En abril Malusi Gigaba, ministro de economía de Sudáfrica, hizo una declaración en el Comité Monetario y Financiero Internacional (CMFI), el órgano encargado de las establecer las directivas de los ministros de economía del FMI, en nombre de 23 países de África subsahariana. Su declaración advirtió sobre los riesgos de las “tendencias proteccionistas emergentes” para una “ya frágil economía mundial”, en la que “el marco multilateral está siendo cuestionado por algunos grupos y las reformas regulatorias del sector financiero corren riesgo de retroceder”. Esto contrasta con el comunicado del CMFI de abril, en el que el CMFI establece su posición de consenso con respecto a la dirección del Fondo. La comunicación presentó una visión optimista del crecimiento de la economía en los países en desarrollo, lo que revela el contraste entre los dos documentos (Análisis del comunicado del CMFI en la reuniones de primavera 2017 de Bretton Woods Project).
La declaración de Gigaba destacó que “para África subsahariana, el crecimiento continúa obstaculizado por factores cíclicos y de oferta adversos” agravados por el “impacto devastador en la producción agrícola” y la “alta inflación” luego de una ”severa sequía experimentada principalmente en África Oriental y Meridional”. Con el fin de apoyar el crecimiento en el África subsahariana, la declaración destacó la importancia de adoptar “la combinación adecuada de políticas en este entorno”, incluso “a través de la reconstrucción de colchones que amortigüen adecuadamente las economías contra los golpes” y que “se garantice un énfasis mayor en las reformas estructurales y la diversificación”.
Flujos financieros ilícitos y controles de capital
La declaración de Gigaba advirtió que a pesar de los actuales flujos de capital estables, la amenaza de las huidas “se agiganta”, advirtiendo que la “normalización monetaria” [esto es, tasas de interés más altas] y las “presiones sobre los precios” en las economías más grandes pueden dar como resultado una inversión de los flujos desde los países en desarrollo. En el comunicado se señala además que si bien “el mantenimiento de los tipos de cambio flotantes y la liberalización es un objetivo político importante”, los “significativos efectos a corto plazo en el balance, amplificados por las actuales presiones inflacionarias del lado de la oferta, constituyen una amenaza para el bienestar y la estabilidad”. Aunque la declaración enfatiza que los países de África subsahariana “apoyan el trabajo del Fondo sobre la visión institucional acerca de la gestión de los flujos de capital”, subraya que “el Fondo debe garantizar que las medidas adoptadas se ajusten a las especificidades de cada país” (véase el Observador de Verano de 2016 y el de Primavera de 2016).
se garantice un énfasis mayor en las reformas estructurales y la diversificaciónMalusi Gigaba, finance minister of South Africa
En febrero de 2016 el FMI publicó un documento político reabriendo la discusión sobre el mérito potencial del uso de controles de capital (véase el Observador de Primavera de 2016). Un artículo del FMI de junio de 2016 cuestionó la política relativa la “remoción de las restricciones sobre los movimientos de capital”, con el argumento de los autores de que (i) no están probados los beneficios de esas políticas para el crecimiento, (ii) esas políticas tienen costos “prominentes” en términos de desigualdad y (iii) la desigualdad creciente, a su vez, reduce el “nivel y la sostenibilidad del crecimiento [económico]) (véase el Observador de Verano de 2016).
La declaración de Gigaba reiteró su apoyo “al desarrollo de mecanismos fuertes que ayuden a afrontar los flujos financieros ilícitos que drenan los muy necesarios recursos para financiar el desarrollo de la región”. La declaración afirma también que “una regulación más rigurosa del sector financiero es una herramienta importante para bajar los riesgos macro-económicos” y que “contar con sistemas tributarios efectivos en funcionamiento es esencial para lograr la estabilidad”. El grupo pidió que el “Fondo brinde apoyo a la capacitación a más largo plazo y aconsejó fortalecer la movilización de recursos domésticos”, un punto repetidamente exigido por las OSC.
La declaración tomó “una nota positiva de que el marco conceptual del análisis macro-estructural incluya cuestiones de desigualdad y género” y apoyó “la integración de cuestiones macro-críticas en el trabajo del Fondo, incluyendo el impacto del cambio climático, el género y varios efectos secundarios” (véase el Observador de Verano de 2017). Crystal Simeoni, de la African Women’s Developmentand Communication Network (FEMNET) destacó: “sobre los flujos financieros ilícitos, el movimiento de los derechos de las mujeres está presionando fuertemente por sistemas fiscales progresivos, y no sólo efectivos, que garanticen que los impuestos se recauden y distribuyan de manera equitativa para garantizar la inclusión para las mujeres y las niñas de África”. Simeoni continuó: “no se trata solo de tener regulaciones fuertes para el sector financiero, es una cuestión de inclusión. Actualmente, la OCDE está estableciendo normas mundiales para todos nosotros aunque no todos estemos en la mesa de negociaciones. Estamos presionando para lograr un organismo tributario inclusivo que garantice que todas las voces sean escuchadas en la mesa”.
Gobernanza, inclusión y diversidad
El ministro de economía dijo que los países subsaharianos “esperan con interés la conclusión del trabajo en curso sobre el fortalecimiento de la red de seguridad financiera mundial” (GFSN, por su sigla en inglés. Sobre el punto véase el resumen del año 2016 de Bretton Woods Project) y la “conclusión de la 15ª Revisión General de Cuotas, incluyendo la introducción de una nueva fórmula de cuotas, para las reuniones de primavera de 2019, pero no más tarde de las reuniones anuales de 2019” (véase el Observador de Invierno de 2016). También reiteró su llamamiento “por una tercera plaza para África subsahariana en el directorio del FMI”.
La declaración subrayó que “la diversificación del personal” mejorará “la eficacia del Fondo” y lo alentó a “enfocarse más tanto en la contratación como en la retención de representantes nacionales de las regiones sub-representadas para garantizar que se alcancen los puntos de referencia”, reafirmando su “llamamiento a expandir el grupo de instituciones para incluir a las universidades de África y pidiendo que esto se traduzca en la contratación efectiva de africanos”. Simeoni comentó: “Estamos de acuerdo con el llamamiento a que el Fondo brinde más asistencia técnica bancaria, en la administración tributaria y en las medidas para promover la inversión en infraestructura y creación de empleo. Sin embargo, pedimos que esto se haga de una manera inclusiva que aborde el movimiento por los derechos de las mujeres y las prioridades de las mujeres y niñas de África que han sido tradicionalmente marginadas de los espacios macro-económicos en todos los niveles”.