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Continuo impulso del IVA del FMI es incompatible con la retórica de los impuestos progresivos

25 enero 2021 | Traducción:Gustavo Alzugaray

The rise of VAT. Credit: IMF Internal International Tax Rates Database.

En septiembre el FMI organizó el primero de una serie de seminarios web que celebraban el aumento de los impuestos al valor agregado (IVA) y el “papel de líder mundial” del FMI en la difusión del uso del IVA, como se señaló en las palabras de apertura de Vitor Gaspar, director del Departamento de Asuntos Fiscales del FMI (FAD, por su sigla en inglés). Como reflejo de las viejas preocupaciones de la sociedad civil de que el FMI se apoya demasiado en impuestos regresivos como el IVA sin medir sistemáticamente sus impactos distributivos y de género, se plantearon muchas dudas sobre la regresividad del IVA durante el evento (véase el Dispatch Springs 2019, Annuals 2017, el artículo The IMF and Gender Equality: VAT). Sin embargo, el Director Adjunto del FAD, Michael Keen, continuó haciendo hincapié en la importancia de tener “pocas o ninguna exención u otros tratamientos especiales… [incluso] en artículos en los que los pobres gastan una gran proporción de sus ingresos”.

El impulso del FMI a la ampliación del IVA también se ha reflejado en sus programas de préstamos acordados en el contexto de la Covid-19. Una investigación de la organización de la sociedad civil Eurodad, con sede en Bélgica, publicada en octubre, constató que, de los 59 países analizados, 39 se comprometieron con el FMI a aumentar la proporción de impuestos indirectos, en particular el IVA, en los ingresos totales del Estado. En Ecuador, el FMI acordó un programa de 27 meses en septiembre que requería aumentar el tipo del IVA y eliminar la devolución del IVA a los ancianos. Estas medidas estaban destinadas a aumentar el 0,24% del PIB en ingresos, mientras que las modificaciones del impuesto sobre sociedades (IS) en el programa buscaron aumentar menos de la mitad de ese porcentaje, según informó el medio de prensa Bloomberg en octubre (véase el Observador de Verano de 2020).

El énfasis del FMI en el IVA exacerba tendencias más generales de desigualdad

Estas posiciones sobre política son incompatibles con los mensajes de alto perfil del FMI durante sus reuniones anuales de octubre. Durante una reunión en el ayuntamiento con la sociedad civil, la Directora Gerente del FMI, Kristalina Georgieva, aprobó el capital fiscal en respuesta a las feroces críticas al respaldo del Fondo a las rígidas medidas de consolidación fiscal durante la recuperación de la Covid-19 (véase el Dispatch Annuals 2020 y el Observador de Otoño de 2020). El Monitor Fiscal de Octubre del Fondo también hizo hincapié en el financiamiento de la recuperación de la Covid-19 a través de impuestos progresivos, incluidos sobre las franjas de ingresos más altos, los ingresos de capital, el extremo superior de las propiedades y la riqueza, al tiempo que no atiende las demandas de la sociedad civil de que estos esfuerzos comiencen “con aquellos que se benefician directamente de la crisis, como los comerciantes de alta frecuencia, los fondos de inversión y las grandes empresas digitales”. En respuesta a esta discrepancia, Tove Maria Ryding, de Eurodad, comentó: “Estamos viendo una desconexión completa entre lo que el FMI está diciendo cuando las cámaras están encendidas durante las Reuniones Anuales y lo que realmente está haciendo en sus programas. Está más claro que nunca que el FAD está obsesionado con el IVA y no tiene vergüenza en impulsar esta medida política incuestionablemente regresiva en medio de una crisis de desigualdad sin precedentes que solo se ve exacerbada por la pandemia del Covid-19”.

A nivel de cada país, las mujeres se quedan constantemente atrás en términos incluso de ser capaces de satisfacer las necesidades básicas de vida, pérdidas que son más altas en los países con economías más frágiles.Kathleen Lahey, Queen's University

En 2018 ONU Mujeres publicó un informe sobre género, fiscalidad e igualdad en los países en desarrollo. Determinó que el IVA a menudo viola el principio de “capacidad de pago”, que es fundamental para la política tributaria y la legislación sobre derechos humanos, y se opuso a la fuerte dependencia de los impuestos al consumo en los países en desarrollo. La autora del informe, Kathleen Lahey, señaló: “Los datos longitudinales del FMI ponen en claro que, entre 1990 y 2017, los sistemas tributarios predominantemente progresistas en los países de todos los niveles de desarrollo fueron reemplazados por sistemas tributarios regresivos – casi siempre porque se esperaba que la sustitución del impuesto sobre la renta personal y los ingresos del CIS por el IVA formara parte de las propias condiciones del FMI. A nivel de cada país, las mujeres se quedan constantemente atrás en términos incluso de ser capaces de satisfacer las necesidades básicas de vida, pérdidas que son más altas en los países con economías más frágiles”.