Un evento organizado por el Banco Mundial y el FMI, las Instituciones de Bretton Woods (IBW) durante sus reuniones anuales de 2017 (véase la declaración de BWP) sobre impuestos a la riqueza en países en desarrollo llevó a Alex Cobham de Tax Justice Network a preguntarse en su blog de octubre: ¿Es la justicia fiscal el nuevo Consenso de Washington? El Banco y el Fondo están «intensificando» su trabajo tributario en el marco de la Plataforma de Colaboración en materia tributaria (PCT, por su sigla en inglés), una asociación entre las IBW, la OCDE y la ONU. Tal vez esto signifique que las IBW comienzan a eliminar lentamente las críticas de larga data de la sociedad civil sobre su papel en la promoción del “consenso tributario”, que promueve impuestos regresivos y subestima los flujos financieros ilícitos (véase el Observador de Otoño de 2016).
La construcción de un “consenso social” sobre los objetivos de ingresos
Por ejemplo, las estrategias de ingresos a mediano plazo (MTRS, por su sigla en inglés) son un nuevo concepto PCT descrito como un “contrato social sobre … movilización de ingresos … de 5 a 10 años, que tiene debidamente en cuenta la pobreza y las implicaciones distributivas de las medidas asociadas”. Se trata de un proceso de reforma tributaria integral respaldado, en palabras de la PCT, por un “consenso social” que se logrará a través del “diálogo nacional liderado por líderes políticos con representantes de la comunidad … que determine las expectativas de la sociedad para el nivel de servicios y las necesidades de gasto relacionadas que determinan los objetivos de recaudación de ingresos”. A cambio de suscribirse a una MTRS, los países recibirán asesoramiento técnico de la PCT, en particular del FMI. Dejando a un lado la pregunta que surge de esta iniciativa de cómo se espera que los gobiernos naveguen por la delicada economía política de la reforma tributaria, Kwesi Obeng, de Oxfam, señaló que esta idea no es nueva. Ya se desarrolló en el Consenso de Monterrey de 2000, lo que significa que las organizaciones que conforman la PCT han tardado 17 años en ponerse al día con la idea de que la participación ciudadana es crucial para la reforma tributaria. Obeng también advirtió que la reducción del espacio de la sociedad civil en el mundo es una gran amenaza para el proceso de las MTRS y debe ser reconocido y revertido.
La medición de los impactos en la equidad
El Banco y el Fondo desarrollan también una nueva herramienta, el Marco de Evaluación de la Política Tributaria (TPAF, por su sigla en inglés), cuyo objetivo es ayudar a los responsables de la toma de decisiones a evaluar las distintas ventajas y desventajas de la política tributaria. El TPAF tomará la forma de un sitio web disponible públicamente que compilará el ‘canon’ del FMI y el Banco Mundial sobre diferentes tipos de impuestos en un solo lugar e incluirá consideraciones de equidad para la evaluación de cada tipo de impuesto. Dado que un informe de febrero del Grupo de Evaluación Independiente del Banco Mundial encontró que el enfoque fiscal del Banco carecía de un enfoque de equidad (véase el Observador de Otoño de 2017) y que informes recientes han encontrado que el Fondo no reconoce los impactos de género y de equidad de sus consejos sobre política tributaria, los componentes de equidad serán analizados particularmente por la sociedad civil que critica el enfoque de desigualdad de las IBW. Su primer capítulo se centrará en el IVA y se someterá a escrutinio público a fines de año, momento en el que será abierto a los comentarios de la sociedad civil.
las decisiones políticas no pueden delegarse en una elite técnica del otro lado del mundo o de ningún otro lugarAlex Cobham, Tax Justice Network
La organización de la primera conferencia mundial sobre tributación y ODS
Finalmente, la PCT está organizando su primera conferencia mundial para febrero de 2018, llamada La tributación y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), para “llevar adelante el diálogo mundial entre los principales responsables políticos y administradores tributarios sobre el papel de los impuestos en el logro de los ODS” e informar sobre el trabajo futuro de la PCT. Se espera que la sociedad civil advierta, entre otros temas, sobre la falta de reconocimiento de los impactos impositivos de género y, probablemente revitalizado por las revelaciones de los Papeles del Paraíso, acerca del creciente consenso mundial sobre la necesidad de un Organismo Tributario Mundial de la ONU.
Las preocupaciones remanentes sobre la influencia del FMI
Si bien algunas iniciativas parecen ser tentativamente bienvenidas por algunos, como pasos en la dirección correcta, la PCT tiene un historial de promoción de la agenda de los países de la OCDE por sobre los intereses de los países en desarrollo (véase el Observador de Otoño de 2016). Esto plantea la pregunta de si estas iniciativas significan una esperanza para la justicia tributaria o si son una forma de que el FMI, en particular, gane predominio en el discurso tributario internacional. Como señala Cobham, “Una cosa que no ha cambiado en absoluto es la sensación de que las personas en las instituciones de Washington están en última instancia en mejor posición para decir qué posiciones políticas son las mejores. Entonces, si bien es positivo que las posiciones políticas que adoptan estén mejorando, nosotros, como sociedad civil, no deberíamos perder de vista el hecho de que la política tributaria es altamente política: las opciones de política deben reflejar las preferencias públicas. De modo que las decisiones políticas no pueden delegarse en una elite técnica del otro lado del mundo o de ningún otro lugar”.