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Mientras el Banco Mundial promueve las APP como herramienta para la igualdad de género, la sociedad civil no está convencida

2 septiembre 2019 | Traducción: Gustavo Alzugaray

El Banco Mundial lanzó en mayo un nuevo manual sobre igualdad de género, infraestructura y asociaciones público privadas (APP), al que describe como un “primer paso importante hacia la igualdad de género en los proyectos de APP”.

El manual incluye instrucciones sobre la incorporación de consideraciones de igualdad de género en la aplicación y el diseño de APP, como la celebración de consultas con las partes interesadas sensibles al género y la realización de evaluaciones ex ante de impacto de género. El manual se centra además en la gestión de los riesgos nocivos de proyectos, como la violencia de género (VG), tras la explotación sexual de mujeres y niñas por parte de los trabajadores de la construcción en el proyecto de 2014 del Banco para el Desarrollo del Sector de Transporte de Uganda y el lanzamiento del Plan de Acción sobre la VG del Banco (véase el Observador de Primavera de 2018).

Esto ocurre a la vez que el G20 enfatiza los vínculos entre infraestructura y género por primera vez en su comunicado de junio, destacando la importancia del “empoderamiento económico de las mujeres” para “maximizar el impacto positivo de la infraestructura”. Otros, sin embargo, como el grupo de expertos alemán Heinrich Boll Foundation, han manifestado preocupaciones con la promoción de la infraestructura del G20 como una clase de activo y los riesgos asociados para el desarrollo sostenible.

Además, grupos de la sociedad civil como Eurodad, con sede en Bélgica, han señalado los impactos sociales perjudiciales más amplios de las APP en los últimos años. Esto ha sido particularmente perjudicial para las mujeres, como demostró la Gender and Development Network en su informe conjunto con Eurodad y Femnet de marzo, ¿Pueden las asociaciones público-privadas promover la igualdad de género? En la reunión informativa se puso de relieve que las APP a menudo son más caras y conllevan más riesgo que la prestación de servicios públicos, lo que tiene un impacto desproporcionado en las mujeres, y se sostuvo que los proveedores privados no son adecuados para promover objetivos sociales como la igualdad de género, ya que, en última instancia, son responsables ante los accionistas, no ante los ciudadanos. Esto va en contra de la afirmación del Banco Mundial en su manual de que las APP tienen un impacto positivo en la igualdad de género, lo que incluye asesoramiento para garantizar que el socio privado cargue con los riesgos asociados a cualquiera de los objetivos relacionados con la igualdad de género del proyecto.

El reporte Gender-Just Macroeconomics: the World Bank’s privatisation push, publicado por Bretton Woods Project, pone de relieve que el enfoque general Maximizar el Financiamiento para el Desarrollo (MFD) del Banco profundiza las desigualdades de género existentes, y argumenta que el Banco debería cambiar hacia un enfoque basado en los derechos humanos para la igualdad de género.