Condicionalidad

Comentario

¿Insostenible? El enfoque del FMI sobre los objetivos de desarrollo sostenible

17 abril 2019 | Comentario externo | Traducción: Gustavo Alzugaray

Credit: Alpha Stock Images

El FMI está reclamando cada vez más su papel como una pieza clave en la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Sin embargo, cuando se trata de los ODS, ¿el FMI es una ayuda o un obstáculo?

Incluso antes de la adopción de la agenda 2030 y los ODS en 2015, el FMI se declaró “plenamente comprometido” a alcanzar los nuevos objetivos. Sin embargo, en la práctica este compromiso ha sido, en el mejor de los casos, irregular, sin mucha evidencia a cerca de una realineación significative . Ahora, en cambio, tenemos una nueva página de los ODS en el sitio web del FMI que muestra cómo su trabajo supuestamente apoya los esfuerzos para lograr los objetivos (recopilando varias publicaciones de blogs de tipo receta, como: “5 cosas que usted necesita saber sobre el FMI y el cambio climático”).

A simple vista parece una grosería burlarse de una declaración de compromiso con el desarrollo sostenible. Sin embargo, tenemos que preguntarnos si las acciones del FMI son, de hecho, propicias para “Transformar nuestro mundo”, según reza el título oficial de la agenda de los ODS.

El FMI simplemente utiliza los ODS como un ejercicio de relaciones públicas para justificar lo que ya está haciendo.Kate Donald, CESR

El ODS 10, cuya meta es reducir la desigualdad en y entre los países, y está destinado a un examen especial en el Foro Político de alto Nivel de Naciones Unidas en julio, es un estudio de caso particularmente útil. El FMI afirma que está apoyando este objetivo mediante “un crecimiento fuerte, inclusivo y sostenible con erradicación de la pobreza” y “la igualdad de género y la inclusión” (véase el cuadro). Esto es, cuando menos, un enfoque selectivo. El Objetivo 10 incluye una meta de reducción de la desigualdad mediante la protección social y la política fiscal y salarial. Los enfoques del FMI en estos tres temas han sido objeto de fuertes críticas, precisamente porque exacerban las desigualdades (véase el Observador de Primavera de 2019). De hecho, a pesar de un giro reciente hacia la definición de la desigualdad de ingresos y de género como cuestiones ‘macrocríticas’, las pruebas recogidas por Oxfam y Bretton Woods Project, entre otros, sugieren que las propias recomendaciones sobre políticas del FMI y la condicionalidad de los préstamos han sido – y continúan siendo –, de hecho, un importante factor que contribuye a la crisis de desigualdad. Por ejemplo, en muchos países el FMI persiste en impulsar medidas de austeridad que han tenido un elevado costo para los derechos humanos de los grupos más pobres y desfavorecidos, incluidas las mujeres.

Cabe destacar también que el Objetivo 10 incluye la lucha contra las desigualdades entre países. Convenientemente, ninguno de los materiales del FMI sobre los ODS parece mencionar que el objetivo 10.6 es “Velar por una mayor representación y voz de los países en desarrollo en la adopción de decisiones en las instituciones económicas y financieras internacionales para que estas sean más eficaces, fiables, responsables y legítimas”. ¿Qué están haciendo el FMI y sus países ‘desarrollados’ para cumplir este objetivo, en el que podrían tener un efecto muy inmediato y directo? ¿Vinculará explícitamente su próxima revisión de cuotas a este objetivo? Ciertamente, los desequilibrios de poder en la toma de decisiones económicas mundiales son una causa profunda de las desigualdades mundiales; por ejemplo, el dominio de los países ricos sobre las normas del sistema tributario mundial perpetúa una situación en la que cada año se drenan miles de millones de dólares de los países más pobres. Hay muchas áreas de política en las que el FMI podría estar haciendo mucho, mucho más en este sentido: prevenir la ‘carrera a la baja’ de las tasas tributarias de las empresas, en lugar de abogar por su recorte, y profundizar sus acciones para prevenir los abusos fiscales transfronterizos. Sin embargo, el documento del FMI sobre la financiación de los ODS ignora casi en su totalidad las reformas fiscales progresivas y sistemáticas como opción, centrándose simplemente en mejorar las proporciones impuestos/PIB y la eficiencia del gasto.

El enfoque colorido pero superficial del FMI sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible – Fuente: FMI

Se supone que la agenda 2030 es transformadora. Es bastante evidente que ni las políticas de siempre ni los enfoques de vendas adhesivas para los peores problemas sociales van a lograr eso. Esto es especialmente cierto para el Objetivo 10 y el compromiso general de la agenda de “no dejar a nadie atrás”. En realidad, no se aborda la desigualdad de manera significativa si se confía en sistemas tributarios regresivos, en la flexibilización del mercado de trabajo y en modelos económicos explotadores y extractivistas y, luego, simplemente se compensa a los que más pierden con ‘redes de seguridad’ segmentadas y focalizadas que ni siquiera son eficaces para llegar a los necesitados. Si se desea realmente abordar la desigualdad, se debe apuntar no sólo a aquellos que quedan (o son empujados) atrás, sino a aquellos que están demasiado adelante – después de todo, es la aceleración del 1% lejos del resto la que ha alimentado la crisis de la desigualdad.

En última instancia, lo que es más decepcionante es que, en lugar de aprovechar una oportunidad muy necesaria para cuestionar y realinear sus prácticas y prioridades basadas en los ODS, el FMI simplemente utiliza los ODS como un ejercicio de relaciones públicas para justificar lo que ya está haciendo, no importa cuán incompatible pueda ser esto con un desarrollo sostenible verdaderamente equitativo.