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Comentario

Diálogo comunitario emblemático en Nepal: ¿el Banco Mundial está aprendiendo?

17 julio 2017 | Traducción:Gustavo Alzugaray

School children in Sindhuli, Nepal assembling near transmission tower Credit: LAHURNIP

Las comunidades de Sindhuli, Nepal, afectadas por la Khimti Dhalkebar Transmission Line (KDTL) que financia el Banco Mundial tienen motivos para festejar. Desde 2009 han estado expresando su preocupación por los impactos del proyecto en la salud, la seguridad y la economía y pidiendo una consulta adecuada, la divulgación de la información y la mitigación de impactos. Luego de una década de lucha, recientemente se designó un facilitador independiente para moderar el diálogo entre las comunidades afectadas y la agencia a cargo de implementar el proyecto del gobierno, la Nepal Electricity Authority (NEA). Las comunidades – integradas por indígenas dalit, mujeres y otros grupos marginados – esperan que el proceso culmine en una resolución favorable a sus preocupaciones y la muy necesaria clausura.

Se trata de un momento emblemático, tanto para las comunidades como para el gobierno de Nepal. Si el diálogo se produce, será la primera vez que el gobierno de Nepal ingresa en un proceso de resolución de disputas colaborativo con las comunidad afectadas por sus programas de desarrollo. Si se lleva adelante de manera justa y transparente, el diálogo a través de un facilitador puede convertirse en un mojón positivo para la participación comunitaria en el creciente sector energético de Nepal y ayudar a alcanzar la meta del gobierno de un desarrollo sostenible.

Antecedentes y cronograma

El Banco Mundial aprobó el proyecto en 2003 y la construcción comenzó en 2008. Poco tiempo después, en 2009, las comunidades comenzaron a pedir información sobre el proyecto. Organizaron protestas pacíficas, escribieron cartas a las autoridades locales (incluyendo al primer ministro) y presentaron un caso ante la Suprema Corte de Nepal. Además organizaron juntas un ‘Comité de lucha’ y, en 2013, enviaron una queja al mecanismo de reclamaciones del Banco Mundial, el Panel de Inspección (véase el Observador de Primavera de 2014). Estas iniciativas propiciaron la detención de la construcción del proyecto.

Si se lleva adelante de manera justa y transparente, el diálogo a través de un facilitador puede convertirse en un mojón positivo para la participación comunitaria en el creciente sector energético de Nepal y ayudar a alcanzar la meta del gobierno de un desarrollo sostenible.Shankar Limbu and Siddharth Akali

Dos años después el informe de investigación del Panel de Inspección encontró que se habían violado varias salvaguardias sociales y medioambientales del Banco Mundial, incluyendo las exigencias cruciales de consulta de buena fe con las comunidades locales. El directorio del Banco Mundial respondió alentando a la gerencia del Banco a resolver amigablemente los asuntos pendientes.

A los efectos de implementar el pedido del directorio y abordar las violaciones de las salvaguardias las comunidades pidieron a la gerencia del Banco Mundial que ayudara en el establecimiento de un proceso de diálogo justo y transparente con la NEA (véase el Observador de Otoño de 2016 y el de Primavera de 2016). Sin embargo, pese a la resistencia y al cabildeo de la comunidad, la construcción siguió adelante – mediante la desinformación, la violencia policial y la intimidación y coerción de las autoridades locales. El proyecto se terminó en enero de 2017.

Durante las Reuniones de primavera 2017 del Grupo Banco Mundial, la integrante del Panel de Inspección, Dra. El Bakri, contó que había habido una desinformación general sobre el proyecto desde el comienzo y “durante mucho tiempo las personas que vivían en el área creyeron que lo que el Banco estaba haciendo era colocar líneas telefónicas”. No se cumplió con el requisito de involucrar a las comunidades locales y hubo “muchísima violencia”, explicó. La desinformación causó además graves retrasos y puso en riesgo el proyecto.

Metas y preocupaciones de las comunidades afectadas

Ahora, con cables de alta tensión cruzando sobre sus hogares, escuelas y sembrados, los miembros de la comunidad están, más que nunca, preocupados por los impactos del proyecto sobre la salud, la seguridad y la economía. Aunque varias familias se negaron a recibir una compensación como medida de protesta, incluso aquellas que la aceptaron siguen preocupadas por los impactos no abordados del proyecto. Por ejemplo, algunos miembros de la comunidad temen que los niños que concurren a la escuela Swiss Sindhuli, que se encuentra peligrosamente cerca de una torre de transmisión y de sus amenazantes cables aéreos, sufran efectos en su salud debido a la radiación electromagnética. Otros miembros de la comunidad temen sobre los seguridad de las líneas de transmisión luego de escuchar informes sobre dos niños que murieron electrocutados por una línea de transmisión diferente en otra parte del país. Los miembros de la comunidad han pedido de manera reiterada que la escuela Swiss Sindhuli sea reinstalada, sin embargo, el pedido sigue sin ser tenido en cuenta.

El diálogo facilitado es una oportunidad para que las comunidades de Sindhuli sean escuchadas y se responda a sus pedidos de manera respetuosa. Surendraswor Moktan, uno de los afectados por el proyecto, dijo: “Estamos esperanzados con el nombramiento del facilitador. Queremos participar en las actividades de desarrollo del gobierno y trabajar juntos para lograr un desarrollo inclusivo, sostenible y respetuoso de los derechos humanos, resolviendo nuestros temas de forma amigable”. Moktan es además el presidente del Comité de lucha de los afectados, la organización que representa a las comunidades en el proceso de diálogo con la NEA.

Establecer el diálogo exitoso

Se debe elogiar a la NEA y al Banco Mundial por este paso, que sienta precedentes, de nombrar un facilitador. Ahora debe establecerse un diálogo exitoso y cada parte tiene un importante papel que jugar. Para que el proceso sea exitoso son esenciales la buena fe y el compromiso de todas las partes. El Banco Mundial es el responsable de la supervisión y el monitoreo del diálogo y de garantizar que cuente con los recursos adecuados. La NEA debe acercarse a los miembros de la comunidad con dignidad y respeto. La tarea del facilitador, en tanto, es consultar a las partes de manera imparcial para desarrollar el proceso de diálogo teniendo en cuenta los desequilibrios de poder y para generar soluciones concretas que aborden las preocupaciones del Comité de lucha.

Este diálogo puede resultar pionero en el desarrollo a largo plazo de Nepal. Tiene el potencial de establecer un estándar positivo para la participación de la comunidad en los proyectos de desarrollo en el país. Nepal planea aumentar su capacidad de generación y transmisión hidroeléctrica con la ayuda del Banco Mundial y de otros donantes internacionales. El proyecto KDTL ya ha producido otros cambios de políticas. Por ejemplo, el gobierno – con el apoyo del Banco Mundial– ha establecido un grupo de trabajo sobre “Derecho de paso” para desarrollar una muy necesaria política sobre la garantía de tierras para las líneas de transmisión, incluso para otros proyectos financiados por el Banco Mundial. Un proceso de diálogo justo, transparente y bien apoyado en Sindhuli ayudará al Banco Mundial, a la NEA y al grupo de trabajo sobre Derecho de paso a recabar información para desarrollar buenas prácticas sobre la inclusión de las voces de la comunidad. Además sentará un precedente para las agencias del gobierno encargadas del compromiso de Nepal de lograr un desarrollo sostenible, de acuerdo con su constitución, la legislación internacional y las buenas prácticas, tales como la Declaración de la Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y el Convenio 169 de la OIT.


Siddharth Akali, Accountability Counsel, Shankar Limbu, Lawyers Association of Human Rights of Nepalese Indigenous Peoples (LAHURNIP)