Manipur, una región del noreste de India, anunció en 2012 planes para generar más de 2.000 MW de energía bajo su política hidroeléctrica, lo que suscitó preocupaciones entre las comunidades indígenas. Los grandes proyectos hidroeléctricos anteriores en la región, incluyendo el proyecto hidroeléctrico Loktak de 105 MW, la presa Mapithel y la presa Khuga, tuvieron impactos adversos sobre las poblaciones locales.
Como parte de su política, en agosto, el gobierno de Manipur identificó 32 posibles sitios de desarrollo hidroeléctrico en ríos de Manipur, una región flanqueada por el Himalaya oriental y el área de biodiversidad clave Indo-Birmania. El gobierno de India clasifica los proyectos hidroeléctricos como “energía renovable”, una medida destinada a ayudar a alcanzar el objetivo de llegar al 40% de la generación total de energía a partir de fuentes de combustible no fósiles para 2030, como parte de su contribución determinada a nivel nacional al Acuerdo de París.
Sin embargo, la energía hidroeléctrica ya no es la opción de menor costo en India, ya que el precio unitario de los proyectos hidroeléctricos se situó alrededor de INR 4 (unos USD 0,06) en junio de 2019, mientras que las tarifas solares disminuyeron de INR 18 (unos USD 0,25) por unidad en 2010 a INR 2,44 (unos USD 0,03) en mayo de 2019. A pesar de ello, las autoridades nacionales y las instituciones financieras internacionales (IFI) están impulsando el auge hidroeléctrico de Manipur y arriesgando los medios de vida de las comunidades locales.
Presas financiadas por las IFI en Manipur
Las IFI financian cada vez más proyectos de presas e infraestructuras conexas en Manipur. Por ejemplo, el Banco Asiático de Desarrollo (BAD) apoyó el North East Power Development Project, que complementó la iniciativa Power for All del gobierno mediante la reforma del sector eléctrico. Además, la Corporación Financiera Internacional (CFI), el brazo de inversión del sector privado del Banco Mundial, ha proporcionado financiamiento a una serie de Intermediarios Financieros (IF) indios, que a su vez han dado USD 3.190 millones a la National Hydroelectric Power Corporation Limited (NHPC), la mayor empresa pública de construcción de presas de India. Según un informe de 2016 de la organización de la sociedad civil estadounidense Inclusive Development International, entre 2005 y 2014, la CFI invirtió USD 520 millones en el banco de infraestructura indio IDFC, así como en otros bancos, entre ellos ICICI, HDFC y Axis Bank. La NHPC participó en la construcción del proyecto hidroeléctrico Loktak de 105 MW, puesto en marcha en 1983, y más recientemente firmó un acuerdo con el Gobierno de Manipur para construir el Proyecto Hidroeléctrico Tipaimukh de 1.500 MW, en abril de 2010. Ahora se está preparando para construir el Proyecto Hidroeléctrico Loktak Downstream de 66 MW sobre el río Leimatak en Manipur, además de otros proyectos propuestos.
La compañía Asian Genco Private Limited, con sede en Singapur, invirtió USD 1.400 millones en el proyecto Teesta-III de 1.200 MW en Sikkim, cerca de Manipur; la CFI también realizó inversiones en fondos de capital privado que financiaron la presa Teesta III, que tuvo impactos adversos en los derechos del pueblo indígena Lepcha en Sikkim. Sin embargo, es difícil rastrear el financiamiento que involucra a la CFI en proyectos de energía hidroeléctrica, ya que los subproyectos apoyados por sus inversiones en IF no suelen ser divulgados, privando así a las comunidades afectadas de acceso al Defensor del pueblo de la CFI, su mecanismo independiente de rendición de cuentas (véase el Observador de Invierno de 2018).
Además, en junio de 2016, el Banco Mundial aprobó un préstamo de USD 470 millones para líneas de transmisión y distribución de alta tensión en Manipur y otros cinco estados en el noreste de India. Las líneas de transmisión financiadas por el Banco Mundial cruzan el Barak, el Irang y otros ríos de Manipur y serán uno de varios proyectos de infraestructura clave, junto con la construcción de carreteras financiada por el BAD, para facilitar la construcción de más de 200 presas a través del noreste de India, sobre el sistema del río Brahmaputra Barak, incluidas las 32 presas propuestas en Manipur.
Los impactos de las presas y la resistencia de los pueblos
El proyecto hidroeléctrico Loktak de 105 MW de la NHPC causó el desplazamiento y la pérdida de medios de vida de las comunidades indígenas, sumergiendo más de 50.000 acres de tierra agrícola en los humedales de Loktak. Las comunidades locales se han opuesto a la represa Tipaimukh de 1.500 MW, propuesta por la NHPC, ya que sumergirá 27.000 hectáreas de bosque y tierras agrícolas a lo largo de la cuenca del río Barak. En el caso de las líneas de transmisión y distribución de alta tensión en Manipur, la evaluación ambiental del Banco Mundial no tuvo en cuenta los impactos físicos y sobre la salud en las poblaciones locales. Las presas previstas y los proyectos de infraestructura conexos también destruirán la diversidad de la flora y la fauna de Manipur.
El despliegue de las fuerzas de seguridad indias en varios sitios de presas, en virtud de la Ley de Poderes Especiales de las Fuerzas Armadas de 1958, también ha dado lugar a violaciones de los derechos humanos: por ejemplo, en diciembre de 2005, tres aldeanos murieron a manos de las fuerzas de seguridad fronterizas que custodiaban la represa de Khuga por exigir una rehabilitación justa y oponerse a la represa (véase el Observador de Verano de 2019). Las comunidades indígenas de Manipur pidieron el desmantelamiento de la represa Loktak de 105 MW y la detención de la construcción de nuevas presas en Manipur como la represa Tipaimukh de 1.500 MW y la represa Pabram de 190 MW. Los aldeanos afectados por la presa Mapithel protestaron por su puesta en servicio prevista para 2016.
Las instituciones financieras como el Banco Mundial deberían dejar de financiar intermediarios financieros que apoyen a la NHPC y proporcionar otro apoyo a los proyectos de energía hidroeléctrica en el noreste de India, que no son sostenibles ni rentables. Es necesario establecer un estándar de rendición de cuentas para hacer que los intermediarios financieros, los fondos de capital y las instituciones financieras rindan cuentas por los posibles proyectos hidroeléctricos de Manipur. Proteger los derechos de los pueblos indígenas, apoyar su llamamiento al desarrollo sostenible y garantizar su consentimiento informado debería ser primordial en todos los proyectos energéticos de Manipur, incluidos los apoyados por el Banco Mundial.