), porque se espera que la AID18 use su fuerte calificación crediticia para apalancar y recabar cerca de un tercio de los USD 75.000 millones a través de los mercados de capital, sujetos a eventuales repagos. Otro tercio de los fondos de la AID18 saldrá de fuentes propias del Banco, tales como el Banco Internacional para la Renconstrucción y el Desarrollo (BIRD, el brazo de los países de ingreso medio del Banco), la Corporación Financiera Internacional (CFI, el brazo del sector privado del Banco) y de los repagos de beneficiarios de créditos AID anteriores.

Paddy Carter, del grupo de expertos británico Overseas Development Institute, comentó que “comparar las cifras generales de la AID17 con las de la AID18 puede ser engañoso, en el sentido que los préstamos no pueden considerarse realmente ‘reabastecimiento’ y la decisión de los países donantes de no poner más dinero en la AID es difícil de encuadrar dentro de la retórica acerca de la necesidad de aumentar los esfuerzos para el desarrollo sostenible”. Tim Jones, de la ONG británica Jubilee Debt Campaign, advirtió: “Recabar dinero de los mercados de capital vincula el financiamiento de la AID más estrechamente a las tasas de interés a las que el Banco Mundial puede prestar”. En el futuro esto podría significar tasas de interés más altas para los receptores de AID, lo que aumenta el riesgo de crisis futuras”.

Según el comunicado de prensa del Banco de diciembre, hasta la fecha, un total de 48 países ha prometido recursos a la IDA18, lo que también representan un tercio de los fondos, y se espera que otros países lo hagan en el corto plazo. En primavera se anunciarán detalles de las contribuciones hechas por países individuales. Como en el caso de la AID17, el Reino Unido será posiblemente el mayor donante, seguido por Estados Unidos. De acuerdo al sitio de noticias Nikkei Asian Review, Japón es el tercer mayor donante con una contribución de USD 5.230 millones, un aumento de alrededor del 20% en comparación con tres años atrás.

Un total de 75 países de ingreso bajo son elegibles para beneficiarse del financiamiento de concesiones y préstamos a bajo o ningún interés de la AID18. El Banco dijo en su comunicado de prensa de diciembre que la AID18 doblará los recursos para abordar la fragilidad, los conflictos y la violencia a más de USD 14.000 millones y otorgará USD 2.000 millones adicionales para los refugiados y los países que los acojan. Caroline Heider, directora general del Grupo de Evaluación Independiente (GEI) del Banco, dijo a Devex en octubre que una conclusión clave de una evaluación de la actuación del Banco Mundial en situaciones de fragilidad, conflictos y violencia, de 2016, “es que las causas de conflictos, el estado de la economía política y la identidad de las partes interesadas son a menudo o no comprendidas [por el Banco] … o comprendidas pero no traducidas a una estrategia o un programa operativo”. Korinna Horta, de la ONG alemana Urgewald, comentó que “este incremento sustancial de los recursos de la AID aumentará la presión del Banco Mundial para acelerar los préstamos en un momento en el que ha debilitado mucho sus estándares medioambientales y sociales (véase el Observador de otoño de 2016 y de verano de 2016). Es posible que crezca significativamente la cantidad de proyectos problemáticos con un incalculable riesgo para las personas afectadas y su medio ambiente. Las necesidades del Banco de garantizar la implementación de proyectos beneficia a los pobres”.

La venta para el sector privado

La AID18 incluye un controvertido plan para crear una ventana para el sector privado (VSP) de USD 2.500 millones para complementar las inversiones existente en el desarrollo del sector privado en los países AID. La VSP será presentada junto a la CFI y la Agencia Multilateral de Garantía de Inversiones (AMGI, el brazo de seguros contra riesgos políticos del Banco). Un informe de la AID sobre las VSP de septiembre dio a conocer los acuerdos de gobernanza propuestos con detalles aún por resolver, mencionando que la dirección estratégica y el monitoreo correrán por cuenta de un comité de supervisión compuesto por los consejos de las tres instituciones. De acuerdo al Banco, las VSP “ayudarán a movilizar el capital privado y a aumentar el desarrollo del sector privado en los países más pobres, en particular en situaciones de fragilidad”. La ONG Oxfam advirtió sobre las VSP en un informe de septiembre, instando al Banco a garantizar que las inversiones del sector privado sean a favor de los pobres: “Es especialmente importante considerar el riesgo social en el contexto de países frágiles donde hay una posibilidad real de que alimenten conflictos sociales, en particular los relacionados con la tierra y los recursos naturales”. Nick Galasso, de Oxfam International, expresó otras preocupaciones en diciembre, declarando que la CFI “tiene un pobre historial en materia de protección de las comunidades que se supone debe salvaguardar de los impactos de los proyectos de sus clientes (véase el Observador de primavera de 2016). Instamos al Banco a reformar sustancialmente y a incrementar su supervisión y sus protecciones antes de que se invierta un solo dólar”.