El 17 de agosto, el Banco Mundial anunció que suspendería la publicación de su muy criticado Doing Business Report (DBR). Según el Banco, la decisión fue el resultado de informes de: “Una serie de irregularidades… con respecto a los cambios en los datos en los informes Doing Business 2018 y Doing Business 2020, … [que] eran incompatibles con la metodología Doing Business”. El anuncio señaló que el Banco llevaría a cabo “una revisión y evaluación sistemáticas de los cambios de datos” y que su función independiente de Auditoría Interna llevaría a cabo una auditoría de los datos conexos y salvaguardaría la integridad de los datos. El diario estadounidense The Wall Street Journal informó en agosto que los datos de Arabia Saudita, Azerbaiyán, China y Emiratos Árabes Unidos parecían haber sido “alterados inapropiadamente”.
Tal como se describe en un artículo de septiembre en la agencia de noticias Inter Press Service de Isabel Ortiz, del Global Social Justice Program, con sede en Estados Unidos, y Leo Baunach, de la Confederación Sindical Internacional, con sede en Estados Unidos, la decisión de detener la publicación del informe fue “bien recibida por sindicatos, académicos y grupos de derechos humanos”. Tal como subrayaron, el informe ha enfrentado numerosas críticas, incluyendo un llamamiento de un panel independiente del Banco Mundial de 2013 para que el Banco cese su uso de las clasificaciones mundiales (véase el Observador de Otoño de 2013).
El informe también ha sufrido críticas más recientes, incluso de los altos mandos del Banco. Aunque finalmente se retractó de su declaración y renunció, el execonomista jefe del Banco Mundial Paul Romer expresó su falta de “confianza en la integridad” de los datos del informe en 2018 y sugirió que podrían haber sido sesgados para favorecer a algunos países sobre otros, citando a Chile como ejemplo. Los grupos de la sociedad civil también han subrayado que el DBR sigue favoreciendo la desregulación y reduciendo los impuestos en aparente contradicción con las preocupaciones declaradas del Banco Mundial sobre el aumento de la desigualdad (véase el Observador de Invierno de 2018).
El Banco Mundial debe darse cuenta de que necesitamos ‘facilidad de vida’, ya que todos necesitamos vivir y no todos hacemos negociosSreedhar Ramamurthi, Environics Trust
Destacando los problemas de metodología, un informe de 2018 del Center for Global Development, con sede en Estados Unidos, señaló que el primer ministro de India, Narenda Modi, como es el caso de muchos líderes, ha promocionado el aumento del país en las clasificaciones como evidencia del apoyo de la comunidad internacional a su agenda reformista. Sin embargo, la sociedad civil india ha subrayado que las reformas realizadas bajo la ‘orientación’ del DBR han causado un daño significativo a las comunidades vulnerables (véase el Observador de Invierno de 2019). La publicación análoga centrada en la agricultura del DBR, la Ease of Doing Business in Agriculture, ha sido igualmente criticada por un grupo de más de 280 organizaciones que comprenden la campaña Our Land Our Business por su sesgo proempresarial. La campaña ha pedido que se acaben los informes y sus clasificaciones (véase el Observador de Primavera de 2018).
Al considerar las viejas preocupaciones sobre los sesgos anti-impuestos, anti-trabajo y desreguladores del informe, Sreedhar Ramamurthi, del grupo indio de investigación y cabildeo Environics Trust comentó: “el informe Doing Business debe ser completamente abandonado. Ya ha más que cumplido con su proporción de daño. En su nombre, la apropiación de tierras se está produciendo a una escala sin precedentes y las leyes ambientales y laborales están casi completamente suspendidas. El Banco Mundial debe darse cuenta de que necesitamos ‘facilidad de vida’, ya que todos necesitamos vivir y no todos hacemos negocios”. El pedido de Ramamurthi fue reiterada por Esteban Silva, de la Fundación Constituyente XXI de Chile, quien subrayó que, dados los esfuerzos por la justicia en el país, “la publicación del DBR debe cesar… ya que no tenemos ninguna duda de que volverá a ser utilizado en beneficio de aquellos que buscan mantener y reproducir el modelo neoliberal actual del país y para detener los cambios exigidos por la gran mayoría de sus ciudadanos”. Sus súplicas se hicieron eco de la del prominente economista indio Jayati Ghosh, cuyo blog de septiembre en la publicación en línea Project Syndicate pidió un fin permanente del informe y una disculpa del Banco Mundial al mundo en desarrollo por “todo el daño que esta herramienta engañosa y problemática ya ha causado”.