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Las inversiones de la CFI en educación inicial: la marginación de los más pobres

21 abril 2017 | Análisis externo | Traducción: Gustavo Alzugaray

Non-formal primary school in Mathare, Nairobi, Kenya. Credit: TonyBaker

Non-formal primary school in Mathare, Nairobi, Kenya. Credit: TonyBaker

Pese al compromiso del Banco Mundial de promover la educación primaria gratuita, entre 2011 y 2015 la Corporación Financiera Internacional (CFI), el brazo del Banco Mundial para el sector privado, aprobó USD 162 millones en inversiones para la extensión de escuelas primarias y secundarias matriculadas y con fines de lucro en todo el mundo. La CFI afirmó que la inversión en educación matriculada privada es un mecanismo para aliviar la pobreza y su documento estratégico 2014-2016 declara que la inversión en educación privada complementa los sistemas de educación pública. Sin embargo, evidencia reciente de ONG como la Global Campaign for Education demuestran lo contrario: las escuelas privadas matriculadas, con fines de lucro, exacerban el acceso discriminatorio a la educación y socavan las metas del Banco Mundial de reducir la pobreza extrema e incrementar la prosperidad compartida.

¿Llegan las inversiones de la CFI a los más pobres?

Un informe de marzo de la ONG estadounidense RESULTS Educational Fund investigó si las inversiones de la CFI en educación inicial captan, alcanzan y benefician a los pobres. Su metodología consistió en una revisión de todas las inversiones de la CFI en educación inicial, primaria y secundaria (K-12) desde 1996 hasta 2015, e incluyó visitas de campo a los proyectos aprobados por la CFI en Kenya, Sudáfrica y Uganda. La investigación descubrió que, entre 2011 y 2015, el 53% de las inversiones de la CFI en educación fueron en K-12 y favorecieron a cadenas de escuelas privadas comerciales y matriculadas que captaron grupos de bajo ingreso. Las inversiones de la CFI en cadenas de escuelas se cuadruplicó desde 2011. La mayor captación de grupos de bajo ingreso va en línea con el creciente enfoque de la CFI, desde 2001, en inversiones que alcancen la base de la pirámide. Sin embargo, pese a captar a los pobres, las escuelas financiadas por la CFI analizadas luchan por alcanzarlos y beneficiarlos.

La investigación descubrió que las escuelas financiadas por la CFI analizadas se encontraban muy cerca de otras escuelas públicas o privadas, lo que sugiere que su ubicación obedecía a su viabilidad comercial y no a las necesidades de las comunidades marginadas, que tienden a vivir en áreas más alejadas. La mayoría de los niños de las escuelas comerciales financiadas por la CFI no estaban antes fuera de la escuela y solo entre el 3% y el 6% de los niños recibieron becas parciales o totales. Aunque las matrículas, tanto en las escuelas públicas como en las privadas, eran la mayor barrera para que los pobres accedieran y se mantuvieran en la educación inicial, las escuelas privadas comerciales visitadas niegan al acceso a los niños que no pagan la matrícula, con padres que a menudo dejan de comer o recurren a préstamos para hacerlo. Un vocero de una ONG local de uno de los países visitados comentó que es “una preocupación que incorpora un problema de derechos humanos porque se está comerciando y sacando beneficio de los pobres”. Por el contrario, las matriculas que cobran las escuelas públicas no las fija el gobierno sino el consejo escolar para compensar el insuficiente financiamiento estatal. En las escuelas públicas estudiadas los niños no son rechazados por no pagar la matrícula. Un funcionario de gobierno de un país visitado comentó: “La creciente comercialización de la educación está obstaculizando el acceso”.

La mayor anomalía es que [las escuelas privadas matriculadas] cobran matrículas mientras el gobierno quiere una educación gratuita... ¿dónde está lo complementario?Funcionario del gobierno

RESULTS descubrió que no todas las escuelas privadas matriculadas con fines de lucro son iguales en ese sentido. Un investigador local de uno de los países visitados comentó que las escuelas comunitarias o religiosas tienen un “costo muy bajo”, señalando que “por eso es que vemos a los más pobres yendo a ellas. Pero las que son puramente comerciales tienen costos mucho más altos. Veremos a los menos pobres… concurriendo a ellas”. Las escuelas que se inclinan hacia el extremo comercial – la mayoría de las financiadas por la CFI – buscan obtener ingresos a gran escala para asegurar la sostenibilidad financiera. Algunas de esas escuelas mantienen sus costos bajos eludiendo las regulaciones y empleando maestros no calificados. Esta evasión de las pautas nacionales ha producido demandas judiciales contra centros educativos comerciales de matrícula baja financiados por la CFI y cierres de escuelas tanto en Kenya como en Uganda (véanse el Observador de otoño de 2016 y el de verano de 2016).

Cómo llegar a los pobres a través del financiamiento de la educación

Si la CFI apunta a apoyar a los niños más marginados mediante iniciativas privadas, sus inversiones en K-12 deberían centrarse en financiar servicios educativos que mejoren la educación pública gratuita y complementen los sistemas nacionales, en lugar de hacerlo en la provisión directa de educación privada. La investigación de RESULTS descubrió que los servicios complementarios, tales como la producción de materiales educativos, la construcción de instalaciones escolares y el transporte de estudiantes, entre otros, tienen un impacto significativo en mejorar el acceso y la calidad de la educación que reciben los niños más pobres. Un funcionario de gobierno de uno de los países visitados comentó que “La mayor anomalía es que [las escuelas privadas matriculadas] cobran matrículas mientras el gobierno quiere una educación gratuita… ¿dónde está lo complementario?”. Para garantizar mejor que los pobres se vean beneficiados por las inversiones de la CFI en educación, la CFI debería continuar invirtiendo en países en los que la Asociación Internacional de Fomento (AIF), el brazo del Banco Mundial para los países de ingreso bajo, esté financiando la educación pública. La presencia de ambos, la CFI y la AIF, ayudará a garantizar la complementariedad entre los sistemas de educación público y privado.


Por Milagros Lechleiter, RESULTS Educational Fun