La justificación para el desarrollo de un nuevo mega corredor propuesto en África Oriental, el corredor de Transporte puerto Lamu-Sudán del Sur-Etiopía (LAPSSET, por su sigla en inglés), ha sido cuestionada ante la renovación de las relaciones diplomáticas entre Etiopía y Eritrea. Los activistas locales, las organizaciones de la sociedad civil y los investigadores habían expresado anteriormente serias preocupaciones sobre los impactos medioambientales y sociales del LAPSSET, parcialmente financiado por el Banco Mundial.
El LAPSSET se describe a sí mismo como “el proyecto de infraestructura más grande y ambicioso de África Oriental, que reúne a Kenia, Etiopía y Sudán del Sur”. Consta de siete proyectos de infraestructura diferentes, incluyendo un polémico puerto de aguas profundas en Lamu, Kenia. Se espera que, en conjunto, el LAPSSET cueste alrededor de USD 25.000 millones y, según lo resumido en una publicación del medio digital African Arguments, “implica la construcción de miles de kilómetros de carreteras, líneas férreas y oleoductos”, para facilitar el comercio transfronterizo regional. El Banco Mundial acordó proporcionar un préstamo de USD 500 millones para financiar parte de la propuesta red de autopistas del LAPSSET a través del norte de Kenia en 2017. Sin embargo, un informe de julio del periódico keniano The Standard señaló que la reciente descongelación de las relaciones entre Eritrea y Etiopía podría hacer que el LAPSSET quedara “obsoleto”, ya que Etiopía puede obtener acceso al puerto de Eritrea en Asmara, como resultado de este cambio sísmico en la geopolítica regional, con lo que el potencial uso del puerto de Lamu disminuiría.
La carretera financiada por el Banco que forma parte del LAPSSET corre a través del Condado de Turkana en el norte de Kenia. El condado es el más grande y pobre de Kenia, con un 79% de la población viviendo por debajo de la línea nacional de pobreza. El petróleo se descubrió en el condado de Turkana en 2012, donde se planificó un oleoducto de exportación de 820 km que une los campos petroleros del condado de Turkana con el puerto de Lamu, lo que constituye un aspecto clave de LAPSSET. Sin embargo, como señaló African Arguments en julio, “en Lokichar, el epicentro de la industria petrolera de Turkana, el auge ha traído hasta ahora más frustración y conflicto que esperanza. La empresa británica Tullow Oil – que recibe financiamiento de la Corporación Financiera Internacional (IFC), el brazo para la inversión privada del Banco Mundial, para sus operaciones petroleras en el Condado de Turkana – había abierto los yacimientos petroleros, pero muchos se sienten frustrados de que esto no haya dado lugar a más empleos y beneficios para quienes han vivido en esas tierras durante generaciones. Miembros de la comunidad de pastores de los alrededores de la aldea de Nakukulas han cortado carreteras en protesta”. Un informe de Oxfam Internacional de 2017 reveló que Tullow Oil no había logrado el consentimiento libre, previo e informado de las comunidades locales del Condado de Turkana afectadas por los yacimientos petroleros.
[LAPSSET] implica la construcción de miles de kilómetros de carreteras, líneas férreas y oleoductosAfrican Arguments
Las preocupaciones también han rodeado el desarrollo del puerto de Lamu, que podría afectar el sitio patrimonio mundial de la UNESCO en el casco antiguo de Lamu. También han surgido protestas contra los planes de construir una central eléctrica de carbón en las cercanías del puerto de Lamu, con el Banco Africano de Desarrollo considerando la posibilidad de financiar el proyecto. El LAPSSET representa sólo uno de los muchos “mega-corredores” planeados en regiones en desarrollo, apoyados por el Banco y otras instituciones financieras internacionales (véanse el Observador de Primavera de 2018 y el de Invierno de 2017).