En los próximos meses se pondrá fin a dos de los principales mecanismos multilaterales de alivio de la deuda: La Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda (ISSD) del G20, que expira en diciembre de 2021, y el Fondo Fiduciario para Alivio y Contención de Catástrofes (FFACC) del FMI, que expirará el 10 de enero de 2022, aunque el FMI considerará su posible extensión para “un tramo final del alivio de la deuda” hasta el 13 de abril de 2022, “sujeto a la disponibilidad de recursos suficientes en el FFACC”.
El ISSD y el FFACC sirven para apoyar a los países con problemas de pago de la deuda de diferentes maneras. El ISSD suspende el pago de la deuda pública bilateral con los países del G20. Los países tienen una pausa en sus pagos de deuda, pero aún deben la misma cantidad que tendrán que pagar más adelante. El FFACC proporciona a los países donaciones para ayudarlos a realizar pagos de deuda al FMI específicamente.
El ISSD, establecido en abril de 2020, ha sido criticado por no cumplir con las expectativas. Un estudio realizado en octubre por la organización de la sociedad civil (OSC) británica Jubilee Debt Campaign (JDC) constató que solo se entregó una cuarta parte de los USD 35 mil millones de suspensión de deuda anunciada por el G20. Mientras tanto, se pagaron USD 14.900 millones a los prestamistas privados, mientras que éstos suspendieron solo el 0,2% de los pagos.
Los países que enfrentan dificultades económicas reanudarán los pagos de la deuda a los acreedores bilaterales en 2022 y continuarán pagando a los acreedores privados que han escapado de cualquier responsabilidad.Nadia Daar, Oxfam International
El FFACC proporcionó USD 850,7 millones en alivio del servicio de la deuda a 29 países elegibles en cuatro tramos, según la última actualización del FMI, dejando fuera a la mayor parte de América Latina, donde solo Haití recibió dicho alivio. Nadia Daar, de Oxfam International, dijo que el FFACC “fue prácticamente el único mecanismo que efectivamente ‘canceló’ algunos pagos de la deuda de algunos países. Sin embargo, era muy limitado en tamaño y alcance … y, en última instancia, el FMI también se benefició de este esquema, ya que las donaciones del FFACC solo pueden utilizarse para pagar al FMI”.
El G20 recurre a un Marco Común profundamente defectuoso
La próxima eliminación del ISSD y el FFACC significa que solo habrá un mecanismo multilateral activo para el apoyo a la deuda, el Marco Común para los Tratamientos de la Deuda del G20 (véase el Dispatch Annuals 2020). Sobre el papel, este marco se creó para abordar la cuestión más compleja de la reestructuración y la reducción de la carga de la deuda. Sin embargo, un artículo del Atlantic Council, un grupo estadounidense de expertos, lo ha calificado de “fracaso abyecto”, destacando que “tres países, Chad, Etiopía y Zambia, han buscado alivio de la deuda a través del programa, pero se ha avanzado poco”. En la mayoría de los casos, simplemente se alentó a los acreedores a cambiar los términos de pago, lo que la JDC destacó como “similar al esquema de suspensión actual” y agregó: “Principalmente patea la pelota hacia adelante, lo que crea un problema de deuda futuro” (véase el Observador de Invierno de 2020). Un estudio reciente del PNUD identificó que 72 países con un alto grado de vulnerabilidad de la deuda, de los cuales 23 tienen alrededor del 65% del servicio total de la deuda en riesgo, no reúnen las condiciones para acogerse al Marco Común ni a la ISSD.
Reconociendo algunas de estas preocupaciones en un blog reciente, la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, y la directora del Departamento de Estrategia, Políticas y Revisión, Ceyla Pazarbasioglu, declararon: “Con el endurecimiento del espacio de políticas para los países altamente endeudados, el [Marco Común] puede y debe funcionar más rápidamente”, y agregaron que “también es fundamental que los acreedores del sector privado implementen el alivio de la deuda en términos comparables”.
El papel de los acreedores privados será sumamente importante para resolver las crisis. Las OSC exigen que “cancelen la deuda de los países de ingreso bajo y medio que lo soliciten, para ayudarlos a responder y recuperarse de la pandemia, y para que participen plenamente en los procesos internacionales, incluido el Marco Común del G20, otorgando solicitudes de alivio de la deuda a través de este proceso” (véase el Dispatch Annuals 2021).
Daar destacó: “La situación es extremadamente grave con la pandemia que continúa haciendo estragos y la persistente inequidad de las vacunas. Los países que enfrentan dificultades económicas reanudarán los pagos de la deuda a los acreedores bilaterales en 2022 y continuarán pagando a los acreedores privados, que han rehuido cualquier responsabilidad, y probablemente se verán obligados a una austeridad severa en los próximos años”.