En febrero se supo que el FMI había congelado el pago de su programa de préstamos Servicio Ampliado del FMI de cuatro años por USD 2.800 millones a Túnez, que fue aprobado en junio de 2016 (véase el Observador de primavera de 2016). El pago congelado de USD 350 millones era el segundo tramo del programa. Una declaración de principios de febrero del jefe de misión del FMI en Túnez, Björn Rother, no mencionó que el FMI se negara a hacer el segundo pago, pero reiteró “la necesidad de una acción urgente de protección de la salud de las finanzas públicas, de aumento de la inversión pública y de aceleración del avance de las reformas estructurales atrasadas”. Sin embargo, la ministra de economía de Túnez, Lamia Zribi, confirmó a fines de febrero a la agencia de noticias Reuters que “el FMI pospuso el pago… debido a la falta de avances en las reformas, incluyendo las de la masa salarial del sector público, de las finanzas y de los bancos públicos”.
El FMI anunció el préstamo en junio diciendo que buscaba apoyar “la visión económica de un crecimiento más inclusivo del gobierno” de Túnez. En una declaración de fines de febrero, luego de una visita oficial a Túnez, el experto independiente de la ONU sobre deuda externa y derechos humanos, Juan Pablo Bohoslavsky, señaló que “el crecimiento social inclusivo estaba ausente en las políticas de reforma económica que apoyaban las instituciones financieras internacionales (IFI)” (véase el Observador de primavera de 2017). Bohoslavsky abogó por que las IFI y el gobierno de Túnez “transformen los derechos económicos y sociales en una prioridad”. De acuerdo al sitio de noticias Africanews.com, la asesora económica del primer ministro, Ridha Saidi, confirmó en marzo que el FMI estaba especialmente preocupado por la falta de reformas en los salarios y la edad para jubilarse. Según Saidi, Túnez está proponiendo recortar hasta 20.000 empleos en el sector público, vender participaciones en los bancos comerciales y aumentar el nivel de los impuestos para relanzar el préstamo en abril.
se trata de un chantaje del FMIJihen Chandoul, OTE
Sharan Burrow, de la Confederación Sindical Internacional (CSI), declaró a inicios de marzo que el congelamiento “está empujando a Túnez hasta el borde”. Burrow agregó que el FMI se arriesgó a hacer descarrilar la democracia pos-revolucionaria de Túnez y añadió que “este tipo de decretos ideológicos del FMI empujarán a miles a la pobreza y destruirán los avances que se hicieron”. Jihen Chandoul, de la ONG Observatoire Tunisien de l’Economie (OTE), declaró que “se trata de un chantaje del FMI, empujando al gobierno a privatizar los bancos y las empresas públicas y a implementar reformas que profundizarán las desigualdades. Estas reformas están en conflicto absoluto con los objetivos de la revolución. Los acuerdos del FMI y todos los paquetes de reformas vinculados a ellos deben someterse a un proceso democrático de votación en el parlamento tunecino. El gobierno debería resistir la presión del FMI y comenzar las negociaciones para salir del préstamo del FMI.