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La CFI aprueba préstamo a productor agrícola industrial en Brasil a pesar de las peticiones de protección del sensible bioma de pastizales

9 septiembre 2022

El 1 de julio, la publicación ambiental en línea Mongabay informó de la aprobación de un préstamo de USD 200 millones por parte de la Corporación Financiera Internacional (CFI), el brazo de préstamos al sector privado del Banco Mundial, al “productor agrícola industrial Louis Dreyfus Company (LDC) para la producción de monocultivos de soja y maíz en el Cerrado de Brasil, un bioma de pastizales que ha perdido casi el 80% de su cobertura de hábitat”.

La decisión fue duramente criticada por las organizaciones locales de derechos humanos y protección del medio ambiente. El préstamo fue aprobado a pesar de una carta del 31 de mayo firmada por más de 200 organizaciones de la sociedad civil brasileñas, latinoamericanas e internacionales, incluidas Amigos da Terra Brasil y Haki Nawiri Afrika, en la que pedían a la junta ejecutiva que rechazara el préstamo. La carta argumentaba que LDC usaría los ingresos del préstamo de la CFI para comprar productos básicos del “fuertemente amenazado bioma del Cerrado de Brasil, la sabana más biodiversa del mundo que ya ha perdido aproximadamente la mitad de su vegetación nativa debido a la agroindustria”.

La carta también destacó el riesgo de violaciones de derechos humanos y conflictos por la tierra, deforestación y degradación ambiental en el sensible Cerrado, y señaló que el maíz y la soja se utilizarían principalmente para la alimentación animal en operaciones agrícolas industriales dañinas. Es preocupante que la CFI haya optado por apoyar la producción agrícola usada para la alimentación animal. Dada la evolución de la crisis alimentaria, cuyos orígenes tienen sus raíces en la financierización de los sistemas alimentarios y son anteriores a la guerra en Ucrania (véase el Observador de Verano de 2022 y el de Primavera de 2020), el uso de los recursos para la alimentación animal es, sin embargo, una preocupación a la luz del contexto actual. Además, la carta señaló que “LDC carece de un sistema de trazabilidad completo y su política de deforestación cero no se aplicará plenamente hasta finales de 2025”.

La carta citó investigaciones que alegan que LDC y sus subsidiarias han contribuido a la deforestación y los conflictos por la tierra y enfatizó que el préstamo es inconsistente con los compromisos en materia de clima del Banco Mundial (véase el Observador de Verano de 2021).