En febrero entró en vigor el acuerdo marco del Fondo Verde del Clima (FVC) y el Banco Mundial – conocido como su Acuerdo Maestro de Acreditación (AMA). El AMA, que se anunció por primera vez en la 23ª Sesión de la Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP23), en 2017 (véase el Observador de Primavera de 2018), establece las condiciones para la cooperación entre las dos organizaciones. En virtud del nuevo acuerdo marco, se avanzará en nueve proyectos co-financiados por el Banco y el FVC y aprobados por la Junta de este último, comenzando con un proyecto co-financiado en las Islas Marshall, diseñado para respaldar la resiliencia costera.
Liane Schalatek, de la organización de la sociedad civil (OSC) estadounidense Heinrich-Böll-Stiftung North America, que trabaja sobre el FVC en los países desarrollados, dijo sobre la AMA: “[hay una duda de] si los proyectos que el Banco Mundial ha presentado hasta ahora al FVC son realmente todos los proyectos que debieron haber sido financiados por el FVC o si, en algunos casos, el Banco Mundial está pidiendo al FVC que aporte dinero concesionario para financiar ‘la protección contra los riesgos climáticos’ de algunos proyectos del Banco que deberían estar financiando ellos mismos”.
En octubre la Junta del FVC aprobó la “prórroga del Banco Mundial como fideicomisario del FVC por un período de varios años, renovable”, lo que puso fin, según Heinrich-Böll-Stiftung Nort America, a las especulaciones previas sobre si el Banco continuaría cumpliendo ese papel (véase el Observador de Primavera de 2018).