Una nueva investigación publicada por la británica Catholic Agency for Overseas Development (CAFOD) muestra cómo el Banco Mundial está perjudicando a los agricultores de África con sus políticas agrícolas, a través de la promoción de regulaciones que apoyan la expansión de los mercados comerciales de semillas híbridas, fertilizantes y pesticidas. Mediante leyes de certificación de semillas y programas de subsidios, el Banco ha abogado por leyes nacionales que pueden hacer ilegal que las comunidades locales propaguen, cultiven, intercambien y vendan sus propias semillas para, en su lugar, alentar a los agricultores a comprar semillas híbridas y fertilizantes en el mercado comercial de semillas. Esto significa que los agricultores se vuelven más dependientes de intervenciones externas y bienes caros (véase el Observador de Primavera de 2020).

El informe muestra que este enfoque es ineficaz para reducir la pobreza y aumentar la seguridad alimentaria, especialmente en el caso de las mujeres, que tienen menos acceso al financiamiento para comprar semillas en los mercados comerciales. Este es el resultado de las métricas defectuosas del Banco, que miden el éxito mediante una mayor participación del sector privado (véase el Observador de Primavera de 2019), en lugar de medir la reducción de la pobreza. “El Banco Mundial se financia con dinero de los contribuyentes. Su propósito es abordar la pobreza y reducir la inseguridad alimentaria. Sin embargo, parece que lo que más le importa es facilitar que las empresas gigantes vendan semillas y fertilizantes caros”, destacó Dario Kenner, analista principal de CAFOD sobre desarrollo económico sostenible.

En contraste con este modelo agrícola industrializado, el informe alienta al Banco Mundial a apoyar modelos alternativos, basados en principios agroecológicos que implican cambiar las finanzas públicas, aumentar la inversión en diversidad de cultivos, apoyar el fitomejoramiento participativo, los bancos de semillas comunitarios y otras iniciativas a nivel comunitario para promover y proteger la diversidad de cultivos.