Todos los años, el Bretton Woods Project resalta algunas de las citas más ridículas del personal de FMI y del Banco Mundial.
Este año se produjo el ignominioso nacimiento del concepto de desarrollo posiblemente más efímero, aunque brillante (si es que fue inconscientemente llamado Cascada), del mundo (véase el Observador de Verano de 2017). Desde la economía del goteo, no hemos visto una metáfora basada en el agua tan emocionante. Como su nombre lo indica, la Cascada prometió a los pobres del mundo un paseo emocionante, aunque peligroso, en la montaña rusa acuática de las bondades del desarrollo liderado por el sector privado. Los líderes empresariales, al ver la capacidad mágica de la Cascada de erosionar rápida y artísticamente sus riesgos comerciales y aumentar sus márgenes de ganancia en un mundo incierto y limitado por el crecimiento, sin duda disfrutarán de la majestuosa belleza, potencia y sencilla diversión lucrativa de la Cascada. Desgraciadamente, la política, que suena como un parque temático público y privado obligatorio y costoso de asociación público-agua, que ha hecho olas durante todo el año, fue aburrida e inofensivamente renombrada, para disgusto de nuestro ilustrador, como ‘Maximización del financiamiento para el desarrollo’.
De acuerdo con el enfoque del Banco en hidroelectricidad, el presidente del Banco Mundial, Jim Kim, capitalizó en Davos, en enero, una metáfora oceánica que usó el presidente chino Xi Jinping – “debemos tener el coraje de seguir nadando en el mercado mundial” – para fabricar su propia metáfora acuática más honda. Respondiendo a una pregunta sobre las potenciales contradicciones entre el capitalismo y la misión central del Banco en las reuniones anuales de este año con la sociedad civil (aparentemente nadie examina a los molestos miembros de la antigua tribu de revolucionarios de Kim antes del evento), Kim afirmó despectivamente que “el sistema mundial es el océano del que ninguno de nosotros puede escapar”. ¿Podría la metáfora del océano ser una referencia hábilmente velada a las lágrimas salinas del proletariado explotado, mientras Kim reflexionaba sobre las lecciones resultantes de “haber leído a un Marx y entendido a otro”? Dado el enfoque del Banco en apalancar miles de millones a billones a través de la inversión del sector privado, al igual que la Cascada, uno no podría sino escapar de la imagen mental de tecnócratas del Banco y sus “compañeros de crucero” del sector privado que disfrutando el viaje en los tranquilos mares del capitalismo mientras los menos afortunados nadan ferozmente para mantenerse a flote. Tal vez los esfuerzos de Kim por ganarse el favor de Ivanka Trump a través del establecimiento del We-Fi (véase el Observador de Otoño de 2017) fueron una virtual “lección de natación” para aquellos que no se han molestado en aprender a nadar.
Qué negligencia sería ignorar a la directora gerente del Fondo, Christine Lagarde, tomamos nota de su transición de maestro cocinero (véase el Observador Bankspeak 2016) a maestro de obras. Tal vez canalizando los esfuerzos de Ivanka para “diseñar la vida que quiere vivir”, Lagarde hizo repetidas llamadas para “reparar el techo” cuando el sol está brillando, durante los buenos tiempos económicos. Estas referencias constructivas parecen reflejar ingeniosamente un enfoque en la sostenibilidad de la existencia del FMI, ya que las políticas de austeridad del FMI y las condicionalidades a menudo impiden que los países construyan techos resistentes. El Fondo posteriormente viene al rescate para dirigir su reconstrucción de mala calidad una vez dañado. Al referirse a la contribución de su institución a la arquitectura de un mundo nuevo y valiente, Lagarde reflexionó durante un enigmático discurso sobre Fintech (evidentemente la respuesta largamente esperada a nuestros problemas mundiales – mira mamá, no más días lluviosos): “Para muchos, este nuevo mundo de bancas centrales es menos Mary Poppins y más Aldous Huxley: Un nuevo mundo valiente, muy parecido al descrito en la famosa novela de Huxley … Prefiero la evocación de Shakespeare del valiente mundo nuevo en La Tempestad: ¡Oh, qué maravilla! ¡Cuántas criaturas bellas hay aquí! ¡Cuán bella es la humanidad! ¡Oh, mundo valiente, en el que vive gente así!”.