Género

Análisis

¿Tendrán las recomendaciones del Grupo mundial de trabajo sobre violencia de género del Banco Mundial algún impacto perceptible?

13 noviembre 2017 | Traducción:Gustavo Alzugaray

Woman walks down a road in Arua district, northwestern Uganda. Credit: EUECHO Edward Echwalu

En agosto el Grupo mundial de trabajo sobre violencia de género del Banco Mundial publicó su informe Working Together to Prevent Sexual Exploitation and Abuse: Recommendations for World Bank Investment Projects [Trabajo conjunto para evitar la explotación y el abuso sexual: recomendaciones para los proyectos de inversión del Banco Mundial]. El Grupo de trabajo fue lanzado en octubre de 2016 como reacción al informe del Panel de Inspección (PI), el mecanismo de rendición de cuentas del Banco Mundial, sobre su investigación del proyecto de desarrollo del sector transporte de Uganda, que incluía acusaciones de mala conducta y abuso de mujeres de menores por parte de los contratistas (véase el Observador de primavera de 2017). Se mandató al Grupo de trabajo para recomendar “pasos concretos para fortalecer las capacidad de Banco Mundial para identificar, mitigar y evitar los riesgos de explotación y abuso sexual en los proyectos del Banco”. Lo siguiente es que los funcionarios del Banco desarrollen un Plan de Acción que implemente sus recomendaciones, que se espera tener listo este otoño. Luego de la publicación del informe, permanecen las dudas acerca de la composición del Grupo de trabajo, su enfoque y si sus conclusiones tienen un impacto perceptible en el enfoque del Banco sobre la violencia de género.

Preocupaciones por el proceso y el mandato

El Grupo de trabajo fue establecido para “fortalecer la respuesta de la institución en sus proyectos en temas relativos a la explotación y el abuso sexual”. Aunque el Grupo de trabajo estaba integrado por ‘expertos externos’, tales como representantes de la Iglesia Anglicana, no había grupos sobre derechos de las mujeres representados ni Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) especializadas en violencia de género en contextos de desarrollo, mientras que había dos miembros actuales y un ex-miembro del personal del Banco. El mandato se limitaba a producir un informe con recomendaciones, no le otorgaba la facultad de desarrollar políticas vinculantes y excluía los préstamos para políticas de desarrollo (40% de los préstamos del Banco). Su calendario se limitó a nueve meses, lo que dio oportunidades limitadas para la participación de la sociedad civil. La sociedad civil planteó nuevas preocupaciones sobre la posibilidad de que el informe del Grupo de trabajo no se hiciera público hasta que se completara el Plan de Acción, lo que privaría a los interesados directos de la oportunidad de involucrarse de manera significativa en su desarrollo. Finalmente, el informe fue lanzado después de un esfuerzo de cabildeo coordinado, que incluyó una carta de agosto de 12 organizaciones de la sociedad civil con sede en el Reino Unido, como Womankind Worldwide y London Mining Network, que inquietó al director ejecutivo del Banco en el Reino Unido.

El Banco como coordinador incidental

El informe solo consideró un conjunto limitado de circunstancias, centrándose en particular en proyectos de infraestructura “basados en áreas” que traen una gran afluencia de trabajadores masculinos a un área particular, como fue el caso en Uganda, sin considerar cómo otras dimensiones, como el desplazamiento generado por el proyecto, puede estar relacionado con la violencia de género. El informe identificó cinco actores clave que necesitan interactuar y colaborar para prevenir o mitigar el riesgo de explotación y abuso sexual (EAS) relacionado con el proyecto, incluyendo al Banco, como un “agente de cambio responsable”.Al hacerlo, el informe enmarcó al Banco Mundial como un convocador casi incidental de partes interesadas relevantes para abordar los problemas relacionados con la violencia de género, en lugar de enfatizar las obligaciones legales y morales del Banco para evitar daños graves causados por sus propios proyectos. Estableció que el Banco “tiene la obligación y la fortaleza institucional de ser el enlace que reúne a todos los actores … para proteger a las mujeres y los niños de la EAS”.

Si se implementaran, las recomendaciones del grupo de trabajo avanzarían en la prevención de otra Uganda, pero no sería suficiente para abordar todas las fuentes de riesgo de violencia de género y EAS relacionadas con proyectos del Banco Mundial.Elana Berger, Bank Information Center

¿La implementación será mediocre?

El informe recomendó que la gerencia general debería “designar a un defensor de alto nivel” para “mantener la atención sobre este trabajo”. Observó que las políticas y prácticas operacionales pertinentes del Banco deberían “consolidarse en una carta de orientación para el personal”. El informe también recomendó que el “Grupo de Evaluación Independiente (GDI) interno realice una revisión después de cuatro años para evaluar qué está funcionando y dónde quedan vacíos” y señaló la necesidad de vincular las evaluaciones al “nuevo Marco Ambiental y Social (MAS) para proteger a las personas y el medio ambiente en el contexto de las operaciones del Banco Mundial”. Por último, el informe destacó la necesidad de un financiamiento adecuado para la implementación de sus recomendaciones, señalando en primer lugar que se necesitarán “fondos extraordinarios dedicados por única vez a la capacitación y al desarrollo del conocimiento” y, en segundo lugar, que el Banco debe “establecer un  Fondo de Prevención y Mitigación de Violencia de Género de dos años de duración para complementar los proyectos de alto riesgo, la preparación del proyecto existente y los coeficientes de supervisión según sea necesario”. Elana Berger, de la ONG Bank Information Center, comentó que “si se implementaran, las recomendaciones del grupo de trabajo avanzarían en la prevención de otra Uganda, pero no sería suficiente para abordar todas las fuentes de riesgo de violencia de género y EAS relacionadas con proyectos del Banco Mundial”.

El documento de reabastecimiento de la Asociación Internacional de Fomento (AIF), el brazo del Banco para países de ingreso bajo, hizo referencia a la necesidad de implementar las recomendaciones del Grupo de trabajo. Mientras que en su comunicado de prensa de agosto el Banco afirmó que está “comprometido a implementar las recomendaciones según corresponda dentro de las operaciones en los países elegibles para financiamiento de la AIF”, las recomendaciones del Grupo de trabajo se aplican en todas las operaciones del Banco. De todas formas, la sociedad civil resaltó la falta de ‘compromiso’ para implementar las recomendaciones en proyectos fuera de la AIF. En referencia al informe, Geeta Rao Gupta, copresidente del Grupo de trabajo y ex directora ejecutiva adjunta de programas en UNICEF, afirmó que, como en el caso del proceso de desarrollo en el que participa el Banco Mundial, “abordar la explotación y el abuso sexual y otras formas de violencia de género es complejo y desafiante”. No obstante, el Banco debería simplificar la prevención de la violencia de género como parte de sus políticas de “no hacer daño”.